Luis Manuel Díaz fue entregado este 9 de noviembre a una comisión integrada por la ONU y la iglesia Católica en la Serranía del Perijá, en el norte del país, tras 12 días de secuestro por parte de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN). El presidente Gustavo Petro celebró la liberación, que llega en un momento complejo en las negociaciones de paz entre el Gobierno y el grupo armado.
Luis Manuel Díaz, el padre del futbolista colombiano Luis Díaz, está en libertad.
La delegación de paz del Gobierno de Colombia en la Mesa de diálogos con el ELN confirmó que el hombre fue liberado por esa guerrilla este 9 de noviembre y entregado a una comisión integrada por miembros de la ONU y la iglesia Católica, así como personal médico.
Tras 12 días de incertidumbre e intentos fallidos para su liberación, el padre del jugador del Liverpool fue dejado en libertad en las estribaciones de la Serranía del Perijá, cerca de la localidad de Barrancas, al norte del país, donde fue secuestrado el pasado 28 de octubre.
Luis Manuel Díaz fue trasladado en un helicóptero a la ciudad de Valledupar donde será sometido a un chequeo médico.
El presidente Gustavo Petro celebró en X la liberación y expresó en un escueto mensaje: “Viva la libertad y la paz”.
Un secuestro que golpea las conversaciones de paz entre el Gobierno y el ELN
Luego de que el padre del reconocido futbolista fuera privado de la libertad hace casi dos semanas, se vieron interrumpidos los diálogos de paz entre el Gobierno colombiano y el grupo armado al margen de la ley.
Las conversaciones habían reiniciado el año pasado con la esperanza de poner fin a las hostilidades del ELN, tras seis décadas de conflicto interno en el país, en el que se han involucrado distintos frentes armados, incluida la extinta guerrilla de las FARC, y que ha cobrado la vida a al menos 450.000 personas.
El pasado agosto, las dos partes iniciaron un alto el fuego de seis meses, pero el secuestro de Díaz marcó un punto crítico en el proceso para un cese de enfrentamientos a largo plazo. Tanto las crisis en las negociaciones con el ELN, como con las disidencias de las FARC han puesto en jaque a la Administración de Petro.
“El actual proceso con el ELN ha avanzado como ningún otro hasta el día de hoy. De todos modos, nuestra delegación considera que el secuestro de Luis Manuel Díaz ha puesto nuestro diálogo en una situación crítica y por ello ha llegado el momento de tomar decisiones para eliminar el secuestro”, afirmó un comunicado de la delegación negociadora del Gobierno en las conversaciones con el autodenominado Ejército de Liberación Nacional.
Los delegados agregaron que celebran la liberación del padre del jugador del Liverpool, pero que el secuestro “nunca debería haber ocurrido”.
“El secuestro es un crimen que ultraja cruelmente la dignidad humana, provoca inmenso sufrimiento a las familias y comunidades (…) Todas las personas retenidas por el ELN deben ser liberadas”, agregó el comunicado.
Colombia, un país con un complejo escenario para erradicar los grupos violentos
El Gobierno de Petro está intentando entablar negociaciones con varios movimientos armados ilegales y las conversaciones con el ELN han sido las más avanzadas. Sin embargo, aún existe un largo camino por recorrer.
El pasado septiembre, fuentes de seguridad colombianas señalaron que prevén que al menos el 40% de los combatientes del ELN rechacen un posible acuerdo de paz y opten por permanecer armados.
La fragmentada estructura de mando de ese movimiento irregular es uno de los principales obstáculos que destacan los expertos en seguridad y críticos de las conversaciones, ya que advierten que es poco probable que los frentes más radicales del grupo violento se adhieran a un eventual pacto de paz.
Un escenario similar al que surgió luego del Acuerdo de Paz, firmado en 2016 entre el Gobierno del entonces presidente Juan Manuel Santos y las FARC, posteriormente convertida en partido político.
No obstante, miles de combatientes se rehusaron a abandonar las actividades delictivas e incluso el jefe del equipo negociador ‘Iván Márquez’ retomó las armas tras la firma del acuerdo. Las disidencias de las FARC y otros grupos armados, como el Clan del Golfo, continúan azotando a parte de la población mediante extorsiones, secuestros, asesinatos y narcotráfico, entre otros.