Casi 400.000 habitantes se ven afectados por el corte de suministro de agua potable en Comodoro Rivadavia, Rada Tilly, Sarmiento y Caleta Olivia
Las localidades de Comodoro Rivadavia, Sarmiento y Rada Tilly en Chubut, así como Caleta Olivia en Santa Cruz, se enfrentan a una grave escasez de suministro de agua potable. La causa se atribuye a las fallas recurrentes en el Acueducto “Jorge Federico Carstens”, inaugurado en diciembre de 1999. Esta obra, crucial para el abastecimiento regional, presenta una serie de dificultades en su infraestructura y se encuentra inconclusa desde hace varias décadas.
Esta semana se registraron continuas roturas en el sistema de acueductos que abastece de agua a los cuatro departamentos patagónicos, el cual comprende dos conductos en paralelo: el antiguo acueducto, inaugurado en la década del 60, y el nuevo, también conocido como Lago Musters.
Los problemas en el suministro comenzaron a hacerse evidentes en los últimos días, cuando la Sociedad Cooperativa Popular Limitada de Comodoro Rivadavia (SCPL) -la entidad concesionaria a cargo de operar el acueducto Musters- informó que se detectaron dos averías en la obra, específicamente en el tramo comprendido entre Cerro Negro y Valle Hermoso, lo que obligó a interrumpir el bombeo de agua.
Frente a esta situación, CooAgua, la empresa sanitaria de Rada Tilly, comunicó la suspensión del suministro en la localidad, tras advertir que no fue posible recuperar las reservas necesarias para restablecer el servicio en su totalidad. Aunque se realizaron las reparaciones pertinentes en ambas roturas y el agua ya comenzó a ingresar en los tanques, lo hizo con un caudal inferior al necesario. Debido a esto, se establecieron “cargaderos” en diversos puntos de la ciudad para que los usuarios puedan retirar agua potable y abastecerse con lo necesario.
Este escenario se replicó en Caleta Olivia, en Santa Cruz, dependiente del sistema de captación, transporte y suministro de agua que proviene del Lago Musters y que abastece, junto al acueducto antiguo, a una población cercana a los 400.000 habitantes.
“Usá solo lo que necesites”, fue uno de los mensajes que emitió la empresa Servicios Públicos Sociedad del Estado de Caleta Olivia ante el faltante del fluido en los grifos de las casas.
Emergencia hídrica y obras necesarias
Desde el Gobierno de Chubut indicaron que la problemática actual se extiende a lo largo de unos 40 kilómetros. El tramo conflictivo, las estaciones de Cerro Negro y Valle Hermoso, tuvo siete roturas y es considerado un trecho “crítico”, según indicaron fuentes del SCLP a Infobae.
Frente a esto, el gobernador Mariano Arcioni decidió declarar la emergencia hídrica en el área sur de la provincia el pasado miércoles. “En respuesta, se han definido diez obras claves en colaboración entre la SCPL y el Ministerio de Infraestructura, Energía y Planificación de la provincia”, se explicó oficialmente.
Las obras requieren un presupuesto que supera los quince mil millones de pesos, y ya fueron presentadas ante el Ente Nacional de Obras Hídricas y Saneamiento (ENOHSA) en los meses de julio y agosto.
Se estima que el plan podría llevarse a cabo en un período de entre 5 a 6 años, con el objetivo de extender la vida útil del acueducto al menos por 20 años más. De esas diez obras, las tres más importantes y urgentes son el recambio de los 40 kilómetros conflictivos del acueducto nuevo, la electrificación de motores y la construcción de cisternas en Valle Hermoso.
“Se espera que estas medidas, una vez completadas, brinden una solución a largo plazo para garantizar la estabilidad y eficiencia del sistema de acueductos en Comodoro Rivadavia y sus localidades cercanas. Mientras tanto, la provincia declara la emergencia para atender la situación actual”, agregaron fuentes oficiales.
El mapa de las roturas en el acueducto.
En comunicación con este medio, Ezequiel Suazo, gerente general de SCPL, brindó detalles sobre la problemática y el presupuesto requerido para reparar las obras. “El material del caño que está compuesto el acueducto es un caño de hormigón pre-tensado, que en el caso de los acueductos, tanto del viejo y del nuevo, tienen el mismo sistema, aunque con una distinta construcción”, comenzó.
“Los caños de hormigón van acoplados, no es un conducto que sea de estación a estación, sino que son tramos de seis metros acoplados uno al lado del otro. En el caso del acueducto nuevo, es una estructura de hormigón, que tiene una mayor porosidad o es más débil contra la protección de la armadura contra el suelo y contra el agua de las napas que pueden atacar la estructura”, dijo.
El estado del caño antes de su reparación.
Lo que ocurrió es que, tras finalizar el acueducto en el año 1999, la empresa a cargo de la construcción no terminó de instalar la protección catódica, es decir, el método para prevenir la corrosión en estructuras metálicas enterradas y sumergidas, según indicó el gerente de SCPL. “El caño no resiste continuar operando en las condiciones que hoy está, y la solución a largo plazo tiene que ser cambiar completamente ese tramo”, sostuvo.
“Se requiere un proyecto de caño de otra tecnología, en fibra de vidrio, que no necesita mantenimiento así como la protección catódica de estos caños o un conducto metálico”, indicó.
De acuerdo al gerente de la firma, el conjunto de obras fue presentado a ENOHSA el año pasado. “Actualmente no sabemos si ese presupuesto se va a reencauzar, si va a estar en el presupuesto del año que viene ni si se va a licitar esa obra”, señaló.
Los caños fueron reparados esta semana, pero aún no fue suficiente para devolver el agua potable.
El presupuesto para reparar el sistema de agua
“Todavía no hemos terminado de concluir cuánto nos costaron todas estas reparaciones, pero estimamos que cada rotura conlleva un gasto de 24 millones. Cada uno de los caños que se utiliza en la reparación son caños metálicos de un metro diez de diámetro, una chapa de por lo menos doce milímetros de espesor, dependiendo de la zona donde está el acueducto”, comunicó Suazo a Infobae.
En este marco, el directivo se refirió al proceso de construcción de un caño telescópico, necesario para las reparaciones. “Este proceso tiene un costo adicional de aproximadamente 15 millones de pesos”, añadió.
Además, resaltó la complejidad operativa de las obras, que incluyen el traslado de equipos de retroexcavadoras a zonas remotas, la identificación y apertura de la rotura y el bombeo del agua del caño, a lo que sumó la pérdida de recursos, calculada en alrededor de 30 millones de litros de agua.
Finalmente, y en un intento de abordar la situación de manera inmediata, el gerente de la empresa sugirió contar un presupuesto de emergencia de 700 millones de pesos para obras de mitigación. Estas incluyen la adquisición de repuestos, la instalación de válvulas aliviadoras de presión y la construcción de “bypasses” entre los conductos del acueducto viejo y nuevo.
Con el suministro de caños contemplados para un año agotado en una sola semana, y con la necesidad de garantizar el abastecimiento de agua durante los próximos veranos, la urgencia de fondos y acciones adicionales resulta “urgente”, culminó Suazo.
Por Martina Mongelluzzo-Infobae