El gobernador Hugo Passalacqua reafirmó el compromiso de la Renovación con los trabajadores tras la firma de dos paritarias importantes: la docente y la de salud pública- Mitre ascendió al Federal A de fútbol, una victoria deportiva con tintes sociales (y políticos)- La venta de terrenos en Candelaria, bajo la mira de los concejales: firmarán un pedido de informes para el intendente Carlos Flores- El senado sale a jugar con la suspensión de las PASO y el proyecto de Ficha Limpia, ambos contarán con los votos misioneros- Milei y su talento para generar discusiones que manchan los números de la economía
Febrero marca cada año un punto de inflexión para el sistema educativo. Es el mes en que docentes, no docentes, estudiantes y familias se preparan para el inicio de un nuevo ciclo lectivo, que tradicionalmente arranca en los primeros días de marzo. Pero junto a esta preparación, un tema recurrente vuelve a instalarse en la agenda pública: las paritarias. Su resultado suele ser determinante para anticipar si el regreso a las aulas será en armonía o
estará atravesado por conflictos.
En Misiones, una vez más, la Mesa de Diálogo Docente—integrada por representantes del Gobierno y los gremios más representativos del sector—alcanzó un acuerdo que no solo garantiza mejoras salariales para los trabajadores de la educación, sino que también ofrece previsibilidad a las familias. Con este compromiso, se asegura que los niños y jóvenes podrán comenzar las clases con sus docentes en las aulas, en un contexto de estabilidad económica sostenida por el control de la inflación conseguido a nivel nacional.
En este escenario, el gobernador Hugo Passalacqua, hijo de una reconocida maestra obereña y docente de profesión, reafirmó su compromiso con la protección y el bienestar de los trabajadores misioneros. A pocas horas de concretarse el acuerdo con los docentes y también con el personal de la salud pública, mantuvo una reunión con la ministra de Trabajo y Empleo, Silvana Giménez, una de las miembro de la mesa salarial, para avanzar en negociaciones similares con otros sectores. Este gesto no pasó desapercibido: fue una clara señal de que el
Ejecutivo provincial se dispone a sostener el diálogo con todos los actores laborales en tiempos complejos.
A través de sus redes sociales, Passalacqua amplió su mensaje y puso el foco en la producción primaria, destacándola como el motor de la economía provincial. “En tiempos difíciles, es fundamental contener y proteger a los trabajadores y trabajadoras de Misiones, especialmente a quienes sostienen la producción primaria, el corazón de nuestra provincia. Seguimos avanzando en temas sindicales y en la erradicación del trabajo infantil”, expresó en una de sus publicaciones.
El mensaje del gobernador refuerza una línea de gestión que, más allá de los desafíos económicos nacionales, busca sostener la estabilidad en Misiones a través del diálogo y el consenso. En ese sentido, su regreso a la Gobernación parece consolidarse como una continuidad de su primer mandato, donde la prioridad fue siempre la misma: garantizar que la provincia avance sin sobresaltos y con todos los sectores incluidos en la discusión.
El triunfo de lo popular
Que el fútbol es un fenómeno cultural que atraviesa todas las esferas sociales no es una novedad. Y que los futboleros de Misiones tienen necesidad de ver a sus equipos con protagonismo a nivel nacional mucho menos. El fin de semana pasado, uno de los clubes más tradicionales de la provincia, consiguió dar un paso fundamental al conseguir el ascenso desde el Torneo Regional hasta el Federal A, tercera categoría del deporte más popular (y hermoso) del mundo en el país.
La victoria deportiva refleja además el trabajo de una dirigencia joven, que con compromiso y seriedad, lleva adelante un proyecto deportivo de enorme impacto para la sociedad. Un dato que permite comprender la avidez de los misioneros por los eventos deportivos donde los protagonistas son de la provincia se vio reflejado en la transmisión, vía streaming, de la final donde Mitre vapuleó a Acción Deportiva de Córdoba: más de 20 mil personas se unieron mediante dispositivos con conexión a internet para alentar al representante de la tierra colorada.
