El nuevo Gobierno de Siria ha pedido la disolución de todos los grupos armados. Sin embargo, en la ciudad suroccidental de Suwayda, un pequeño grupo de combatientes drusos se resiste a abandonar las armas. Estos combatientes de la minoría religiosa drusa dicen que prefieren confiar en sus propios hombres y no en las promesas de las autoridades de transición sirias.
Aunque el martes, el líder de las nuevas autoridades sirias, Ahmed al-Sharaa, dijo haber llegado a un acuerdo con los líderes de las antiguas facciones rebeldes para disolver los grupos armados y colocarlos bajo la autoridad del ministerio de Defensa; Chekib Azzam, el hombre fuerte de Suwayda, bastión de los drusos, le afirmó a FRANCE 24 que no entregará las armas.
Un pequeño grupo de combatientes armados renueva su lealtad a su comandante de brigada con una danza tradicional drusa en la ciudad siria de Suwayda, cerca de la frontera con Jordania.
Suwayda es el bastión de los drusos, una de las minorías más insulares de Oriente Próximo, asentada principalmente en las zonas fronterizas entre Siria, Líbano e Israel. Es un grupo etnoreligioso surgido en Egipto a principios del siglo XI como una secta del islam.
Chekib Azzam es el hombre fuerte de Suwayda, con una brigada de unos 7.000 combatientes bajo su mando.
Da la bienvenida a todos los combatientes que le han prometido lealtad y expone claramente su posición.
“Nuestras brigadas están todas unidas, pero nos negamos categóricamente a entregar las armas, estamos sobre el terreno y estamos acostumbrados al miedo y la desconfianza“, afirma.
Tras la destitución de Bashar al-Assad, el líder de facto de Siria, Ahmed al-Sharaa, también conocido por su nombre de guerra Abu Mohammed al-Jolani, declaró el domingo que las innumerables facciones armadas del país se disolverán y pasarán a formar parte del ejército nacional, y que todas las armas quedarán bajo control estatal.
Al-Sharaa hizo esta declaración durante una conferencia de prensa con el ministro turco de Asuntos Exteriores, Hakan Fidan, en lo que ha sido percibido como un signo de que el nuevo mando en Siria buscará acomodar las demandas o peticiones de potenciales aliados, a cambio de estabilidad, respaldo diplomático y económico, además apoyos para lograr el levantamiento de sanciones que pesan sobre el país.
“No permitiremos en absoluto que haya armas en el país fuera del control del Estado, ya sean de las facciones revolucionarias o de las facciones presentes en la zona de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS)”, añadió en referencia a las milicias que son actualmente lideradas por los kurdos, los enemigos proscritos de Turquía.
El martes, al-Sharaa anunció que llegó a un acuerdo con los líderes de las antiguas facciones rebeldes para disolver los grupos armados y colocarlos bajo la autoridad del ministerio de Defensa. Sin embargo, en Suwayda, en el rincón del suroeste del país, sigue habiendo desconfianza entre las minorías étnicas del país, como en el caso de los drusos, especialmente en estos tiempos de incertidumbre.
Fuente: France24