Perotti y Schiaretti empuñan la región centro como modelo nacional: producción sin subsidios, dardos a Massa y la descentralización de las oficinas de Dios.
El aniversario por los 25 años de la Región Centro, sumado al año electoral que ya empezó a encenderse, dio el marco para que el tridente provincial del peronismo núcleo, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos, plantara bandera este martes en el Centro Cívico del Bicentenario de la capital cordobesa contra el centralismo porteño y enviara mensajes teledirigidos a la Casa Rosada. El santafesino Omar Perotti y su par cordobés Juan Schiaretti empuñaron la defensa del modelo productivo de la pampa húmeda para distanciarse del Gobierno como estrategia electoral, con indirectas a Sergio Massa incluidas. Con estos guiños aunque sin cristalizar compromisos de carácter electoral, Schiaretti cimenta su proyecto presidencial.
“Es bueno conmemorar los 25 años de una región que es el corazón productivo de la Patria, que viene organizándose y planteando temas que hacen a la integración y a la salida al mundo”, señaló Schiaretti. “Lo que queremos es producir más y que haya más trabajo para nuestra gente” dijo el gobernador mediterráneo que este martes intimó a la Nación por lo que considera un “grave incumplimiento por parte del Poder Ejecutivo Nacional (y la ANSES) respecto de su obligación legal de transferir mensualmente” a la Caja de Jubilaciones de Córdoba los montos correspondientes en concepto de anticipos a cuenta del déficit previsional provincial. Otro movimiento en el que se alinean la gestión y la campaña.
Luego de suscribir en privado la firma de distintas medidas y el traspaso a la presidencia pro-tempore a manos del gobernador entrerriano Gustavo Bordet, llegó el turno de los discursos, donde se priorizó mantener en agenda la identidad de la zona núcleo como forma de distanciarse del AMBA. “La Región Centro debe ser una expresión clara de federalismo y que vivir y producir no cueste más en el interior que en Capital”, sostuvo Perotti en la ciudad de Córdoba y se escucharon aplausos de fondo.
Para eso estaba preparada la fiesta federal: presentar al modelo pampeano como contraste de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la burocracia nacional. Sobre todo porque entienden que el presidente Alberto Fernández llegó al poder predicando equidad con el interior, algo que nunca se dio. “Acá somos la expresión de la producción y el trabajo. No la del pedido de subsidio, ni la de la ventaja”, repitió como en loop Schiaretti, que volvió a aprovechar la instancia institucional como plataforma para aumentar la potencia de su lanzamiento nacional, al que ya le dedica abiertamente la mayor parte de su agenda.
El santafesino trajo a colación, estratégicamente, el malestar del campo por la sequía, toda una jugada para diferenciarse del Gobierno. “En estos momentos excepcionales con pérdidas importantes también debe haber medidas excepcionales para el sector. Que interpreten la magnitud. (La sequía) no es sólo unos puntos de retenciones que no recaudarán”, largó. De esta manera le da combustible al cordobés, aunque no termina de jugar públicamente con el proyecto. Hasta allí llega.
Luego reconoció que hubo en los últimos días una serie de medidas anunciadas que van en sentido de lo que reclamaron las provincias, pero exigió “implementación rápida sin burocracia”. Teléfono para Massa, pero sobre todo para la AFIP, que demoraba el alivio fiscal.
Dios manda…
Bordet, el único de los tres gobernadores que tiene vínculo frecuente con Casa Rosada, aclaró que las críticas no apuntaban a “este Gobierno puntualmente, porque es un problema sistémico”. En cambio, Schiaretti juega a otra cosa y va al hueso. Repitió su promesa número uno para su eventual campaña. “Sostenemos que ese mal impuesto que sólo existe en Argentina, que son las retenciones, debe bajarse gradualmente a cuenta de Ganancias hasta su eliminación total. Ahora con la sequía se ve claramente el daño que produce”.
También prometió dólares para producir, aunque sea necesario rascar la olla. “No puede ser que los que viven al lado del puerto de Buenos Aires accedan y en estas provincias tengan que penar para obtenerlos para producir”, dijo y agregó en clave electoral: “Son inequidades de la Argentina que hay que cambiar para ser un país federal”.
Luego utilizó un llamativo ejemplo para marcar las inequidades entre el interior y Buenos Aires que sonó como un dardo para Massa. “No es posible que la empresa de agua y saneamiento del AMBA tenga un enorme déficit que lo pagamos todos los argentinos, mientras que en el interior nos hacemos cargo nosotros”, sostuvo en alusión a AySA, conducida por Malena Galmarini, esposa del ministro.
A esa altura el cordobés ya había logrado el respaldo de Perotti con su defensa al campo, los reclamos equilibrados de Bordet para Entre Ríos, y terminó por ajustar el mensaje que utilizará en campaña, de la cual no se bajará de ninguna manera, según confiaron dirigentes de la mesa chica de Schiaretti.
“Nosotros queremos que Dios atienda en todas partes, no solo en Buenos Aires, porque queremos un país federal, productivo y donde haya cultura del trabajo, queremos un país normal. El corazón productivo de la Patria pueda aportar a una organización federal pro productiva y pro empleo de nuestra bendita Argentina”, finalizó.
Por Facundo Borrego-Letra P