Argentina gobernada por Calígula (*)
“Una dictadura de ultraderecha, sea o no estrictamente fascista, neo/fascista, neo/nazi o mafiosa, bien puede (y pudo, históricamente) tener su origen en la expresión electoral de la voluntad popular: Hitler, Mussolini, Bolsonaro, Bukele y muchos otros casos pueden servir de ejemplo frente a lo que experimentamos con ese ejercicio pleno y absoluto de la dominación social y de destrucción de su superestructura y de su base que representa el actual presidente, sus mandantes y sus séquitos”.
Mario Elffman
Profesor consulto de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA)
Ex juez nacional de trabajo.
Entre el 22 y el 24 de octubre, el líder de la Federación Rusa Vladimir Putin presidió una cumbre de los BRICS en la ciudad de Kazán. El mandatario espera que el grupo – que se ha ampliado y ahora incluye a Egipto, Etiopía, Irán y Emiratos Árabes Unidos, además de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica – se convierta en un poderoso contrapeso de Occidente en la política y el comercio mundiales. De este modo, el cónclave proclamó un Nuevo Orden Mundial, ocasión que Putin aprovechó para deslizar un ultimátum a Benjamín Netanyahu en referencia a la necesidad de mantener la paz y el equilibrio en la convulsionada región de Medio Oriente, aunque, autista y temerario, el Primer Ministro de Israel acaba de lanzar un nuevo ataque con misíles balísticos aéreos sobre Teherán, seguramente alentado por Donald Trump, panorama que supone un pronóstico reservado para el equilibrio global.
Mientras, si en nuestra latitud fuera posible escudriñar a través de las escasas rendijas que la compleja y afligente realidad nacional ofrece como para echar cierta luz a su comprensión, deberíamos admitir que la tragedia que padecemos lxs argentinxs acaso subyace desde la muerte del General Perón en 1974, se profundiza a partir de 1976 con el cruento rediseño del país por parte de los grupos económicos de la oligarquía al servicio del capital financiero trasnacional, y se cronifica a lo largo de las últimas cuatro décadas de lo que Alejandro Horowiczs bautizó “democracia de la derrota”, ciclo que – como recordarán lxs memoriosxs – lejos estuvimos de celebrar el último 10 de diciembre, cuando la ya agónica opción entre Massa y Milei se resolvió en favor de quien desde entonces viene obrando como sepulturero de lo que antaño fuera una grande y próspera Nación.
Lo sucedido a continuación no hace más que ratificar que el orden imperante resulta absolutamente incompatible con una vida digna, desde la bacanal con que el oficialismo premió la lealtad de 87 diputadxs que enterraron la movilidad jubilatoria, hasta la impúdica puja al interior de una oposición que se viene sacando los ojos mientras el movimiento estudiantil da muestras de una enorme y creativa vitalidad.
Y es que, además de sonar como música a oídos del núcleo duro de la reacción local, la prédica anti estatalista del neoliberalismo de guerra maridó con la ilusión cuentapropista del trabajador uberizado.
Pero ya no cabe duda acerca de que La Libertad Avanza no se rige por la legitimidad que otorgan sus votantes sino por la que brindan sus mandantes globales, dado lo cual, mientras se lo permita la vigencia de la primera, librarán una carrera contra reloj para demoler todo vestigio patrimonial que sirva como resorte de autodeterminación nacional.
Ante semejante panorama, ¡cómo no celebrar que, en el lugar menos pensado (la entrega de los Premios “Martín Fierro” al cine, las series y plataformas), Norman Briski, ese veterano gladiador de la escena nacional que pisó el barro de la Historia desde el legendario Grupo Octubre de teatro villero (1968) a la performance titiritera celebrada en plena pandemia ante lxs protagonistas de la toma de tierras en Guernica (2020), llamase a las cosas por su nombre en un glamoroso ámbito donde dejó boquiabierto a más de un bufo con mucho cartel y escaso patriotismo, si cuando el destino le hace un pase de gol a cualquier compatriota bien nacidx, su imperativo moral es patear al arco, aunque la consecuencia sea – como en el caso de este prestigioso actor y dramaturgo – estar padeciendo el embate más vil de ese sionismo que el gobierno nacional prohíja!
Aquí corresponde puntualizar que, bajo las lógicas del escarmiento capitalista, el ejercicio de la verdad siempre es punible, como ayer con Walsh y hoy con Briski.
Nunca hay que olvidar que el supuesto “diálogo democrático” está condicionado por la derrota militar del proyecto revolucionario, lo que supuso prácticamente el aniquilamiento de una generación.