El éxito auriazul también terminó de instalar la figura de Sebastián Macías, el actual presidente del club y titular de la Dirección Provincial de Vialidad, quien ya fue medido en encuestas que demostraron resultados contundentes: de cara a los comicios legislativos de este año, Macías tiene una intención de voto del 58%, es decir, en caso de encabezar la lista de candidatos a diputados provinciales por la Renovación, arrasaría en las urnas.
El ejemplo de Mitre y Macías, junto a su comisión directiva son una clara señal de que los misioneros sienten la necesidad de la representación deportiva y la seguridad que losproyectos a largo plazo son garantía de triunfos.
Charcos de Candelaria
Los concejales de la localidad de Candelaria decidieron avanzar con un pedido de informes para que el intendente, Carlos Flores, brinde explicaciones sobre la venta de lotes en barrios privados, un fenómeno que en los últimos años se volvió común en la zona. La inquietud creció a partir de un caso particular que encendió las alarmas y puso en el centro del debate a quienes están detrás de la comercialización de estas tierras.
Lo llamativo de la situación es que aquí no hay diferencias políticas: dirigentes de todos los partidos serían propietarios de lotes y viviendas en estos desarrollos. Este hecho no solo demuestra la transversalidad del negocio, sino que también siembra dudas sobre la falta de regulación y control en un mercado que, en otras localidades del país, ya dio muestras de sus riesgos.
El temor es claro. En municipios como Tigre o Pilar, en la provincia de Buenos Aires, la expansión descontrolada de barrios privados llevó a situaciones en las que las urbanizaciones nunca terminaban de completarse, generando problemas estructurales y legales para los compradores. En Candelaria, el interrogante es si se está caminando por la misma senda.
El crecimiento de estos emprendimientos plantea preguntas urgentes. ¿Se están cumpliendo las normativas vigentes? ¿Existen estudios de impacto ambiental adecuados? ¿Cuál es la responsabilidad del municipio en la planificación territorial? Hasta ahora, estas preguntas no tienen respuestas claras, pero el pedido de informes impulsado por los concejales podría ser el primer paso para arrojar luz sobre el tema.
En un contexto donde la especulación inmobiliaria avanza sin frenos, la comunidad de Candelaria tiene derecho a saber si su territorio está siendo planificado con responsabilidad o si, por el contrario, se están sembrando los problemas del futuro. La transparencia y la rendición de cuentas no son opcionales: son una obligación de quienes gobiernan.
Nuevas reglas
El Senado de la Nación enfrentará una semana de alta intensidad legislativa con dos debates clave en agenda: la posible suspensión de las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) y la discusión en comisión de la llamada Ley de Ficha Limpia, que busca impedir que personas con condenas en segunda instancia puedan ser candidatas a cargos electivos, en clara referencia a la expresidente, Cristina Fernández de Kirchner. Ambos temas generan expectativas, no solo por su impacto en la dinámica política nacional, sino también por la postura de los representantes de cada provincia, incluido el caso de Misiones.
Desde la Cámara alta, los senadores misioneros Sonia Rojas Decut y Carlos Arce tienen el mandato partidario claro de acompañar ambos proyectos. Su postura responde a una estrategia alineada con la conducción provincial, que prioriza la gobernabilidad y la transparencia institucional, dos ejes que son una marca registrada de la Renovación como fuerza política.
En el caso de la suspensión de las PASO, el debate se presenta tenso y con marcadas divisiones. Para algunos sectores, mantenerlas en el calendario electoral resulta innecesario en un contexto económico delicado, donde los recursos podrían destinarse a otras urgencias. Además, en muchas provincias, como Misiones, el esquema de las primarias no tuvo un impacto en la definición de candidaturas, sino que sirvió como un mecanismo de legitimación
interna de estructuras partidarias nacionales, en detrimento de la autonomía local.
