Pakistán se enfrenta a una encrucijada política en medio de desafíos políticos y económicos de primer orden. Este miércoles 9 de agosto, el presidente Arif Alvi, aprobó la disolución del Parlamento después de recibir la petición del primer ministro, Shehbaz Sharif, allanando el camino para unas elecciones generales en un momento de alta tensión tras la destitución y encarcelamiento del ex primer ministro Imran Khan.
“El presidente Arif Alvi disolvió la Asamblea Nacional” esta noche, anunció el Gobierno pakistaní en un comunicado este 9 de agosto, tres días antes de que expirara la actual legislatura.
Con la confirmación, las elecciones generales tendrán que celebrarse dentro de los 90 días siguientes a la disolución de la Cámara, según la Constitución del país.
“Esta noche aconsejaré al presidente que disuelva el Parlamento”, había expresado el primer ministro Shehbaz Sharif durante una sesión parlamentaria. En ella, señaló que sostendría conversaciones con los líderes de la oposición para seleccionar un primer ministro interino de entre los candidatos de ambos bandos políticos.
Sin embargo, la posibilidad de un retraso en las elecciones planea sobre el panorama, ya que la comisión electoral tuvo la tarea de delimitar los distritos electorales basándose en un nuevo censo.
Preocupación por la fecha de las nuevas elecciones
La incertidumbre en torno a la fecha de las elecciones coincidió con la controversia legal y política que rodeaba al predecesor de Sharif, Imran Khan, un líder de la oposición muy popular, que fue condenado por un tribunal de Islamabad el fin de semana pasado por ocultar activos y sentenciado a tres años de prisión.
Las elecciones generales anteriores celebradas en julio de 2018 llevaron al partido de Imran Khan al poder. No obstante, desde entonces, la escena política fue turbulenta, con Khan enfrentando desafíos legales y Sharif asumiendo la responsabilidad en medio de crisis económicas y desastres naturales.
Por otra parte, la situación captó la atención internacional, y Estados Unidos dice que está observando “con preocupación” los acontecimientos que se desarrollan en el país, según afirmó el portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby, durante una sesión informativa el miércoles.
La semana pasada, el Gobierno pakistaní aprobó los resultados de un censo digital que reveló un aumento en la población del país, alcanzando los 241 millones de habitantes en comparación con los 207 millones registrados en el censo de 2017.
La ley de Pakistán establece que las elecciones solo pueden llevarse a cabo de acuerdo con los límites de las circunscripciones electorales, que se determinarán en función de los datos más recientes del censo.
Sin embargo, el ministro del Interior, Rana Sanaullah, afirmó en una entrevista a un canal de noticias privado que no hay posibilidades de celebrar elecciones en 2023; lo que generó incertidumbre sobre cuándo se llevarán a cabo los comicios.
Un gobierno interino en medio de múltiples crisis
En cuanto al gobierno interino, la actual Administración todavía no define su gabinete ni al primer ministro. Se espera que el líder del partido en el poder, Shehbaz Sharif, se reúna con miembros de su gabinete y el líder de la oposición para tomar una decisión sobre quién liderará el país durante este período de transición.
Uno de los principales candidatos para el cargo de primer ministro interino es Hafeek Shaikh, un ministro de Finanzas con experiencia. También se menciona el nombre de un juez retirado de la Corte Suprema.
El previo mandato de 15 meses de Sharif como primer ministro estuvo marcado por la inestabilidad política, una economía frágil y un deterioro de la situación de seguridad. Las devastadoras inundaciones del año pasado dejaron a su paso cerca de 1.800 personas fallecidas y causaron pérdidas económicas superiores a los $30.000 millones de dólares.
La intensificación de los ataques militares por parte de grupos islamistas preocupa a la comunidad internacional. El Gobierno paquistaní revocó un acuerdo de “alto al fuego” con estos grupos, lo que resultó en un aumento de la violencia.
La respuesta de Estados Unidos a esta situación se enfoca en su compromiso con la lucha contra el terrorismo en la región. “Pakistán es un socio importante en esta lucha y se espera que siga siéndolo en el futuro”, subrayó John Kirby.
La detención del ex primer ministro Imran Khan
Pakistán se encontró nuevamente en el centro de la atención internacional debido a la reciente condena y arresto del ex primer ministro Imran Khan, una figura icónica en el país y líder de la oposición. Khan, un exhéroe del cricket y líder carismático, fue condenado a tres años de prisión por ocultar activos tras vender regalos estatales durante su mandato.
La condena y detención de Khan no solo tienen implicaciones legales, sino también políticas. La Comisión Electoral de Pakistán (CEP) emitió una orden que prohibió a Khan a participar en la política durante los próximos cinco años. Según la ley pakistaní, una persona condenada no puede ocupar cargos públicos, lo que plantea interrogantes sobre el futuro político de Khan y su partido, el Movimiento por la Justicia de Pakistán.
En cuanto a la reciente detención del ex primer ministro Imran Khan, conocido por sus críticas hacia Estados Unidos, el Departamento de Estado de Estados Unidos declaró que considera este asunto como interno y declinó tomar una posición en relación a sus problemas legales.
Esta no es la primera vez que los líderes políticos de Pakistán se enfrentan a desafíos legales y restricciones políticas. En los últimos años, varios ex primeros ministros, incluido Khan, fueron sometidos a investigaciones y juicios por corrupción. La historia política de Pakistán está marcada por destituciones, renuncias forzadas y golpes militares.
Mientras la incertidumbre persiste, el pueblo pakistaní está atento y expectante mientras el futuro político de su nación se despliega ante ellos.
Por Sandrine Exil-France24 con información de AP y Reuters