Misiones Para Todos

El golpe que pasó desapercibido en la autopsia de Nora Dalmasso y por qué podría haber anulado su resistencia a un ataque feroz

El prestigioso forense Osvaldo Raffo, ya fallecido, elaboró en 2007 un informe a pedido de la defensa de Facundo Macarrón, imputado en la primera etapa de la causa, que daba pistas sobre el asesinato. Sus críticas a los médicos que examinaron el cuerpo

Osvaldo Raffo escribió en al inicio de su informe: “1 de julio de 2007. San Martín, provincia de Buenos Aires”. Aunque el crimen que analizaría había sido cometido a unos 600 kilómetros de distancia, el prestigioso forense eligió la comodidad de su hogar para analizar y cuestionar en duros términos el trabajo de los peritos que ejecutaron la autopsia de Nora Dalmasso, asesinada en el exclusivo country Villa Golf de Río Cuarto, en Córdoba.

Las conclusiones a las que arribó el criminólogo hace 18 años gozan de renovada actualidad tras el hallazgo del ADN del parquetista Roberto Barzola en el cinto de la bata con el que asfixiaron a Dalmasso y en un vello púbico que encontraron sobre su cuerpo desnudo.

Raffo llegó al expediente a raíz de una convocatoria de Marcelo Brito y Soledad Nieto, abogados de Facundo Macarrón, por ese entonces, imputado por el homicidio de su propia madre, una hipótesis del fiscal Javier Di Santo que naufragó al igual que las sospechas sobre el denominado “perejilazo” Gastón Zárate.

Osvaldo Raffo

En el documento de 14 páginas, al que tuvo acceso Infobae, desgranó el trabajo de los médicos que realizaron la necropsia: dio cuenta de errores y omisiones que habrían cometido, ordenó y completó datos y hasta reveló un detalle que pasó desapercibido en la mesa de autopsias. En resumen, una clase magistral del tanatólogo que, en marzo de 2019, decidió quitarse la vida.

El forense, en primer lugar, anotó que la autopsia fue ejecutada el “26/XI/06″ a las 21, que el hallazgo del cuerpo se produjo a las 16 del mismo día y que el examen médico forense en el lugar del hecho se realizó a las 19. Luego, listó, a su entender, cada uno de los yerros.

“El cadáver fue remitido a la morgue sin la ligadura cervical que era doble y fijada con dos nudos, sobre el lateral derecho del cuello y ubicado a la altura de la laringe”; “no resulta aceptable que se afirme que se observan simultáneamente ‘cianosis cervicofacial´, que es un fenómeno vital, y ‘livideces cervicofaciales’, que es un fenómeno post mortem. Tampoco es aceptable que se exprese: ‘no signos de defensa y lucha’ si la víctima fue violada y estrangulada”, indicó.

El perito de parte señaló otro error importante: “El examen cadavérico dice textualmente ‘rigidez presente en período de desinstalación’. La rigidez cadavérica, que es un estado de retracción y tiesura que sobreviene en los músculos después de la muerte, desaparece cuando comienza la putrefacción. En el material iconográfico se observa claramente que el cadáver se encuentra en el período inicial de la putrefacción cadavérica (…) Por ello considero que la rigidez muscular estaba ausente”, explicó. Y agregó: “Es importante excluir la rigidez para poder afirmar que el intervalo post mortem es, siempre aproximadamente, de 36 horas, contando desde el momento que se examinó el cadáver (19 horas del día 26/XI/06)”.

Mencionó, a la vez, los detalles que dieron cuenta de agresión extrema que sufrió la mujer hasta que dejó de respirar: observó una lesión en el cuello de forma redondeada, que reproducía la forma de los nudos constrictores. Notó otras producidas por mecanismos de fricción en la zona del mentón. En el cráneo, “se palpan hematomas”.

Puntualizó otros golpes presentes en el codo, en el abdomen, en las mamas (posibles mordeduras), en los muslos, en la cara (posible mordedura) y la zona genital.

El vello púbico fue hallado en el cuerpo de la víctima

Los médicos que realizaron la autopsia atribuyeron las lesiones del codo y la cabeza a “zamarreos” golpeando contra la pared o el borde lateral de la cama en la que fue encontrada. Aseguraron que fueron provocados por “impactos de baja energía cinética”. Para Raffo ese aspecto no descarta el ataque violento y, al mismo tiempo, dedujo que se pudo haber golpeado el codo contra el piso cuando intentaba evitar ser estrangulada.

