Marcin Banot trepó más de 20 pisos de un edificio de Puerto Madero y fue rescatado por el Cuerpo de Bomberos del Gobierno de la Ciudad después de desplegar un importante operativo.
El influencer Marcin Banot, detenido el martes pasado después de trepar más de 20 pisos de un edificio del barrio porteño de Puerto Madero, llegó a un nuevo acuerdo con la Justicia. El polaco no podrá volver a Argentina por 3 años y, en lugar de pagar los $38 millones por los gastos del operativo que permitió su rescate, deberá entregar su cámara GoPro al Cuerpo de Bomberos del Gobierno de la Ciudad.
La querella rechazó el ofrecimiento de USD 100 que había realizado en concepto de reparación del daño el escalador, quien reconoció haber cometido un “grave error”.
Además, el youtuber, quien fue imputado por el delito de violación de domicilio, dejará dos memorias donde estaban registrados los hechos que motivaron su arresto.
“Reconozco que cometí un grave error al trepar ese edificio sin pensar en las consecuencias. Mi comportamiento fue peligroso. Quiero pedir disculpas, especialmente a los ciudadanos argentinos y en particular a los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires por las molestias que mi accionar pudo haber causado”, señaló el polaco, de 36 años, en un video,
En este sentido, como pautas de conducta, desde la Unidad de Flagrancia Este se dispuso también que Banot deberá fijar residencia y someterse al examen y las citaciones del Departamento de Control de Suspensión del Proceso a Prueba del ministerio Público Fiscal de la Ciudad.
El polaco llegó a la Argentina el viernes 7 de junio, cuando realizó un primer intento de escalamiento de un edificio, que fue frustrado por custodios de seguridad privada.
En sus redes sociales, el hombre se muestra mientras recorre el mundo y hace este tipo de actividades, las cuales demuestran una enorme peligrosidad. Algunos edificios que escaló son el Burj Khalifa en Dubái, la Torre Eiffel en París, la Torre Shard en Londres, el Hotel Marriott en Varsovia y la Torre Insignia en Monterrey, México.
Fuente: el Canciller