La reciente elección de la ciudad de Córdoba da cuenta de una consolidación de propuestas provincialistas con fuerte arraigo en lo local. La exigencia de más federalismo se traduce en las urnas de cada elección provincial y configura un escenario que pone en aprietos a Juntos por el Cambio debido a su perfil marcadamente centralista.
El rasgo distintivo de la democracia es que los representantes son elegidos a través de las elecciones. Tal vez sea por esto que las descripciones de la política democrática a menudo dan la impresión de que la democracia es sinónimo únicamente de elecciones, y consecuentemente las acciones de algunos políticos se reduzcan a prometer y recorrer las calles cada 2 o 4 años, esa mecanizada práctica que despliegan para acceder al poder por encima de cualquier motivación o causa movilizadora. Es en este contexto, que podemos apreciar que en las elecciones el pueblo es omnipotente, y entre elecciones es impotente. O’Donnell considera que esa reducción de la democracia a las elecciones es una patología latinoamericana.
En las elecciones, los candidatos se proponen revelando sus preferencias y los electores votan por los candidatos más cercanos a las suyas propias.
La voz de la opinión pública puede ser atendible o no, pero, incluso cuando lo es, como en el caso de las encuestas, las otras maneras de efectuar el conteo no poseen la autoridad ni la confiabilidad de las elecciones. Además, las minorías intensas pueden disfrazarse de mayorías. Ni las elecciones ni las otras formas de sumar preferencias admiten diferencias de intensidad entre preferencias. Las minorías intensas no dejaran de ser minorías.
La magia de las elecciones consiste en que abren horizontes inter temporales. Las fuerzas políticas participan en las elecciones para decidir políticas sobre las cuales tienen intereses en conflicto. Tras observar el resultado de una elección, deciden si respetar el resultado o tratar de imponer su voluntad por la fuerza.
Para entender mejor el papel de las elecciones en el procesamiento de conflictos, debemos considerar lo siguiente: en la sociedad hay dos grupos antagónicos en torno a una política. Pueden obtener sus resultados ideales a través de la lucha, con una probabilidad conocida de que triunfe uno de ellos. Si desean evitar la violencia, considerando esa probabilidad, podrían ponerse de acuerdo en ciertas reglas y de esta forma resolverían el conflicto de modo pacífico.
El influyente economista de origen argelino, Jacques Attali, destaca con énfasis en uno de los tramos de su último libro L’économie de la vie (La economía de la vida) que “cuando la política se vuelve incapaz de asegurar el bienestar de sus ciudadanos, cuando ya no puede garantizarles un cierto nivel de vida ni prometérselo a sus hijos, y sobre todo cuando no sabe evitarles la muerte, darle un sentido o al menos hacerla olvidar, la sociedad que esa política administra y la cultura de la que es garante se encuentran en gravísimo peligro”. También considera Attali que “muchos dirigentes políticos no han tomado conciencia tampoco de que con esta pandemia comienza no sólo una gravísima crisis económica, sino incluso una aún más grave crisis política, social, moral e ideológica. Por supuesto, muchos se han comportado de manera honesta e infatigable, pero la mayor parte de ellos han tomado decisiones equivocadas”.
El teórico británico Bernard Crick cita de la Política de Aristóteles la idea de una “una buena polis”. Propone una clase de unidad que supone que la sociedad civilizada es inherentemente pluralista, que vivir juntos dentro de esa sociedad implica negociación y conciliación de intereses “naturalmente diferentes”, y que “normalmente es mejor conciliar diferentes intereses que coercionarlos y oprimirlos perpetuamente”. La visión de Crick busca ampliar los horizontes humanos y multiplicar las posibilidades de tener una vida mejor. En efecto, y considerando la idea desarrollada podríamos decir que la clase de unidad más prometedora es la que se logra, día a día, por medio del debate, la negociación y la concesión entre valores, preferencias y modos de vida y de autoidentificación de muchos y diferentes miembros de la polis.
