Lluvia ácida sobre Santiago Caputo y el semáforo para medir la tensión. La tentación del dólar barato. La urgencia de Kicillof y el teléfono rojo con Cristina. Biopsia electoral: ¿cuánto fue el voto anti pánico que apoyó a Milei?
– ¿Qué podemos hacer con Interior?
– Venimos de pelearnos con Macri. Podríamos hacer un gesto con el PRO, poner a alguien de ese sector. Alguien reconocido.
La pregunta de Javier Milei a Santiago Caputo, luego de que éste rechazara ser su ministro, fue un mensaje puro y duro: tras lo que pudo leerse como un desplante del “Dandy”, el presidente ratificó el vínculo de confianza con su asesor. No solo por (el detalle de) la tercera persona del plural sino porque lo consultó sobre cómo resolver la vacante que dejó Lisandro Catalán, efecto dominó de la renuncia de Guillermo Francos, y que Milei pensaba cubrir con Caputo.
Ocurrió el domingo, en Olivos, confesionario en el que luego del “no” de Caputo se barajaron los nombres de Diego Santilli y de Cristian Ritondo. Por el resultado del 26-O, pero sobre todo porque el “Colo” tiene más ascendencia sobre Karina Milei, el presidente optó por esa opción para ocupar la butaca de Catalán. “Lo llamo y, si acepta, espero que trabaje coordinados con vos y con Manuel”, despidió Milei a Caputo, y le pidió que siga con las áreas que tiene bajo su control político.
Apenas se informó que Santilli sería ministro del Interior empezó un operativo desgaste para Caputo. El operador la vio venir: sabe, como sabe cualquiera que conoce la dinámica del poder, que no es gratis decirle que no a un presidente. “Yo no soy político, no quiero una carrera como político y no pienso como político”, les dijo a sus entornistas, según reconstruyó Cenital, en medio de la lluvia ácida sobre su figura.
De facturas y fracasos
“Karina va a ir por los lugares de Santiago”, fue un grito de guerra muy escuchado estos días. En general, los asaltos de poder no se anticipan: se ejecutan. Caputo entendió que no aceptar era mejor que ir a un lugar donde su margen de acción estaría limitado. Razonó como razonaron sus rivales internos, que lo querían como ministro para, con el tiempo, pasarle factura sobre errores y fracasos.
La avanzada sobre Caputo tuvo tres expedientes. A mitad de semana circuló que era inminente la salida de Sergio Neiffert de la SIDE. El “señor 5” llegó de la mano del gurú. Con el ingreso de Diego Kravetz y reordenamiento de espías históricos ligados a Jaime Stiuso, el poder de Neiffert quedó limitado. Luego se instaló una picardía: “Neiffert no se va de la SIDE. Se va de Santiago”. “Ahora parece que quiere ser karinista”, dijo una fuente de La Libertad Avanza.
Otro terreno de disputa donde el karinismo quiere intervenir es el vínculo con el Poder Judicial, en particular la designación de 347 cargos vacantes en la Justicia Federal y Nacional, entre ellos un tercio de los 12 juzgados de Comodoro Py. La hermanísima le pidió a Mariano Cuneo Libarona que se quede hasta febrero en el ministerio para, dicen a su lado, impedir que Sebastián Amerio, amigo de juventud de Caputo, se quede con ese cargo.
De pliegos y aduanas
Milei tiene, en su poder, 185 ternas para enviar al Senado. En el Consejo de la Magistratura hay más de 153 en trámite. Se estima que, en pocos meses, entre retiros y jubilaciones la cantidad de vacantes superará el 40% de los 1002 cargos. Un terreno muy fértil para que el mileísmo, y sus derivados, pueda hacer pie en la Justicia pero, además, una colosal herramienta de negociación con gobernadores y opositores.
En las últimas semanas, Eduardo “Lule” Menem intensificó sus contactos en Tribunales. En la Corte, donde le anotan como una provocación de Caputo el fallido intento por sentar ahí a Ariel Lijo, dicen que la experiencia Amerio “fracasó” y que debe abrirse otro canal de interlocución. Como contó Cenital acá, quien hizo gestos para tener un rol es el ministro-diputado Santilli. Ese comportamiento generó cierto recelo en Casa Rosada.