Luego, continuó con las críticas al protocolo de autopsia: “No hay descripción del dorso del cadáver; la recolección de muestras del cadáver de profundo interés para la investigación criminalística fue incompleta: no se hizo lo usual que es tomar tres muestras de cada lugar, no se efectuó hisopado nasal ni bucal. Las muestras de cabello, vello púbico, cejas y nuevos hisopados se obtuvieron en la exhumación del cadáver; no hubo etapa radiológica. En el caso interesaba el cráneo, la columna cervical y las costillas. No se ha efectuado autopsia del cráneo. No sabemos cuáles son las consecuencias del golpe que Nora Dalmasso sufrió en la cabeza”, recalcó.

Roberto Barzola, el nuevo acusado del crimen de Nora Dalmasso

“La autopsia del cuello es incompleta”, sentenció. “No se han obtenido muestras para examen histopatológico que no solo confirma la exactitud de los hallazgos microscópicos, sino que permite diferenciar las lesiones vitales de las post mortem, o aclara la naturaleza o mecanismo productor de las lesiones”, siguió. “No podemos saber si fue drogada con una sustancia que alterara su sistema nervioso central o perturbara su funcionamiento”.

Y marcó otro sinsentido: “El aparato genital está rotulado de ‘normal’. Ello no puede ser así si se han descrito lesiones”.

Para Raffo, los peritos carecían del conocimiento del objetivo de una autopsia, prejuzgaron el cuerpo descompuesto como no productivos, no reconocieron artificios post mortem, describieron de forma deficiente los signos de violencia, cometieron negligencia en el lugar del hecho, en la cadena de custodia y en la redacción del informe. Para colmo, la autopsia de Dalmasso “carece de la ilustración debida”. “Se registraron muy pocas fotografías, no se hicieron esquemas. No existe video”, remarcó el médico legista.

Por último, criticó a los responsables de la investigación: “No cumplieron con el axioma acuñado por Edmond Locard: ‘El lugar del hecho debe ser un recinto sagrado’. En el escenario criminal estuvieron no menos de 20 personas”, cuestionó.

Las conclusiones de Raffo

Pese a las falencias que encontró, el forense pudo desentrañar la violencia con la que actuó el homicida. “El criminal coloca una mano horizontalmente comprimiendo la boca de la víctima y luego refuerza la presión encimando la otra mano sobre la primera. Completa la maniobra comprimiendo la laringe con el talón de esa mano y agregando el peso del cuerpo”. Es decir, que el autor selló de forma total la vía aérea de la víctima.

Estando Dalmasso en un “estado agónico terminal o ya muerta”, el homicida apretó su cuello con el lazo de la bata. Los rastros de sangre que quedaron sobre su rostro dieron la pauta a Raffo que la víctima trató de defenderse y luchó para no morir asfixiada.

Más adelante habló de un “detalle que pasó casi desapercibido”. Se trata de un hematoma de 7 centímetros de diámetro que la víctima presentaba en la región parietooccipital derecha del cráneo “severo”. “Presumo, porque no se efectuó la autopsia del cráneo, que el golpe disminuyó o anuló la capacidad de resistencia de la víctima”, aseguró el perito.

Marcelo Macarrón, viudo de Nora Dalmasso, absuelto en el juicio

“Se trata de un signo clásico en medicina forense. La víctima es desvanecida a golpes y luego estrangulada. De allí el nombre ”mecanismo de la anestesia previa de Brouardel”. Cuando no está presente el estrangulado, el perito debe investigar por qué causa la víctima no pudo resistir”, explicó y recalcó que “casi siempre, la estrangulación está vinculada a delitos sexuales” y enumeró los indicios en el cuerpo de Dalmasso que dan cuenta de ese modus operandi.

Hay signos demostrativos de violencia canal, no de juego amoroso. Nora Dalmasso no pudo resistirse. Luchó por su vida, fue derribada al suelo y transportada en la cama o sorprendida en ella”.

“No podemos descartar que el asesino haya tomado la cabeza de Nora Dalmasso con ambas manos y la haya golpeado varias veces contra el piso o contra la pared. En las manos de la víctima se hallaron cabellos, al parecer, semejantes a los de aquella. Ella misma, para liberarse del agresor, pudo haber traccionado y arrancado parte de los cabellos”.

Dalmasso fue asesinada el 26 de noviembre de 2006. En julio de 2022, el viudo, Marcelo Macarrón fue absuelto del homicidio. La hipótesis que llegó a juicio, del fiscal Luis Pizarro, fue la de un crimen por encargo. Esa posibilidad fue descartada durante el debate por el fiscal de juicio Julio Rivero quien consideró que “Norita” fue asesinada por una persona conocida “tras un acto sexual consentido”.

El nuevo fiscal en el caso, Pablo Jávega, comunicó en diciembre pasado el hallazgo del ADN del parquetista en el cinto y el vello púbico. Aunque Barzola no puede ser imputado por la prescripción de la causa, la nueva hipótesis coincide con las conclusiones de Raffo, casi dos décadas más tarde.

Nora Dalmasso fue asesinada en 2006

Por Cecilia Di Lodovico-Infobae