A decir del brillante Zygmunt Bauman, este es un modelo de una unidad conseguida como logro conjunto de los agentes dedicados a autoidentificarse, una unidad que es una consecuencia y no una condición a priori de la vida compartida, una unidad conseguida por medio de la negociación y la reconciliación, y no a través de la negación, la atenuación o la eliminación de las diferencias. Es, por lo tanto, la única variante de unidad (la única forma de reunión) que es compatible, plausible y realista dentro de las condiciones establecidas por la modernidad líquida.
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La inalienable voz del Pueblo
Las elecciones municipales de Córdoba celebradas el último domingo confirman una tendencia que se viene dando elección tras elección en las provincias argentinas. Mucho hemos hablado durante el último tiempo de la desafección y el hartazgo de la ciudadanía, es cierto.
Ahora bien, hasta la fecha se han celebrado quince elecciones provinciales (sin contar aquellos distritos que realizaron PASO a nivel provincial) y otras tantas municipales en todo el país. Como dijimos, la más reciente fue la de la ciudad de Córdoba (capital de la provincia). Debemos remarcar que el elemento predominante y, a la vez, configurativo de un nuevo mapa del poder es el fortalecimiento de los provincialismos. La gente en la mayoría de los casos demostró su preferencia por aquellos partidos o frentes provinciales con fuerte arraigo en lo local. Misiones, Neuquén, Rio Negro, Salta, Tierra del Fuego, La Pampa, La Rioja, Tucumán y Córdoba son ejemplos que demuestran esta impronta, pese a la fuerte operación de posicionamiento perpetrada desde los medios de Buenos Aires para inclinar la balanza a favor de los candidatos que responden al centralismo porteño.
Los movimientos provincialistas han demostrado que supieron entender el sentir de una sociedad apática y harta de las disputas intestinas del poder que sólo interesan a los políticos y, al mismo tiempo, fueron capaces de mostrar un camino diferente al de la grieta, promoviendo los consensos necesarios para garantizar un clima de concordia y paz social en momentos en donde los altos niveles de confrontación generados e irradiados desde un sector de la clase política han calado hondo en la sociedad agregando más incertidumbre al difícil contexto que vive el país.
En el caso concreto de Misiones, tanto desde la conducción de la Renovación Neo, como desde el gobernador y desde los legisladores queda demostrado que se han convertido en hidalgos defensores de los intereses de la provincia, en soledad y ante la mirada esquiva y el silencio cómplice de los dirigentes que pertenecen a un espacio nacional como Juntos por el Cambio que les marca la agenda y les pasa el libreto de lo que pueden o no decir. Tal vez esa sea la causa de los más de 40 puntos de diferencia obtenidos por el Proyecto Misionerista sobre el espacio cambiemita en las pasadas elecciones provinciales del 7 de mayo que erigió a Hugo Passalacqua y Lucas Romero Spinelli como gobernador y vice de Misiones.
Córdoba, un duro golpe para JxC
La estrepitosa caída de Rodrigo De Loredo el pasado domingo en las elecciones municipales de la capital cordobesa dejó al radicalismo sin líderes en la provincia y al mismo tiempo generó un fuerte pase de facturas interno.
Hace un mes, Luis Juez, el candidato a gobernador de Juntos por el Cambio, fue derrotado por el actual intendente de Córdoba Martín Llaryora. Fiel a su estilo, Juez tardó en reconocer la victoria de su adversario y al mismo tiempo propinó una serie de denuncias infundadas. Un verdadero papelón que culminó con el escrutinio definitivo.
En las elecciones del domingo pasado, el diputado radical sacó incluso menos votos que Luis Juez hace escasos 30 días pese a contar con enormes recursos para la campaña y un descomunal apoyo de los medios de Buenos Aires. En las últimas semanas, De Loredo se paseó por todos los programas políticos habidos y por haber de la TV porteña. Desde Buenos Aires, a través de las encuestadoras amigas, instalaron que el candidato de JxC registraba una diferencia de 15% a su favor. La realidad reflejó otra cosa, el candidato del cordobesismo Daniel Passerini le ganó por una diferencia de más de 50 mil votos.
