A pesar de los nulos planes nacionales para potenciar la actividad, Misiones se mantiene como referente dentro de un sector que se convirtió, gracias al trabajo mancomunado entre el gobierno provincial y los privados, en el motor de la economía. Se espera que la actividad cierre las vacaciones de invierno con uno 80% de ocupación hotelera promedio.
Que Misiones sea la provincia que alberga uno de los destinos con mayor convocatoria en el país no es una novedad. Y en un contexto de crisis económica y sin incentivos nacionales(como el PreViaje), la actividad se encamina a reflejar números muy elevados para el final de las vacaciones de invierno en la que la afluencia de visitantes se pueden palpar en cada ciudad o pueblo a lo largo y a lo ancho.
Detrás de los números, que se prevén que alcanzarán un 80% de promedio en la ocupación hotelera, hay una fuerte inversión, no solo económica, sino de recursos, tanto humanos como de fuerza de tarea, para presentarle al turista nacional que se acerca a la provincia, una experiencia que redunda en la mejor estrategia de marketing para captar futuros turistas.
De hecho, antes de las vacaciones de julio, el gobierno provincial, siempre un paso adelante en su estrategia para difundir todas sus maravillas, encaró una promoción sólida y sostenida para captar la atención de los posibles visitantes. Alguno podría pensar si es necesario instalar a Misiones en las familias que organizan sus salidas y la respuesta es simple: no pero sí. El no, se impone, decididamente, por los años de trabajo de una industria que se convirtió en uno de los principales sostenes de la economía local, que subsiste en casi todos los pueblos con el
aporte de quienes atraviesan las rutas misioneras llegados desde el país y por vía terrestre desde Paraguay y Brasil. Aunque esta tarea de haber instalado a Misiones como una de las provincias de referencia para el sector necesitó, en los últimos meses, de que sus actores, tanto públicos como privados, agudicen en el ingenio para batallar contra la falta de dinero que se siente en los alicaídos bolsillos argentinos.
Misiones inició su receso invernal el lunes 15 de julio y apuntó su campaña para el mercado nacional a las provincias con más habitantes del país y las que suelen entrar en vacaciones una semana después. Es por ello que las campañas apuntaron a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la provincia homónima, junto a Córdoba, Santa Fe, el resto de las provincial del litoral argentino (Entre Ríos, Corrientes, Chaco) y Mendoza y Río Negro, quienes comparten con Misiones la etiqueta de referentes del turismo natural.
El ministerio de Turismo de Misiones, encabezado desde hace 9 años por José María Arrúa (otra muestra del trabajo sostenido en el tiempo) informó que desplegó diversas estrategias de comunicación mediante las redes sociales y otras plataformas digitales para atraervisitantes y potenciar a la actividad.
El inicio del receso coincidió con la reapertura del Circuito Garganta del Diablo, en el Parque Nacional Iguazú, el sitio donde los visitantes sienten con mayor crudeza el impacto de la caída del agua del río, que permaneció cerrado en los últimos meses.
El acto de reapertura participó el propio gobernador, Hugo Passalacqua, quien destacó a la actividad turística como el principal motor económico y ponderó el trabajo en conjunto, la sinergia, entre el Estado provincial y el sector privado para el desarrollo del mismo.
Todavía resta una semana de vacaciones y se espera la llegada de más turistas, del país y de la región para vivir la experiencia de Misiones y su transcendental atractivo: la naturaleza que se cuida todos los días.
Por Sergio Fernández