Por otro lado, el tratamiento de la Ley de Ficha Limpia también promete ser un punto de fuerte discusión. Si bien el proyecto goza de un amplio respaldo social, su aprobación enfrenta resistencias en sectores de la política que temen que pueda convertirse en una herramienta de proscripción. Sin embargo, desde la óptica de los legisladores que la impulsan, el objetivo es claro: garantizar que quienes aspiren a un cargo público cumplan con requisitos mínimos de idoneidad ética y moral.
La decisión de los senadores misioneros de respaldar ambas iniciativas se inscribe dentro de un marco de coherencia política. En reiteradas ocasiones, la Renovación enfatizó la importancia de fortalecer la institucionalidad y mejorar la calidad democrática, tomando distancia de prácticas que fomenten la corrupción o la falta de transparencia.
Con este panorama, la sesión del Senado se proyecta como un escenario de debates intensos, donde los alineamientos partidarios y las estrategias políticas quedarán expuestas. En medio de un clima de creciente desconfianza ciudadana hacia la clase política, estas discusiones representan una oportunidad para demostrar que aún es posible avanzar en reformas que beneficien al conjunto de la sociedad.
El cripto presidente
Desde su irrupción en la escena pública, Javier Milei demostró una habilidad innegable para instalar discusiones y llevar la agenda pública hacia donde mejor le conviene. Su estilo disruptivo y provocador le permitió construir una narrativa de outsider que supo capitalizar electoralmente. Sin embargo, ese mismo talento para la confrontación se convirtió en un arma de doble filo: cada una de sus cruzadas verbales genera ruidos políticos que ponen en jaque la
estabilidad económica que su gobierno intenta consolidar.
Argentina es un país donde, históricamente, los problemas políticos fueron más graves que los económicos. Las grandes crisis no surgieron por falta de recursos o de oportunidades, sino por la impericia de la dirigencia para gestionar el poder sin caer en la tentación de la autodestrucción. La clase política argentina tiene una inclinación peligrosa a dispararse tiros en los pies, y Milei, lejos de romper con esa tradición, la lleva al extremo. Cada vez que el presidente elige la confrontación innecesaria, sus adversarios políticos encuentran una oportunidad para desgastarlo y generar incertidumbre, debilitando la confianza en su gestión y en los mercados.
El gobierno de Milei, con sus recortes y su apuesta a la estabilidad fiscal, logró algunos números alentadores en materia económica. Pero la economía no funciona en el vacío: necesita de previsibilidad y confianza. Cuando la política se convierte en un ring de pelea constante, los mercados reaccionan con cautela o directamente con desconfianza, esa situación fue, claramente, una de las constantes durante los gobierno de Cristina Fernández de
Kirchner, Mauricio Macri y Alberto Fernández. La oposición, consciente de esta fragilidad, no duda en capitalizar cada exabrupto presidencial para erosionar su credibilidad, generando un círculo vicioso que puede terminar por devorar la incipiente recuperación.
El otro riesgo que conlleva esta dinámica es que, en caso de una eventual caída de Milei, no hay nadie con la capacidad de recoger los pedazos. Los nuevos libertarios que se subieron a la ola del mileísmo –figuras como Martín Arjol, Javier Mela, Alfredo Schiavoni y sectores del PRO– quedarían huérfanos, sin un liderazgo claro y con la tarea titánica de reconstruir un espacio que, hasta ahora, dependió casi exclusivamente del carisma y la beligerancia del presidente. ¿Dónde irán a parar?
Milei supo llegar al poder vendiendo una idea de cambio radical, pero la política argentina sigue funcionando con sus propias reglas. Si no aprende a jugar con inteligencia, corre el riesgo de convertirse en un episodio más de la larga lista de intentos fallidos por reformar un sistema que, hasta ahora, se mostró más hábil para devorar a sus reformadores que para transformarse a sí mismo.
Por Sergio Fernández
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