La economía de frontera es cíclica: actualmente atravesamos una época en donde el comercio misionero ve potenciadas sus ventas gracias a la presencia de extranjeros, en especial nuestros hermanos paraguayos y brasileños; pero también existieron otras etapas totalmente inversas en donde el comercio paraguayo florecía por la presencia de los compradores argentinos. Desde que abrieron las fronteras luego de la pandemia, el comercio vende muy bien gracias a que contamos con una moneda que es muy competitiva con respecto a nuestros países vecinos.
Pero recordemos que no hace mucho, durante los años 2016 y 2017, los locales en Posadas estaban vacíos, los comercios cerrados, y todo los días se formaba una interminable hilera de autos misioneros yendo a comprar a Paraguay; junto a los tours de compras que también venían desde otras provincias para gastar en ese país. En ese contexto, los Programas Ahora fueron creados como una respuesta al desbalance fronterizo que teníamos en Misiones.
Esta reflexión está destinada especialmente a los comerciantes misioneros, que trabajan intensamente, que generan empleo y que buscan seguir progresando: con la dolarización de la economía que planea Milei o con las propuestas de Bullrich el puente se dará vuelta.
¿Por qué? Porque con la dolarización los precios argentinos quedarán en dólares mientras que los precios de Brasil y Paraguay seguirán regulados por su moneda, con las devaluaciones propias que ellas tienen que les permitirá ser más baratos que los productos argentinos; mientras que nosotros en Argentina no tendremos esta posibilidad de devaluar para ser más competitivos.
Con un eventual gobierno de Bullrich pasará lo mismo pero por otros motivos. Repitiendo el modelo de los años 2016 y 2017, buscarán generar el ingreso de dólares financieros a través de un dólar estable con tasas de interés altas, con lo cual el dólar se mantiene barato y ahí pasaremos nosotros a ser “caros” frente a Brasil y Paraguay.
En ese contexto, a pesar que estaremos volviéndonos “caros” por el tipo de cambio, igual vendrán a decirnos que no vendemos porque “no somos competitivos” y que que el “costo argentino” es alto; que es necesario bajar el costo laboral e impositivo y desregular mercados. Así comienzan a aparecen parches que no resuelven el problema de fondo, mientras veremos como cada mes cierran más comercios y se pierden puestos de trabajo, en especial en las ciudades de frontera.
Es una historia que se puede repetir y que los argentinos ya padecimos en el pasado. Recientemente, en 2016 y 2017, y más profundamente entre 1998 y 2002, cuando Brasil devaluó su moneda y nos dejó fuera de mercado. Con el “uno a uno” del peso con el dólar, es el ejemplo de lo que puede ocurrir con la dolarización. Nos invadían los frangos (pollos) brasileños porque en Argentina no podíamos producir, el turismo extranjero se redujo porque éramos caros para ellos, las ciudades de frontera mostraban locales comerciales vacíos y cerrados; el ITC era una respuesta a esta crisis pero no la resolvía. Vivíamos en la paradoja de contar con una supuesta moneda fuerte en una economía débil.
Por estos motivos, lo que está en juego en las próximas elecciones no es sólo un Presidente: se elige el futuro de nuestros comercios y del trabajo misionero.
Por Adolfo Safrán-Ministro de Hacienda de Misiones