El tercer punto fue la designación de Esteban Marzorati en Aduanas. Caputista de “Toto”, su nombramiento es especialmente relevante porque fue en una DGA adjunta, que tiene a priori las mismas funciones de la que ocupa José Andrés Veliz, que llegó al cargo en 2024 promovido por Santiago Caputo. En ARCA, donde Juan Pazo parecía con un oficio simbólico porque DGA y DGI están en manos de santiaguistas, bajan la espuma porque supone una novedad: que es exteriorice una disputa entre los Caputo.
Tiene el rasgo, y así lo asumen en el santiaguismo, de “guerra psicológica” para poner en crisis al gurú y hacerle sentir que su avanzada chocó contra un muro. Caputo, cuando lo abordan, dice que su relación con Milei está intacta.
Rosario (y Miami) siempre estuvo cerca
Como cierre de una semana accidentada, Santiago Caputo recibió en Casa Rosada a Barry Bennet, el lobbysta republicano, que expuso que la demanda de Estados Unidos –una zona gris entre el gobierno y las empresas de ese país– es que primero se desarrolle la infraestructura para facilitar la explotación minera y petrolera que, con el tiempo, aportará los beneficios estructurales para que financiar infraestructura educativa y de salud.
Ocurrió, la cumbre Bennet-Caputo, casi al mismo tiempo que en EE.UU. Milei se sentaba a charlar con José Luis Manzano, que tiene en su staff de abogados a Santiago Viola, apoderado del partido La Libertad Avanza, que preside Karina Milei y tiene como vice a Martín Menem. Accionista del Grupo América, Manzano desembarcó en Telefé junto a Claudio Belocopit (Swiss Medical) y al rosarino Gustavo Scaglione, a quien han escuchado algunos reproches sobre su inversión en América. La reunión en Miami generó especulaciones y sorpresa.
Sin encuentro ni foto con Donald Trump ni Lionel Messi, Milei tuvo una sentada con Manzano que se posiciona como la figura con más músculo en la TV con el control del canal de aire más visto y de la tercera pantalla en el rubro noticias. Viola, supuesto enlace para gestionar la cita, sonó para más de un cargo –secretario de Legal y Técnica, la AGN– mientras aparece en otros asuntos mundanos: además del apoderado de LLA, se acercó a Diego Spagnulo, denunciante de las coimas en ANDIS, para ofrecerse como su patrocinante.
La irresistible tentación del dólar barato
De regreso a Buenos Aires, previa escala en Bolivia, Milei puso a los suyos a pulir la letra de los proyectos de Reforma Laboral y de Reforma Tributaria que quiere presentar el 15 de noviembre para tratar en extraordinarias, junto al Presupuesto. En el temario de extraordinarias reaparecerá un tema que quedó casi en el olvido: la ley de Inocencia Fiscal, que en algún momento promovió para incentivar que se inyecten en el sistema los dólares del colchón.
En su gira, Milei reforzó la idea de sostener el dólar en los valores actuales, aunque Toto Caputo y Santiago Bausili están tratando de arbitrar para ver en qué nivel se estacionará el precio. Parece aplicar lo que Emmanuel Álvarez Agis repite en sus exposiciones privadas, respecto a que Milei no escapa a una debilidad de todos los presidentes argentinos: tener un dólar barato. El libertario desafió, otra vez, el consenso de economistas que anticipan una banda y un dólar más alto, algo que hasta acá no ocurrió. Mientras tanto, la industria sigue sin dar señales de resurrección, tal como refleja el informe de Equilibra.

El dólar abajo de los 1.500 pesos parece barato hasta para Marcos Galperín, que envió al CEO de Mercado Libre a pedir regulaciones contra el ingreso de productos chinos vía Shein y Temu. Bernabé Malacalza, que publicó Las Cruzadas del Siglo XXI sobre el enfrentamiento entre EE.UU. y China, hace una lectura en diagonal y atribuye el planteo a una cuestión más ideológica que económica. Parece serlo, pero se nutre de un factor válido: la lluvia de importaciones y el torrente de turismo expulsivo, factores inocultables para sostener que Argentina está cara.
Esta semana se informó el dato de octubre de la balanza comercial con Brasil: el déficit en los primeros diez meses del año llegó a $ 5.098 millones contra los U$S 175 millones del mismo período en 2024. Está en los niveles de 2017 y es el segundo más alto desde 1999, según la consultora ABECEB, que no avizora que esa tendencia se modifique al menos en lo que queda del 2025.
Del 27 de octubre a octubre del 27
Hay dos dudas y una certeza. Esta última es que Milei no tiene en su menú pensar un dólar que beneficie a la producción local, una mirada si se quiere productivista. La duda es si la apuesta del Gobierno a promover el crédito y el endeudamiento será suficiente. Y si, además, el riesgo país puede bajar a niveles que permita volver al mercado de capitales sin lo que fue históricamente una precondición: que aumenten las reservas.
