La autoridad ambiental de Brasil negó la licencia ambiental solicitada por el gigante estatal petrolero para perforar pozos exploratorios frente a la desembocadura del río Amazonas en la región conocida como Amapá. La decisión generó tal división interna en el Gobierno que terminó por originar la deserción de uno de los aliados clave del presidente.
Brasil, la economía más grande de América Latina, se enfrenta nuevamente al dilema de si proteger al medio ambiente o alentar las inversiones. La diferencia es que esta vez pone entre las cuerdas a un gobernante que asumió el poder hace apenas meses con la promesa de fomentar ambas cosas, pero con enfoque en lo primero.
El senador Randolfe Rodrigues, jefe de la coalición oficialista en el Congreso Nacional, renunció el jueves 18 de mayo de 2023 al partido Red Sustentabilidad, fundado por la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva.
Rodrigues es un importante aliado de Luiz Inácio Lula da Silva que dirigió su campaña presidencial el año pasado. Pero también es representante del estado de Amapá, en donde la estatal Petrobras planea millonarias inversiones en exploración petrolera.
Su dimisión se dio un día después de que el Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama) negara la licencia ambiental que había solicitado Petrobras para adelantar actividades de exploración petrolera frente a la desembocadura del Amazonas.
El senador defiende la exploración y eventual explotación de crudo en la cuenca marítima situada frente a la costa norte de Brasil, denominada Margen Ecuatorial y donde se cree que puede haber reservas de más de 10.000 millones de barriles, según cálculos oficiales. Pero otros oficialistas, no.
En un comunicado, Petrobras dijo que planeaba presentar una apelación para que Ibama reconsiderara su decisión, diciendo que “cumplió estrictamente con todos los requisitos del proceso de concesión de licencias”.
El pulso interno en el Gobierno de Lula por el Amazonas
Lula, quien proviene del noreste pobre del país, ha apostado su reputación internacional a la reversión del retroceso ambiental que heredó de su predecesor de extrema derecha, Jair Bolsonaro. Pero también está bajo presión para generar el crecimiento que tanto necesitan las regiones pobres y subdesarrolladas del norte y el noreste.
Ibama argumentó el bloqueo de la solicitud de Petrobras en una recomendación técnica de expertos que concluyeron que la firma no presentó los estudios necesarios para determinar los riesgos ambientales de su actividad en una zona que, según los ecologistas, cuenta con una inmensa diversidad biológica y un delicado sistema de arrecifes.
El senador Rodrigues consideró que el regulador ambiental tomó una decisión de gran impacto económico para el estado sin tomar en cuenta la opinión de los amapeños ni de su gobierno estatal, una posición que va en línea con los altos funcionarios que se inclinan hacia las ventajas económicas del proyecto, contra quienes defienden la protección del medio ambiente.
Por Daniela Blandón Ramírez-France24 con EFE y Reuters