Por segunda vez, el legislador de la UCR pierde una elección municipal, aunque el resultado del fin de semana fue un durísimo golpe de knock out y que impacta en toda la oposición cordobesa.
Juntos por el Cambio muy estaba confiado con la elección del domingo a punto tal que había preparado una fiesta de trascendencia nacional. El plan orquestado en el seno de la alianza opositora era mostrar a De Loredo abrazado a Patricia Bullrich y a Horacio Rodríguez Larreta, y rodeado de los referentes de Juntos por el Cambio, Gerardo Morales, Alfredo Cornejo, Martín Losteau y Emiliano Yacobitti.
Por parte del cordobesismo, instantes después del reconocimiento de la derrota de un De Loredo rodeado de los pesos pesados de Juntos por el Cambio en una verdadera imagen dantesca, Martín Llaryora atacó con munición gruesa al intento fallido de nacionalización de la elección. El gobernador electo el pasado 25 de junio exclamó: “que no nos vengan a explicar qué hacer los pituquitos de Recoleta”. Un mensaje directo a quienes promueven, defienden y vanaglorian el centralismo porteño.
El futuro de la Argentina debe ser más federal
Al hablar de modelo de país, es menester hablar de la diferencia entre unitario y federal, y más importante aún hablar del anti-federalismo. La ideología unitaria, esa visión centralista de una Argentina proyectada desde el puerto de Buenos Aires es una cosa, pero muy distinta es la instauración de un modelo de país antifederal. Y decimos antifederal, porque las acciones llevadas a cabo por los actores además de ser pro-centralistas, son anti federales, toda vez que los beneficios dispensados por el sistema que rige en nuestra Nación a favor del país central representan un verdadero perjuicio para el federalismo.
A finales del año pasado, la Corte Suprema de Justicia de la Nación se expidió a favor de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en la disputa por los fondos de coparticipación en una clara muestra del corte anti federalista que rige en nuestro sistema republicano
Mediante un polémico fallo, el máximo tribunal argentino dispuso que el Gobierno nacional le pague al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires el 2,95% de la masa de impuestos coparticipables y suspendió la Ley 27.606 que le otorgaba el 2,32%.
La decisión se trató de una verdadera condena aplicada al federalismo, a favor del distrito más rico de la Argentina, que obliga al resto del país a financiar los servicios y los lujos de los porteños. El subte, las autopistas, el gas natural, y cuanto otro servicio que se les ocurra los financiamos todos los argentinos, desde Ushuaia hasta La Quiaca, sin distinción.
Cabe recordar que la acción fue impulsada por quien hoy es uno de los precandidatos presidenciales de Juntos por el Cambio, hablamos de Horacio Rodríguez Larreta. El Jefe de Gobierno porteño ha dado sobradas muestra de su visión sesgada de país. Todo se reduce a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Basta con escuchar explayarse es sus discursos al precandidato porteño, le cuesta y mucho hablar de un país federal. Larreta ha demostrado en una innumerable cantidad de veces que no conoce el interior del país, sus referencias hacia determinadas regiones y provincias son muy superficiales. Generalmente lo hace en abstracto para evitar el error y quedar en evidencia. Ejemplos sobran, tal vez el más cercano fue cuando en una de sus visitas a Misiones pidió visitar un yerbal para conocer “la plantita de yerba”.
En una reunión de dirigentes del Frente Renovador llevada a cabo a mediados en diciembre de 2022, que tuvo al Ing. Carlos Rovira como principal orador, el conductor de la Renovación manifestó: “En nuestra historia, en todos los años de transcurso, también hay un capítulo de recuperación o reinstalación de nuestra verdadera historia no escrita en la historia nacional. Siempre es un viejo reclamo más antiguo que la coparticipación, la versión conocida y estudiada por todos nosotros aún hoy es una versión reducida que no contempla los episodios fuertes desde el nacimiento de Misiones hasta aquí. La Nación nos vino reconociendo a duras penas, entre dientes, posterior a los actos nuestros. Y esto se lo debe a la política, a la Renovación, exclusivamente”.
