La Unión Europea quiere alcanzar la neutralidad de carbono para 2050. Pero no hay consenso sobre cómo lograrlo, en especial cuando se trata del sector agrícola.
La periodista de ‘Euronews’ Valerie Gauriat viajó a Dinamarca, que quiere introducir un impuesto sobre el carbono en la ganadería a partir de 2030. Sería el primero en el mundo.
El sector agrario genera el 11,4 % de las emisiones de gases de efecto invernadero en Europa, debido sobre todo a la ganadería.
Proceden principalmente de la digestión de los piensos por parte del ganado vacuno y ovino, y del almacenamiento del estiércol de vacuno y porcino.
A esto se suman las emisiones que generan la aplicación de fertilizantes químicos y el estiércol esparcido por los agricultores o excretado por el ganado.
Francia, Alemania y Polonia son los mayores emisores de GEI agrícolas en la Unión Europea. Pero Dinamarca, un importante exportador de productos lácteos y carne de cerdo, no se queda atrás. La ganadería es la segunda fuente de emisiones de gases de efecto invernadero del país, después de la energía.
El proyecto de impuesto sobre el carbono para el ganado, aún pendiente de votación en el Parlamento danés, es controvertido.
El ganadero Peter Kiær, presidente de la Asociación Danesa de Agricultura Sostenible, cría cerdos para el mercado de exportación.
Cree que el nuevo impuesto será contraproducente y hará que los agricultores trasladen su producción a otros países.
“Los agricultores daneses quieren ser los más ecológicos y utilizar la mejor tecnología para contaminar lo menos posible. El impuesto dificultará la inversión en tecnología verde”, afirma.
“Si Dinamarca es el único país con un impuesto sobre el carbono, no seré competitivo frente a los demás países y tendré que dejar de criar cerdos”. La única forma de que un impuesto funcione, dice Peter Kiær, es que se extienda “a todos los países de Europa”.
Jette Bredahl Jacobsen, vicepresidenta del Consejo Científico Asesor Europeo sobre el Cambio Climático, está de acuerdo en que hay que hacer más a escala europea para reducir las emisiones agrícolas de GEI.
“Tenemos que aplicar algún tipo de mecanismo de fijación de precios en la agricultura y dar incentivos para reducir las emisiones. Y también debemos revisar la política agrícola común. Porque, tal como está hoy, una gran parte de las subvenciones se destina a producciones con altas emisiones de gases de efecto invernadero y no a formas de producción menos intensivas en carbono”.
Sin embargo, bajo la presión de los agricultores, la Comisión Europea ha renunciado este año a integrar medidas específicas para la agricultura en sus objetivos climáticos para 2040.
Por Valérie Gauriat Euronews