Misiones Para Todos

Es como una clase sobre batallas culturales… pero es mucho más que eso

Es un contraste entre el espíritu de época, clima de opinión y especialmente el kuuki. Y algo de ideología también.

Quien gana siempre tiene la tentación de comunicar (y afirmar) que arranca no sólo una era, sino un cambio cultural. Es pretenciosa esa idea. Pero, en el fondo, esconde una pretensión construccionista. El construccionismo no trabaja en la mera voluntad de quien gobierna. Tiene oportunidades y tiene límites.

La comunicación gubernamental construccionista ubica el énfasis sobre las ideas o los significados políticos y los procesos por los cuales la gente adquiere el sentido del mundo político. Ese proceso es continuo y dinámico, y genera una espiral activa de interpretaciones y reinterpretaciones constantes, basándose siempre en lenguajes simbólicos que ponen en funcionamiento diferentes pensamientos o sentimientos. Se considera en este modelo que las emociones juegan un rol activo en la resonancia e interpretación de los mensajes (Crigler, 2001, pp. 1-10).

El construccionismo crea o enfatiza problemas para avanzar con sus políticas, o bien, muchos de los verdaderos problemas son construcciones simbólicas y políticas para justificar el accionar del gobierno (Edelman, 1991; Rochefort y Cobb, 1994, pp. 1-27; Bosso, 1994, p. 201).  El construccionismo gubernamental no sólo testea ambientes, los construye o al menos avanza en el intento.

Un proceso de construcción de la realidad, en base a lenguajes simbólicos por los cuales la gente adquiera el sentido del mundo político, que avance en integrar diferentes significados, le otorga al gobierno la posibilidad de construir universos simbólicos que lo doten de legitimidad. El universo simbólico ofrece el más alto nivel de integración a los significados dentro de la vida en la sociedad.

Los universos simbólicos constituyen el más extendido nivel de legitimación (Berger y Luckmann, 1966, pp. 89-93).

Cuando un gobierno avanza en la construcción de estructuras de significados comprensibles en diferentes ámbitos de la sociedad, sustentadas en una acción gubernamental aceptada por la mayor cantidad de personas, dota a su acción de legitimidad. La comunicación política construccionista pretende que la gente pueda interpretar los actos del gobierno mediante su comunicación y su acción gubernamental, y los integre dentro de estructuras de significados instalados desde el gobierno.

El construccionismo gubernamental de universos simbólicos testea ambientes, los construye e integra estructuras de significantes aceptados de un proyecto de gobierno. Cuando el proyecto general de gobierno es apropiado por una parte mayoritaria de la ciudadanía, los diferentes universos simbólicos de significación del proyecto de gobierno se convierten en un mito de gobierno.

La comunicación política construccionista y la instalación de opiniones dominantes: el clima de opinión, el espíritu de época y kuuki

Un estilo de comunicación construccionista, en el intento de construir sentido político desde el gobierno, tiene la posibilidad de que las narrativas que se vayan instalando a través de su comunicación se constituyan, en un momento determinado, en opiniones dominantes. En relación con la construcción de opiniones dominantes están los términos: Zeitgeist (espíritu de la época), clima de opinión y kuuki.

El Zeitgeist

El concepto de Zeitgeist, expresión del idioma alemán, significa “el espíritu (Geist) del tiempo (Zeit)”.

Zeitgeist es la experiencia de un clima cultural dominante que define una era en el mundo. El concepto podría definir el alma o sentido de un periodo particular en la historia, como reflejo de las ideas y creencias del momento. Podría decirse que se refiere a la ética y moral de una era y un lugar, como también al espíritu colectivo de un tiempo y espacio como reflejo de su cultura

“Cuando uno de los lados se yergue, se apodera de la muchedumbre y se despliega hasta el punto de los que se oponen a él tienen que retirarse a un rincón y, por el momento al menos, refugiarse en el silencio, a este predominio se le llama el espíritu de los tiempos (Zeitgeist), que, durante un período se sale con la suya” (Goethe, 1964, p. 705).

El Clima de opinión

A mitad del siglo XVII en Inglaterra, Joseph Glanvill utilizó la expresión “clima (s) de opiniones” por primera vez. Escribió: “Así que ellos [los dogmáticos], que nunca se han asomado más allá de la creencia en la que sus cómodos entendimientos fueron adoctrinados inicialmente, están indudablemente seguros de la verdad, y de la excelencia comparativa de lo que han heredado, mientras que las almas más grandes, que han trabajado los diversos climas de opinión, son más cautas en sus decisiones y más parcas al sentenciar” (Glanvill, 1661, pp.226-227).

