“Creemos que quienes lo asesinaron prendieron el aparato y rápidamente lo apagaron”, aseguró una fuente de la investigación. Fue el 19 de junio, un día después de haber sido visto con vida por última vez. Tres días más tarde sus restos fueron hallados en una valija y una mochila arrojadas a un arroyo de la localidad de Ingeniero Budge.
El teléfono celular del empresario Fernando Pérez Algaba, quien fue hallado descuartizado dentro de una valija en un arroyo de la localidad bonaerense de Ingeniero Budge, partido de Lomas de Zamora, se encendió por unos segundos y fue captado por una antena de telefonía en la ciudad de Buenos Aires el 19 de julio último, un día después de haber sido visto con vida por última vez en el partido bonaerense de General Rodríguez, donde se encontró con un exsocio y un examigo, informaron este jueves fuentes judiciales.
“El celular impactó el (miércoles) 19 cerca del mediodía en la zona del barrio de Almagro. Creemos que quienes lo asesinaron prendieron el aparato y rápidamente lo apagaron“, explicó a Télam un investigador con acceso a la causa.
Voceros judiciales añadieron que Pérez Algaba (41), conocido como “Lechuga”, poseía tres líneas telefónicas, una de Argentina, otra de Estados Unidos y la restante de España.
Según consta en el expediente, uno de los últimos lugares donde tuvo actividad el teléfono del empresario fue en el predio rural “Renacer”, de la localidad bonaerense de General Rodríguez donde el 18 de julio se reunió con su examigo Nahuel Vargas y su exsocio Maximiliano Pilepich, con quien compartía un emprendimiento de venta de lotes, para cobrar una deuda de 60 mil dólares.
Hasta allí el empresario llegó junto a Vargas cerca de las 17.30 de ese día en una camioneta Range Rover Evoque modelo 2012 que Pilepich le había prestado en los días previos y que, al cabo de ese mismo encuentro, “Lechuga” le devolvió.
De acuerdo a la pesquisa, Pilepich por su parte llegó a “Renacer” en una camioneta Mercedes Benz G500, que dejó en el complejo, ya que regresó con Vargas en la Range Rover, mientras que Pérez Algaba permaneció a la espera de que alguien lo pasara a buscar, según le dijo a los otros dos hombres.
Días después del hallazgo del cuerpo descuartizado de la víctima, Pipelich entregó en la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Lomas de Zamora la camioneta que le había prestado al empresario para que sea sometida a peritajes, pero nada más se supo de la Mereces Benz -valuada en más de 330 mil dólares- que dijo haber dejado en el complejo “Renacer”.
Por tal motivo, las fuentes dijeron que se ordenó su secuestro para ser sometida a pericias con el fin de establecer si puede haber allí rastros del empresario.
El hallazgo de los restos del empresario
Los restos de Pérez Algaba fueron hallados entre el 22 y 24 de julio en una valija y una mochila arrojadas a un arroyo de la localidad de Ingeniero Budge, partido de Lomas de Zamora.
A poco de conocerse el hallazgo, comenzaron a circular en los medios de comunicación audios con amenazas hacia el empresario de parte de distintas personas, entre ellas un barra de Boca, vinculados a deudas de dinero.
También, entre los mensajes, había algunos de Vargas y alusiones a un episodio ocurrido en febrero pasado, cuando éste y Pilepich denunciaron a “Lechuga” por amenazas tras un altercado derivado de una deuda.
El fiscal Marcelo Domínguez, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 5 de Lomas de Zamora, aún aguarda los resultados de las pericias informáticas realizadas sobre la computadora Mac Book pro y un iPad -ambos de la empresa Apple- del empresario, en busca de evidencia que lo lleve a avanzar en la causa.
Esas pericias informáticas estuvieron a cargo de funcionarios del Laboratorio Informático Forense del Ministerio Público Fiscal porteño, luego de que no lograra realizarla la Policía Federal Argentina (PFA) por cuestiones técnicas.
“Aún se están analizando el contenido de la computadora. También de las cámaras de seguridad del predio ‘Renacer’ y de la zona de Lomas de Zamora donde fue hallado el cuerpo”, explicó un investigador consultado.
El fiscal también aguarda los resultados de las diligencias solicitadas al respecto de rastros que fueron levantados durante el procedimiento realizado el 31 de julio último en el predio “Renacer”, donde hay montados tres contenedores que funcionan como oficinas y dos edificaciones de mampostería, una de ellas utilizada como galpón para guardar materiales para la construcción y otra en estado de abandono.
En el primer contenedor inspeccionado, ubicado en el ingreso al predio, los efectivos de la Policía Científica levantaron tres rastros papilares en la puerta de entrada y secuestraron una alfombra de baúl de auto con manchas pardo rojizas que sospechan que puede ser de sangre y filamentos pilosos.
En tanto, de otro contenedor se procedió al levantamiento de dos muestras de presunto tejido hemático, uno en el marco de la puerta del baño y el otro en el inodoro, añadieron las fuentes, quienes agregaron que del tercer contenedor los peritos se llevaron cinco rastros papilares que ahora serán incorporados a un sistema de comparación de huellas para intentar identificar a quién pertenecen.
Las pesquisas procuran esclarecer las motivaciones del asesinato y así dar con el o los autores, aunque en el transcurso de la investigación advirtieron que el empresario tenía varios enemigos y recibía amenazas de muerte por parte de numerosas personas a las que les debía dinero.
Sólo un detenido en la causa
Por el momento hay solo una persona detenida en la causa, una mujer trans identificada como Alma Nicol Chamorro, quien era la dueña de la valija en la que aparecieron parte de los restos del empresario el 22 de julio último y a quien se le imputa el delito de partícipe secundaria de homicidio.
La desaparición del empresario fue denunciada por la dueña del departamento que éste le había alquilado en Ituzaingó de manera temporal entre el 12 y 19 de julio últimos, quien al no tener noticias suyas y no recibir respuesta a sus mensajes, decidió acudir a la policía.
Los voceros dijeron que de la autopsia realizada al cuerpo surgió que Pérez Algaba fue ejecutado de dos disparos por la espalda y que fue descuartizado tras su muerte.