La actriz se sumó al gran elenco de Sex, el espectáculo de José María Muscari, y habló con Ciudad sobre este nuevo desafío, su vida privada y cómo vive la maternidad.
Julieta Ortega es la cara que le faltaba a Sex, el exitoso espectáculo de José María Muscari que se reinventa constantemente. Desde este mes, la actriz integra el elenco liderado por Diego Ramos que se presenta como siempre en el Gorriti Art Center de la Ciudad de Buenos Aires, desde 2019.
En este contexto, Ciudad la entrevistó para indagar sobre cómo aborda el nuevo desafío, cuál es su mirada respecto del sexo y cómo lo vive, además de cómo atraviesa la maternidad con su hijo Benito (18), fruto de su relación con Iván Noble.
Julieta Ortega, a corazón abierto sobre su rol en Sex, su sexualidad y su mamá con un adolescente
– ¿Cómo te sentís con este nuevo desafío? ¿Habías visto el show antes de sumarte al elenco? ¿Fantaseaste alguna vez con formar parte de algo así?
JO- La verdad que estoy feliz. Sí, claro que había visto el show, 6 veces antes de formar parte. La primera vez que lo vi, hace 3 años, yo estaba haciendo Perdida-mente y le dije a José (María Muscari), cuando salí, que yo haría esto, yo haría algo así.
En ese momento fue una expresión de deseo, una manera de decir, porque estaba en otro espectáculo con él al que le iba muy bien.
Pero después pasó el tiempo y me dieron ganas de hacer otras cosas. Arranqué con un podcast, un programa de entrevistas en Canal A y después me convocaron para hacer La fuerza del cariño.
Y, finalmente, José María recordó lo que le dije alguna vez y me llamó para incorporarme a Sex.
– ¿Qué es para vos lo más interesante de Sex y por qué la gente debería ir a vivir la experiencia?
JO- Lo más interesante de Sex para mí es que es un espectáculo 360, inclasificable. No es teatro, cabaret, comedia ni musical pero sin embargo tiene ingredientes de todas estas cosas juntas. También tiene cosas del burlesque y de la comedia musical.
Es interactivo, derrocha talento por donde se lo mire. Hay bailarines, cantantes, acróbatas, cuerpos hegemónicos, cuerpos no hegemónicos, desnudos, mucha música, agite… es pura energía. Lo podés ver 6 veces perfectamente y no cansarte, e incluso tener ganas de volver a verlo.
Esas son las cosas por las que se la recomiendo a todo el mundo que conozco. De hecho, después de la primera vez que lo vi hace 3 años, cuando no estaba en mis planes incorporarme todavía al espectáculo, se lo recomenzaba a todo el mundo.
– ¿Te sentís una persona sexual? ¿Qué es para vos lo más importante a la hora de tener sexo para poder disfrutar?
JO- Me siento una persona sexual cuando estoy en pareja o cuando me gusta mucho alguien, o bien cuando estoy muy enamorada. Pero no soy una persona que piensa demasiado en el sexo cuando no está pasando eso en mi vida o cuando no hay nadie que me interese.
No separo mucho el sexo de una persona que me guste mucho. Creo que la vida está llena de otras cosas para hacer. Puedo estar muchísimo tiempo en otra, total. Con trabajos, amigos, viajes, música, lecturas…
Creo que el sexo es algo más de la vida, no lo tengo como algo fundamental. Se convierte en algo fundamental solo cuando siento una atracción muy grande por alguien. Ahí sí me convierto en una persona muy sexual.
Pero no, no viene solo. Conozco un montón de gente que sí, que si no lo tiene lo busca, que lo necesita y que lo extraña. A mí no me pasa eso.
– ¿Cómo estás en tu vida amorosa?
JO- ¡Es muy amplia la pregunta! Estoy bien, pero porque para mí mi vida amorosa es la vida con gente querida, con amigos, con compañeros de trabajo o con familia. Para mí todo eso es mi vida amorosa.
En en el plano de relaciones de pareja, en este momento estoy soltera.
– ¿Y en tu vida como mamá de un chico de 18? ¿Cómo llevás la maternidad en esta etapa?
JO- Es una etapa bastante más relajada que hace unos años. Mi hijo ya terminó el colegio, se maneja solo, tiene independencia total. Va y viene. Vive conmigo por supuesto, y a veces con el papá, pero está mucho más independiente.
Yo igual siempre trabajo, desde sus 3 meses de vida, así que está acostumbrado. Pero te diría que ahora la situación es bastante más relajada que cuando tenía 12.
Cuando los chicos cobran independencia, seguís chequeando para saber dónde están, seguís siguiendo la ruta del auto que se tomaron, viendo si se fueron a lo de un amigo o en qué lugar están. No te desligás por completo, obvio, pero es mucho más relajado que en la etapa escolar.
Por Estefania Lisi-CM