Muy probablemente el esperpéntico Primer Mandatario de la República Argentina constituya tan solo la primera fase de su demolición, esa que muestra a lxs indignadxs contra incontables gestiones inoperantes experimentando la parálisis de la rana hervida a fuego lento, mientras crecen las expectativas de los Berni, los Moreno, y los Cúneo ante la sombría y paciente urdimbre que teje una Vicepresidenta recibida en Madrid con inusual disposición por la cómplice de los asesinatos del Padre Carlos Mujica, el diputado Rodolfo Ortega Peña, el ex vicegobernador de Córdoba Atilio López, el intelectual insumiso Silvio Frondizi, el sobreviviente de la Operación Masacre de José León Suárez Julio Troxler, y tantos más.
No contenta con la mera gestualidad, la abogada de los genocidas ha resuelto enfrentar por fuera al armado de la Libertad Avanza que diseñaron Karina Milei y Santiago Caputo organizando una confederación de partidos y referentes que se fueron disgustados por el maltrato y ninguneo de parte de la hermana presidencial.
La maniobra encierra una amenaza de altísimo riesgo para el presidente, que confía en sumar bancas en las elecciones intermedias para revertir la debilidad legislativa que lo obligó a ceder poder ante Mauricio Macri, quien le copó lugares claves del gabinete.
Ahora, Victoria Villarruel buscará darle sustento territorial al espacio que comenzó a delinear desde el comienzo de la gestión y que irritó al infinito al ejército de trolls libertarianos. Sin embargo, los insultos en las redes parecen no conmover a esta funcionaria, que prefiere dar pelea fuera del entorno virtual.
Por su parte, aunque arrecian tomas de sedes académicas y clases abiertas en la vía pública a lo largo de todo el país, el Ejecutivo avanza rápido y furioso, redoblando la apuesta contra las universidades en pleno conflicto por el presupuesto, dando de baja 11 obras millonarias en mejoras edilicias para casas de estudio de todo el territorio nacional, y justificando la decisión en que dichos proyectos debieron haberse terminado en la gestión de Alberto Fernández.
Sin embargo, la sociedad no le cree al Presidente cuando habla contra las universidades públicas. Lejos de considerarlas como “un curro de la casta” o un sistema por el que “los pobres pagan la educación de los ricos”, lxs argentinxs valoran a la universidad pública y gratuita como un bien muy preciado. El 99 por ciento opina que la educación es la herramienta para el crecimiento nacional, un 80 por ciento acuerda en que ayudan a la movilidad ascendente, el 86 por ciento considera que las universidades públicas son un orgullo para el país. Mientras tanto Milei, siguiendo un mecanismo que ya usó para desfinanciar otras áreas, como los comedores y la urbanización de los barrios populares, se prepara para auditarlas, lo que en este gobierno indica que iniciará una campaña a través de los medios que le son afines. El titular de la Sindicatura General de la Nación (Sigen), Miguel Blanco, anunció que comenzará a revisar de inmediato las cuentas de las facultades con mayor presupuesto. “Probablemente empecemos por la UBA”, anticipó.
Lo que debiera entender cuanto antes quien esté realmente dispuestx a jugar de oposición, es que a la Patria no le sobra tiempo, y, si sobrevive a la cruzada anarco – liberal en curso, quedará en terapia intensiva.
Estamos ante un Primer Magistrado que, atento a la misión encomendada por sus sponsors, hace oídos sordos a la escalada de conflictividad social que recorre nuestra geografía. Así, ese hombre que no puede asomarse al balcón de la Casa de Gobierno ni el día de su cumpleaños sin que el público presente lo cague a puteadas, volvió a ponerse al frente de las negociaciones políticas, para recibir en la Quinta de Olivos a los cuatro gobernadores que apoyaron públicamente los vetos, comer con ellos el asado que se le niega al pobrerío en el país de las vacas, y agradecerles personalmente su respaldo.
En esa oportunidad, el líder libertariano cenó con los mandatarios de Salta, Gustavo Sáenz; de Catamarca, Raúl Jalil; de Tucumán, Osvaldo Jaldo, y de Misiones, Hugo Passalacqua, todos ellos cercanos a distintos sectores de un justicialismo cada vez más raquítico, pero alineados con las autoridades nacionales.
El encuentro se desarrolló en medio de varias discusiones parlamentarias que importan a la Casa Rosada, como el Presupuesto para el año próximo, la Ley Hojarascay la iniciativa impulsada por la oposición para modificar la norma de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU), entre otras.
En la ocasión, Milei estuvo acompañado por el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y por el vicejefe de Gabinete del Interior, Lisandro Catalán, los dos burócratas que mayor relación tienen, no solo con las provincias, sino también con los bloques legislativos.
