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¿En Argentina hay norte educativo?: Responsabilidad Colectiva de la Educación

¿Cómo se deben definir políticas públicas educativa en un país democrático? El verdadero reto educativo es la responsabilidad al asumir que la educación cambiará y hará mejor el mundo donde vivimos. El éxito del mañana de nuestro país se determina por la preparación de sus dirigentes, especialistas, ciudadanos y habitantes y la capacidad de ajustarse al cambio, por lo que el desarrollo y educación de competencias clave para el aprendizaje a lo largo de la vida se vuelve primordial en un mundo en constante transformación. 

Los padres, los gobiernos, la sociedad no quieren enterarse o hacerse cargo de la responsabilidad educativa de sus hijos. La realidad es que “la educación se encuentra inmersa en la línea de pensamiento posmoderno, muy débil, relativista porque siempre se está cambiando a cada paso, no hay una hoja de ruta clara. 

Los sistemas educativos integran muchos elementos: alumnos, docentes y directivos; formas de organizar a éstos, su planta física y tiempos, etc. A los docentes ¿Nos quieren protagonista de la educación? El reto de la educación es una responsabilidad colectiva. La responsabilidad sobre la educación básica de niños y jóvenes es una competencia colectiva que no corresponde solamente a los docentes de aula, corresponde en primer lugar al Estado, a los padres, en fin, a toda la sociedad. 

La educación es un proceso humano y cultural complejo. Actualmente caminamos sin saber hacia dónde vamos y pensamos, por ello, que cualquier ruta es adecuada para llegar a cualquier parte. Hay que pensar la Educación como un acto político de compromiso con el país, con la sociedad, y con uno mismo.

Argentina está pagando hoy las consecuencias de esta actitud bestial en su situación de pobreza, en su pérdida de competitividad internacional en productividad y desarrollo científico y tecnológico, en el deterioro de las condiciones de orden público y en la precariedad de sus instituciones políticas todo como resultado de la NO inversión en educación, no todo es macro economía.

La educación es más allá del aula. La educación siempre está expuesta a ser desarticulada por cada gobierno que llega, desmantelada por la falta de inversión planificada hasta destruirla y nos quedamos desprotegidos. ¿Qué valor le damos a la educación? Desde siempre la palabra valor es medir la dignidad y los méritos de las personas, entonces ¿no tenemos valor para que toda la sociedad cambie a través de la educación? 

Si la educación no es una responsabilidad de todos, a falta de esa responsabilidad colectiva tendremos una irresponsabilidad colectiva y tendremos como resultado una sociedad que emerja desencantada, que nunca acabe de encontrar sitio para el futuro de los estudiantes y lo único claro es la incertidumbre al presente y por ende al futuro.

La Pandemia se presentó como una maldición apocalíptica y el desaliento en torno los órdenes reinó, pero esto no se acaba; ¿el horizonte final de la debacle educativa está muy lejos? 

No es justo, nuestra educación está siempre a la deriva del gobierno de turno. El tema de las políticas públicas sobre todo en educación es de particular alcance en el desarrollo de un estado en tanto no hay ningún aspecto de ese desarrollo que no se vincule en forma directa con el proceso educativo de los ciudadanos.

La educación busca la perfección y la seguridad del ser humano. Es una forma de ser libre. Así como la verdad, la educación nos hace libres. De allí la antinomia más intrincada de la educación: la educación busca asegurarle libertad al hombre, pero la educación demanda disciplina, sometimiento, conducción, y se guía bajo signos de obligatoriedad y a veces de autoritarismo, firmeza y direccionalidad. Libertad limitada. Es indispensable avanzar en el diseño y práctica de mecanismos de participación que pongan a los niños y las niñas como protagonistas de los procesos educativos y sociales.

Hoy más que nunca necesitamos que la educación sea políticamente prioritaria. Esto implica que los gobiernos consideren la educación como un área de enfoque central y le asignen una alta prioridad en términos de recursos humanos, materiales, de infraestructura, económicos, etc.; que generen políticas (de formación docente, desarrollo profesional, capacitación continua, salarios y condiciones laborales) y se concentren en una atención permanente (entendiendo que la educación es la base fundamental para el desarrollo social, económico y cultural de los países).

Concluyendo la educación como responsabilidad no se limita a los espacios institucionales, ni es propiedad de intelectuales. se construye y reconstruye cada segundo.

Hay razones para creer en una educación y escuela mejor.

Por Daniela Leiva Seisdedos – Profesora de Historia. Libros de Textos escolares de Historia.  El Arcón de Clio I y II