Otis llegó este miércoles 25 de octubre como uno de los huracanes más fuertes que haya golpeado la costa del Pacífico de México. El impacto del huracán provocó la muerte de al menos 27 personas, según las autoridades de Gobierno, y otras cuatro están desaparecidas. Varios países anunciaron su apoyo con brigadas médicas y de rescate, mientras decenas de familias buscan refugio por la destrucción de sus hogares.
El estado mexicano de Guerrero, en el suroeste de México, vivió horas de terror la madrugada del 25 de octubre. Árboles y señales de tránsito caídas, hoteles y viviendas completamente destruidas marcaban el panorama. El huracán dejó al menos 27 muertos y cuatro desaparecidos.
La madrugada del miércoles 25 de octubre, las calles de esta turística ciudad costera, en el Pacífico de México, se transformaron en un escenario de caos y desesperación, luego de que el huracán Otis tocara tierra en el balneario de Acapulco.
El país y, sobre todo, el estado de Guerrero esperaban la llegada de Otis, pero nunca calcularon la magnitud de su impacto. Pasó de vientos de 64 kilómetros por hora a unos 270 km/h en menos de 12 horas; es decir, se transformó de tormenta tropical a huracán categoría 5, la más alta de estos fenómenos meteorológicos. Así, se convirtió en uno de los huracanes más fuertes que ha golpeado el sur del estado de Guerrero.
Los vientos feroces y las lluvias torrenciales desencadenaron una devastación sin precedentes, dejando a su paso una estela de hogares destruidos. Las autoridades reportaron el cierre de seis carreteras, daños en el Hospital General Regional 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de Acapulco y afectaciones en la infraestructura del 80 % de los hoteles en la costa.
Según la Comisión Federal de Electricidad, más de medio millón de personas se quedaron sin luz y, hasta el jueves 26 de octubre, permanecían sin el servicio eléctrico.
La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana explicó que se trata de un fenómeno “atípico” y “poco probable”. El combustible para que Otis se fortaleciera fue el calentamiento de los océanos por la crisis climática, explicaron especialistas.
Un escenario de pesadilla
Las alertas se habían emitido. Los habitantes de Acapulco se habían preparado para la llegada de Otis, pero nunca imaginaron su destrucción. En medio de la oscuridad, las primeras ráfagas del huracán azotaron la ciudad.
Los primeros rayos de sol de la mañana revelaron el real impacto de Otis. Un desolador panorama de escombros y ruina. La zona hotelera de Acapulco fue la más afectada, turistas nacionales y extranjeros esperaban fuera de los destrozados edificios, con su equipaje, sin comunicación. En los sectores más populares de esta localidad, decenas de familias lo perdieron todo, sus hogares quedaron destruidos y sus pertenencias debajo del agua. También se inundaron algunos hospitales y los pacientes tuvieron que ser evacuados a zonas más seguras.
Las familias que habían vivido generaciones en sus casas vieron cómo sus hogares se desmoronaban frente a sus ojos.
Zonas completamente devastadas y muchas personas continúan incomunicadas. La principal autopista de Guerrero sigue cerrada. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, viajó hasta Acapulco vía terrestre, pero por la destrucción de las carreteras tuvo que pasar varios tramos a pie y otros en diferentes vehículos.
Varios países anunciaron que enviarán brigadas para colaborar con el Gobierno mexicano. A las tareas de búsqueda y rescate también se suman Orly y Halley, perros rescatistas de la Cruz Roja.
El Servicio Meteorológico Nacional (SNM) informó que habrá intensas lluvias por los remanentes de Otis.
Por Patricio Peralta-France24