En el undécimo mensaje del jefe del Estado han primado las menciones a las localidades valencianas afectadas tras la DANA, los retos migratorios o del acceso a la vivienda y la defensa de la democracia.
El rey Felipe VI ha pedido en la Nochebuena de este martes “serenidad” tanto en la esfera pública como en la vida cotidiana y ha instado a que la discordia no se convierta “en un constante ruido de fondo que impida escuchar el auténtico pulso de la ciudadanía”.
El monarca ha pronunciado esas palabras desde el Salón de Columnas, una estancia del Palacio Real generalmente utilizada para la imposición de condecoraciones. Se trata de la segunda ocasión que se realiza el mensaje de Navidad desde el Palacio Real; la última vez fue en el año 2015, cuando el Rey prounció su tradicional discurso desde el Salón del Trono.
Durante su undécimo discurso de Navidad televisado, el jefe del Estado ha pedido frenar la crispación: “Es necesario que la contienda política, legítima, pero en ocasiones atronadora, no impida escuchar una demanda aún más clamorosa: una demanda de serenidad”, ha dicho.
Al inicio de su discurso, y como era de esperar, el Rey ha dedicado una atención especial a las víctimas de la DANA que asoló partes del este y sur del país, en especial en la Comunidad Valenciana, hace casi dos meses. La importancia que la Casa Real quiere otorgarle a la catástrofe en la Horta Sur valenciana se ha dejado notar también en la escenografía del discurso, mediante una fotografía con afectados, voluntarios y miembros de las Fuerzas Armadas.
“Las personas que perdieron la vida y los desparecidos merecen todo nuestro respeto y no debemos olvidar nunca el dolor y la tristeza que han dejado en sus familias (…) “todos deberíamos poder sacar las enseñanzas necesarias que nos fortalezcan como sociedad y nos hagan crecer”, ha dicho.
El Rey destaca la inmigración, el acceso a la vivienda y los riesgos geopolíticos como los retos principales del Estado
Durante su discurso, el Rey también ha valorado que “el consenso en torno a lo esencial” debe servir de espacio desde el que “abordar los asuntos que nos preocupan y que nos afectan en modos diferentes a nuestra vida colectiva”. Entre esas cuestiones, se ha referido a “la creciente inestabilidad internacional, el clima en el que se desarrolla con frecuencia nuestro debate público, las dificultades en el acceso a la vivienda o la gestión de la inmigración“.
“La manera en la que seamos capaces de abordar la inmigración dirá mucho en el futuro sobre nuestros principios y la calidad de nuestra democracia”, ha asegurado el Rey, quien ha tenido deferencias a un lado (“las migraciones pueden derivar en tensiones que erosionen la cohesión”) y al otro (“el esfuerzo de integración y el reconocimiento de la dignidad que todo ser humano merece son los pilares que deben guiarnos”) del espectro polítco, manteniendo así su asumida neutralidad institucional al abordar los retos migratorios.
Como es ya tradición, Felipe VI ha utilizado el resto de lenguas cooficiales del Estado para despedir su mensaje anual.
Fuente: Euronews