En Filipinas se produce más de un tercio de los desechos plásticos oceánicos del mundo. Debido a la pobreza generalizada, los filipinos compran productos en cantidades más pequeñas con envases de un solo uso, lo que provoca que los desechos plásticos se acumulen en las tierras y vías fluviales del país. Más de veinte años después de promulgar una ley histórica sobre gestión de residuos, Filipinas no ha logrado cumplir muchos de los objetivos establecidos en la legislación de 2001.