¿La estabilidad cambiaria, sin inflación -aunque octubre, según las mediciones privadas como la de EcoGo, aceleró la tendencia alcista-, alguna reactivación de la economía y avances de leyes en el Congreso pueden convertirse en la llave para que el riesgo país se ubique en niveles de endeudamiento posible? Es un gran interrogante, que puede ser la doble navaja que presione a los gobernadores que necesitan recursos para ayudar a que se aprueben no solo el Presupuesto 2026 sino las reformas Laboral y Tributaria que quiere Milei.
En la volatilidad, todo está en la ruleta del día a día y cada semana dispara nuevas preguntas. En octubre, la dolarización llegó a 6.500 millones y acumuló 24 millones desde la salida parcial del cepo. El Gobierno espera que ese proceso se revierta, por eso necesita la Ley de Inocencia Fiscal, para lidiar con meses sin oferta de divisas. Así y todo, el Ejecutivo ganó tiempo. Marina Dal Pogetto usa una figura muy gráfica: se pasó de mirar el 27 de octubre a mirar octubre del 27.
Venga ese ajuste
Diego Santilli, en esa condición híbrida de ministro-diputado, empezó la ronda de charlar con gobernadores para definir una hoja de ruta que derive en apoyos legislativos y un esquema de convivencia que contemple, además, las demandas de las provincias. La Casa Rosada acostumbra apuntar a los gobernadores a la hora de pedir mayor ajuste. Las provincias, muchas de ellas sin alardear, vinieron ajustando y ahora ven que el margen es cada vez más estrecho.

Un informe de la consultora Analogías comparó el gasto provincial consolidado entre 2015 y 2024, que muestra que la variación real fue de casi 15% y representó una baja de 2,4 puntos del PBI. Por renglones, la suba más importante fue la de Promoción y Asistencia Social, que creció más de 12%, mientras que Educación cayó 25% y Viviendas, casi 60%. El viejo problema del gasto inelástico con una recaudación a la baja por la depresión económica.
Es un problema que tiene -como todos- Axel Kicillof, que acaba de presentar un proyecto de presupuesto que tiene un resultado primario casi neutro, con un déficit proyectado de 0,13% del PBG (el PBI provincial) y algo más de 450 mil millones de pesos. Es una baja respecto de 2024 y 2025. En los papeles, Kicillof parece abrazar el concepto del equilibrio fiscal, una regla que aparece en la discusión intraperonista.

Kicillof necesita, dice que antes del 10 de diciembre, tener aprobada una autorización de deuda por unos U$S 3.500 millones. Ahí empiezan los chispazos. Desde La Cámpora aseguran que la provincia tiene todavía autorización por 500 millones, por lo cual no hay apuro para aprobar otro endeudamiento. Las cuentas que hacen en el Frente Renovador reducen el número a 200, a lo sumo 300 millones. Kicillof dice que le conviene tener el permiso para aprovechar una ventana de oportunidad a buena tasa. Algo más: con la nueva legislativa, donde aumenta la presencia libertaria, conseguir los 2/3 para endeudamiento va a ser más difícil.
El teléfono rojo peronista
Para el gobernador hay, sin embargo, discusiones laterales sobre todo por efecto de la tensión interna en el PJ. Está roto el diálogo Kicillof-La Cámpora. Las conversaciones son por intermediarios, lo más político vía Sergio Massa y lo legislativo por Alexis Guerrera, el presidente de la Cámara de Diputados provincial. En 2024, esa discusión dejó a Kicillof sin Fiscal Impositiva y sin ley de endeudamiento. Ahora, además de esos asuntos, hay otros más políticos: cubrir 4 vacantes en la Corte y el reparto de lugares en organismos y en el grupo BAPRO.
Demasiados temas picantes como para que no haya conversación entre dos actores como Kicillof y CFK. “Ellos quieren que todo se hable con Cristina”, dicen en La Plata. El clima hostil, post 26-O, perdura porque el pase de facturas, las culpas cruzadas, no ayudaron a bajar el tono. El tuit de Cristina que responsabilizó a Axel tuvo, a mitad de semana, un documento de los intendentes del axelismo que atribuyeron el resultado –que fue, como se dijo acá, el mejor del peronismo desde el 2005 en una intermedia– a las listas peronistas que se fueron por afuera.