Lo cierto es que, si realmente hubiera una concepción de país federal, Misiones debería recuperar el punto y medio de coparticipación que regalaron gobiernos anteriores. Misiones no pide nada de más, reclama lo que le pertenece y le fue quitado sin argumentos válidos, de forma discrecional.
Pese a las vicisitudes de la historia y en una gran muestra de capacidad de resiliencia, la provincia ostenta un modelo que es admirado por diferentes provincias del país, nacido en 2003 con la visión prioritaria puesta en lo local, la autonomía, la austeridad y la responsabilidad en el manejo y administración de los fondos públicos.
A esta altura de la historia queda más que claro que el país central impulsado por gobiernos que no miran al interior profundo de la Argentina no puede seguir dilatando la solución a los problemas de fondo que generan profundas asimetrías y condenan a las provincias al abandono y la pobreza. El futuro de la Argentina que se viene debe ser necesariamente más federal.
Los gestos de Massa hacia Misiones
El Ing. Rovira manifestó en alusión a Massa que “Somos renovadores, compartíamos ya una idea de renovación, de apertura. Conoce la provincia como el mejor candidato nacional, la recorrió varias veces. Ayer mismo hemos plasmado uno de los elementos de una de las construcciones de mayor importancia para los misioneros que es el espacio económico común con una ley. Y donde Massa se puso al frente del pedido de Misiones”.
Massa demostró ser el político nacional que más respeta la determinación del Misionerismo. El ministro de Economía de la Nación ha venido apoyando distintos pedidos y medidas tomadas por la provincia. Su rol fue clave para que finalmente pueda ser incluida la Zona Aduanera Especial para Misiones en el presupuesto 2023, cuya reglamentación comenzará a materializarse de manera progresiva a partir del mes de septiembre, tal como lo adelantó en su visita a Puerto Iguazú a principios del mes de julio. Una herramienta de vital importancia que significará una palanca para el crecimiento y consolidar el desarrollo productivo de la provincia.
La figura de Massa también fue fundamental para que las economías regionales de Misiones –yerba mate, té, madera y tabaco– sean incluidas en el tipo de cambio diferencial para las exportaciones, conocido popularmente como “dólar agro”. Un pedido de los sectores productivos que fue gestionado por el gobernador Herrera Ahuad.
Massa ha mostrado grandes gestos hacia la provincia, uno de ellos fue la incorporación del diputado nacional misionerista Diego Sartori a la comitiva que llevó adelante una misión diplomática a la República Popular China y que se tradujo en importantes gestiones para la provincia, sobre todo en materia energética.
En cuanto a los beneficios más recientes conseguidos por Misiones, gracias a la buena sintonía entre la provincia y Sergio Massa, debemos mencionar la aprobación de 7 proyectos de biomasa producidos en la tierra colorada de gran importancia para alcanzar la mentada soberanía energética, como así también la eliminación de las retenciones para las economías regionales a partir del mes de septiembre que beneficiará a la madera y el tabaco de nuestra provincia.
Por otra parte, el tigrense ha expresado en más de una oportunidad su admiración por el modelo misionero y sigue con particular interés el desarrollo exponencial de la industria del conocimiento en la provincia.
El precandidato presidencial considera que la industria del conocimiento debe ser una de las cuatro patas del desarrollo productivo argentino junto con la agroindustria, la energía mediante la explotación de Vaca Muerta y el desarrollo de la industria del litio.
En esa concepción de Massa, la provincia claramente tiene un rol estratégico ya que cuenta con Silicon Misiones, el mayor polo tecnológico de la región.
Por Nicolás Marchiori