A esta altura de los acontecimientos, cabría señalar que, en la dialéctica entre ofensiva de El Palacio y defensiva de La Calle (que, indudablemente, hoy constituye la auténtica oposición), al campo popular le cabe la ímproba misión de resolver las inconducentes tensiones entre trabajo formal y trabajo informal, antipatriarcado barrial de pañuelo celeste y feminismo académico de pañuelo verde, o extractivismo y empleo, entre otras.
A ojos vista, el período más próspero desde la vigencia del orden constitucional se concentró en una lucha anti austeridad que fomentó el consumo a como diese lugar, y otra anti impunidad, que puso énfasis en algunas reparaciones setentistas tanto simbólicas como materiales, módicos avances que, ante la ausencia de transformaciones estructurales, a partir de la contraofensiva del capital más concentrado, han devenido en la bancarización de la ayuda social o la baja de la edad de imputabilidad y el gatillo fácil.
Milei emerge entonces como hijo del caos provocado por una crisis de representatividad sin precedentes, aunque podría convertirse en padre del orden determinado por la capacidad de unidad en la acción que sea capaz de gestar el arco opositor. Dado lo cual, nadie tiene el más mínimo derecho a sabotear ese proceso de confluencia que se viene produciendo al calor de las actuales resistencias anticapitalistas, anti patriarcales, y anti extractivistas.
Por tanto, resulta por demás prudente que, tras el cataclismo ocurrido en los últimos días dentro del justicialismo, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, busque salir por arriba de la interna que tiene a la ex presidenta Cristina Kirchner – junto a todo el universo dirigencial del kirchnerismo – por un lado y al gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela – con otro sector peronista no K – por el otro. Sin embargo, desde La Cámpora siguen cuestionando que Kicillof no se haya pronunciado públicamente a favor de una candidatura de CFK a presidir el Partido Justicialista. El desentendimiento del kirchnerismo con el mandatario provincial ha encendido luces de alerta sobre la convivencia política en el gabinete bonaerense. Pese a lo cual – hay que decir que afortunadamente, porque a este tren la debacle pende de un hilo -, el ministro de Gobierno Carlos Bianco expresó que “no está prevista ninguna modificación” del Gabinete.
A ello debe agregarse la foto conjunta del gobernador bonaerense y la ex vicepresidenta, lograda en el Teatro Argentino de La Plata gracias a los buenos oficios de la Presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, en el marco de la conmemoración del 47° aniversario de dicho organismo de DDHH, lo cual no parecería ir más allá de una tregua entre los contendientes, ya que a lo largo de la emotiva ceremonia ambos ni se miraron.
Recapitulando, “no todo lo que brilla es oro” para los libertarianos. Si bien es cierto que apologizan riesgosamente la violencia sin filtro discursivo, también lo es que fuera del ciberespacio sus influencers no solo no influencian a nadie, sino que, como a varios funcionarixs de esta gestión, la gente cada vez les planta cara con mayor severidad. Así lo han experimentado en carne propia durante el último tiempo desde el ladri de Fran Fijap, pasando por el mediocre usufructuario de “ilustre” apellido Martin Menem, hasta la cara rota polirubro de Sandra Pettovello.
Ganando pues un poco de perspectiva, digamos que, si la derrota – global y local – del proyecto revolucionario ha dado lugar a su negación o al cinismo liso y llano, cabe una vez más al pueblo argentino la empresa de su reinvención en las nuevas condiciones que ofrecen este mundo multipolar y estas sociedades del control basadas en las fake news, el lawfare, y los golpes de mercado.
De cara al escenario que propone el Tercer Milenio, vale la pena recordar que la última expresión política del movimiento nacional oportunamente acuñó algunos lemas que se han vuelto anacrónicos en las actuales circunstancias, como “de casa al trabajo y del trabajo a casa”, o la disyuntiva de que el siglo en curso nos encontraría unidxs o dominadxs cuando aún nos tiene padeciendo el yugo de los dueños del planeta… pero todavía está por verse si la disposición mayoritaria de aquella masa crítica sigue siendo que su destino sea revolucionario o en cambio ya ha aceptado que no sea nada. –
(*) Calígula fue conocido por el público en general como un emperador de la Antigua Roma, loco y sexualmente depravado, que pensó que era un dios viviente, que asesinó a un niño pequeño porque tosía demasiado, que tuvo relaciones sexuales con sus tres hermanas, que asesinó a su hermana embarazada de él y se comió al feto, que convirtió su palacio en un prostíbulo, que bebió perlas de gran precio disueltas en vinagre y que hizo la guerra a Neptuno para recuperar ostras como “botín”.
Por Jorge Falcone-La Gomera de David