Misiones Para Todos

El papa Francisco pasó “una noche tranquila” tras su crisis de broncoespasmo

Los médicos evalúan las consecuencias del problema “aislado” de este viernes, que causó que su “cuadro respiratorio empeorara repentinamente”

Todos coinciden en lo mismo: la voz del papa Francisco, un líder que pregona la paz, el encuentro y el diálogo interreligioso tan fundamental en estos tiempos difíciles, es más necesaria que nunca.

El papa tiene en vilo al mundo: tras unos días de calma, el pontífice sufrió este viernes un broncoespasmo que obligó al equipo médico a intervenir. Esta noche la ha pasado tranquilo y ahora está descansando, informa el Vaticano.

Este viernes se cumplieron dos semanas desde que el papa Francisco fue hospitalizado el pasado 14 de febrero en el hospital Policlinico Gemelli de Roma a causa de una infección respiratoria polimicrobiana (es decir, una mezcla de virus y bacterias y otros organismos), que pronto se confirmó como una neumonía bilateral en ambos pulmones, lo que requería medicación adicional.

El pasado sábado, saltaron todas las alarmas cuando Francisco sufrió, mientras estaba ingresado, una crisis respiratoria aguda, que se unió a la detección de una leve insuficiencia renal. Desde el Vaticano han ido actualizando cada día, mañana y noche, el estado de salud del papa, que hasta el viernes a mediodía parecía haber llegado a un punto de estabilidad dentro de la complejidad de su cuadro clínico. Descansaba bien todas las noches, estaba consciente, alternaba tratamiento con oxígeno con fisioterapia respiratoria…

Pero las enfermedades son muchas veces imprevisibles y pocas horas después llegaba la mala noticia: el papa había sufrido sobre las 14:00 horas una crisis “aislada” de broncoespasmo que le provocó el vómito y para la que necesitó una broncoaspiración y ventilación mecánica no invasiva, lo que hizo que su “cuadro respiratorio empeorara repentinamente”. Por ahora, continua con esa ventilación mecánica no invasiva, parecida a una mascarilla.

Un hombre reza junto a la estatua del difunto Papa Juan Pablo II a las puertas del Hospital Gemelli, donde el Papa Francisco está ingresado para recibir tratamiento, en Roma February 28, 2025. REUTERS/Alkis Konstantinidis

Tras este nuevo golpe en esa lucha de largo recorrido que Francisco está librando contra la enfermedad, los médicos necesitarán entre 24 y 48 horas para evaluar cuáles han sido las consecuencias en su estado de salud general de esta crisis.

No podemos olvidar que Francisco es un hombre de 88 años al que le extirparon una parte del pulmón y que los médicos no consideran que ya esté fuera de peligro, por eso los médicos mantienen el pronóstico reservado.

Esta última crisis (“aislada”,insisten desde el Vaticano) rompe con una tendencia que había comenzado esta semana y que había sacado a Francisco del estado crítico para hablar ya de cuadro “complejo”.

Los fieles se enfrentan a la preocupación y la esperanza mientras el Papa Francisco permanece en estado crítico

A la espera de conocer las repercusiones de episodio, fuentes de la Santa Sede admiten que obviamente están preocupados, pero tienen, como todos, esperanza. Afirman además que esta no es la primera vez que Francisco está cerca de la muerte y siempre ha salido adelante.

“Queríamos estar cerca de él”

En Roma el nombre del papa se escucha en boca de todos. En el metro, tomando un café en uno de los bares de al lado del Vaticano, o en la otra punta de la ciudad. Francisco, el papa argentino, primer pontífice latinoamericano y jesuita, es una persona querida por creyentes y no creyentes.

El historiador Adriano Prosperi, profesor emérito de Historia moderna en laScuola Normale Superiore di Pisa, pone en valor el gran “cambio de aires innovador” que ha supuesto la llegada al papado de Francisco, tanto en decisiones como la de la elección de su nombre hasta su preocupación por problemas emergentes como la crisis de contaminación o la guerra, una forma de actuar y de tratar el mundo alredeor que quedarán para siempre en la “memoria colectiva”.

Unas monjas rezan junto a la estatua del difunto Papa Juan Pablo II a las puertas del Hospital Gemelli, donde el Papa Francisco está ingresado para recibir tratamiento, en Roma February 28, 2025. REUTERS/Hannah McKay

Su influencia se ve reflejada también en los jóvenes. Hay muchos chicos, incluso no creyentes o de otras religiones, que preguntan cómo sigue Francisco y le desean una pronta recuperación, y los colegios de Roma han inundado de flores, postales y dibujos el hospital donde está ingresado.

“No soy católico, pero respeto su figura”, le dice Francesco a Infobae. El joven, de la provincia de Frosinone, también cuenta que admira “la distancia” del mundo material de Francisco y la decisión de centrarse en la espiritualidad “en vez de en los oros”. El joven, visitante de Roma con sus amigos, le manda un in bocca al lupo (una expresión italiana que significa “¡Mucha suerte!”). “Espero que siga siendo nuestro papa”, concluye.

Cartas, globos y flores en las puertas del hospital Gemelli en Roma, donde el papa Francisco permanece ingresado. EFE/Claudia Sacristán

“Mucha fuerza, recupérate pronto”, le desea Enrique, un niño de Madrid que ha venido a visitar Roma con su familia. “Al principio no era creyente, pero al verle y ver como se relacionaba con la gente me gustó mucho”, afirma.

En el rosario que cada noche desde el lunes está organizando la iglesia en la plaza de San Pedro frente a la basílica más importante para los católicos, cientos de personas han venido cada día a rezar por él y a pedir por una pronta recuperación.

Es el caso de la romana Annarita, que en una de estas últimas noches decidió venir a la plaza de San Pedro con su amigo Fred para dedicarle a Francisco un pensamiento especial. “Así nos sentimos muy cerca de él, porque él es una persona simple, que llega al corazón de todos”, apunta.

“A nosotros, como ciudadanos, nos gustaría que pudiera salir adelante, recuperarse, y seguir en Roma y al frente de la iglesia”, afirman Natalia y su marido. Ellos también se han acercado a rezar por Francisco y lo han hecho a los pies de la estatua de Juan Pablo II en el hospital Gemelli.

Por Paola Bruni-Infobae