Un misil directo a San José 1111, porque la lapicera nacional la manejó CFK y, entre otras cuestiones, la decisión de Fernando Gray –que juntó 80 mil votos con Unión Federal– de ir con boleta propia respondió a que la expresidenta le hizo una promesa que luego no cumplió: en septiembre, Gray jugó adentro con el compromiso de tener, en la lista de octubre, un lugar “entrable” para diputado nacional.
Biopsia del voto a Milei
Nadie, menos que menos Kicillof, pudo pensar en la previa que la elección terminaría con LLA unas décimas arriba, como terminó. El propio gobernador debe, en la intimidad, rumiar la bronca por no haber empujado un poco más, e incentivado a que los suyos lo hagan como lo hicieron en septiembre. La derrota frente a Santilli le arrebató a Kicillof la posibilidad de decir que su táctica había funcionado y quedaba, además, inoxidable hacia adelante.
Podría, quizá, reprochárselo a los propios que estuvieron menos enfáticos a la hora de juntar votos. Un ejemplo: al platense Julio Alak le reprochan que el 7-S movilizó tres mil remises y el 26-O no activó ninguno, y que en los días previos se fue a Brasil a ver a Racing. “Si estaba en juego la suya, ¿vos pensás que se iba a ver a la Academia?”, tiró un buscapié un operador camporista que, se nota, no entiende la pasión racinguista.

A dos semanas del 40,6% de LLA a nivel nacional, se vuelve especialmente interesante un informe forense sobre el voto del 26-O que hizo la consultora ARESCO que preguntó los motivos del voto. Entre votantes de LLA, el 45% dijo que lo hizo por la “buena gestión económica” de Milei, el 34% porque consideró que los candidatos de LLA eran los que más lo convencían y el 21% por temor a lo que pudiese ocurrir si Milei perdía la elección. El estudio de Federico Aurelio no lo define así pero se puede sintetizar como “voto anti pánico” o “anti estallido”. ¿A cuánto equivale? 8 de los 40 puntos que sacó LLA votaron para que la economía no estalle el lunes.
La biopsia electoral permite determinar que 20 puntos de los 40 que votaron a Milei conforma un voto duro, convencido del plan económico, mientras que el resto es un voto mix: apoyo político más, posiblemente, la consideración de que no había ofertas mejores en el cuarto oscuro. Este dato se confirma cuando ARESCO estudia la motivación del voto entre los no votaron a Milei: 3 de cada 4 lo hicieron porque los afecta la situación económica y solo 15% votaron opositores convencidos de que eran los mejores candidatos. Traducción: Milei tuvo 8 puntos de voto anti estallido y la oposición tuvo 66% del voto anti economía de Milei.
¿Es la economía, estúpido?
La derrota del 26-O detonó en el peronismo el efecto desazón y pinchó el globo, sobredimensionado, de la victoria de Fuerza Patria en la provincia el 7-S. Como, se sobreentiende, el problema es la economía, se apuró una discusión sobre el peronismo y las posturas respecto a temas medulares que Milei puso sobre la mesa y conforman, a veces sorprendentemente, la conversación pública.
Diez días atrás hubo en la Facultad de Económicas de la UBA un encuentro de economistas del espectro peronista y progresista, convocados por Futuros Mejores y Centro de Estudios del Desarrollo del AMBA (CEDEAM), para iniciar un debate para definir una especie de plan macro para pensar la economía. En el encuentro participaron organizaciones como Fundar, FIDE, el Plan Fenix, Argentina Grande, CEPA y, entre otros, Fundación Encuentro.
No hubo documentos, porque fue una primera juntada, pero se perfilan miradas generales sobre ciertos asuntos, por caso, la cuestión de la importancia del equilibrio fiscal. Muchos de los grupos y economistas que estuvieron en el encuentro están entre los 90 economistas que, en distintas comisiones, participaron en la confección de un documento de 350 páginas que se elaboró en los últimos meses, convocado por la secretaría de Economía del PJ nacional, que está a cargo del diputado salteño Emiliano Estrada.
Desde hace algunas semanas ese documento está en poder de Cristina Kirchner, que cuando asumió la jefatura del PJ nacional atendió la propuesta de Estrada y otros dirigentes para iniciar un debate interno para confeccionar una especie de plan macroeconómico desde la mirada del peronismo. Por ahora la expresidenta tiene el documento y se espera que el texto, que hasta acá solo conocen en totalidad no más de 5 personas, se abra para un debate integral.

Por Pablo Ibáñez-Cenital