“Clima de opinión” se refiere a las corrientes de opinión predominantes en una sociedad. Dice Noëlle-Neumann: “… rodea totalmente al individuo desde el exterior. El individuo no puede escapar de él. Pero simultáneamente está dentro de nosotros, ejerciendo la mayor influencia sobre nuestra sensación de bienestar. La expresión “clima de opinión” representa … la idea de una distribución de frecuencias, de una fuerza relativa de las diversas tendencias contradictorias. El término “clima”, además, trae a la mente la imagen del espacio y el tiempo, también incluye el sentido más completo de lo “público” (Noëlle-Neumann, ).

En la teoría del Espiral del Silencio de Noëlle-Neumann tiene su origen el uso que damos al concepto de clima de opinión. Para el concepto de clima de opinión, importa que los individuos cuenten con la posibilidad de percibir la distribución de la opinión pública con respecto a determinados temas (los temas controvertidos). Desde esta perspectiva, la opinión pública constituiría, más que “lo que la gente piensa”, “lo que la gente piensa que piensan los demás”, esto es, las corrientes de opinión que se perciben como mayoritarias con respecto a diferentes cuestiones.

El Kuuki

La traducción literal de kuuki es aire (“air”). En la quinta edición del Diccionario de Estudios de Medios y Comunicación, kuuki es simplemente introducido como “a climate of opinión requiring compliance” (Watson & Hill, 2000, pp.165-166).

En la antigua cultura china creían que existe una fuerza o energía que se desplaza entre el interior y el exterior de los individuos, y determina o limita sus pensamientos o comportamientos. A esto lo llamaban qi o ki en japonés o coreano, o spirit en inglés.

Actualmente, en China se sigue entendiendo el concepto de la misma manera que en la antigüedad. Deng Xiaoping, en su discurso del 9 de junio de 1989, cinco días después del incidente en la Plaza Tiananmen, dijo: “Esta tormenta puede venir de cualquier lado, tarde o temprano. Está determinada por un clima internacional mayor (da qi hou) y un clima menor (xiao qi hou) desde dentro de China, que no puede ser cambiado por la voluntad del pueblo” (Saiko, 2001, p. 5). El “clima internacional mayor (da qi hou) se refería al colapso del bloque comunista soviético y la propagación de la liberalización y democratización de Europa del este. El “clima menor” (xiao qi hou) desde dentro de China, se refería a la inclinación hacia la liberalización y democratización promovida por los líderes reformistas como Zhao Zi Yang y Hu Yao Bang, quienes eran apoyados por intelectuales y estudiantes. El qi hou mencionado por Deng es similar al kuuki japonés en el sentido que considera que afecta la toma de decisiones colectivas. Es muy poderoso porque la presión viene de dentro y fuera, es la combinación del cumplimiento de una demanda en una política específica y la voluntad o motivación para cumplirlo que vienen desde el interior.

Kuuki, término japonés equivalente a air, refiere a la atmósfera creada respecto a una situación en la cual todos los involucrados se compelen a ella. En el corazón del proceso del kuuki hay un mecanismo que agrava la situación de tal manera que los involucrados se ven obligados a cumplir con la posición planteada. Esta idea es ampliamente utilizada en Japón, Corea y China para describir lo que sucede en diversos entornos, desde pequeños grupos empresariales hasta contextos políticos, en los que la gente dice estar bajo la influencia del proceso del kuuki. Humor político o entorno político son términos involucrados en el kuuki. Surge en situaciones en las que el tema tiene una importancia crítica para el grupo. Por lo tanto, el kuuki puede surgir entre los miembros de un sindicato pero no entre miembros del público que no tienen un interés personal en el tema.

Vamos a compararlos más en detalle pero le agrego otro término: ideología. Así, veamos la relación entre ideología, clima de opinión, zeitgeist (espíritu de época) con kuuki

Las traducciones son siempre imprecisas, pero kuuki a menudo se compara con términos como: ideología, Zeitgeist (espíritu de la época) y clima de opinión.

Kuuki es similar a la ideología en el sentido que funciona como un sistema de ideas y creencias de cumplimiento que impelen a una presión social. Sin embargo, en contraste con la ideología, kuuki determina el cumplimiento ya que refiere a un tema o problema específico, como la modificación de un paquete legal por un imperativo contextual, el envío de tropas ante un ataque, una situación de actuación fuerte ante un fraude corporativo, o algún tipo de condena por algún escándalo de un líder político. Comparado con la ideología, el kuuki es más variable o cambiante porque en gran medida depende de las situaciones. Cuando la situación cambia, el kuuki debe cambiar en consecuencia. En cambio, la ideología es un gran sistema de creencias, más o menos completo, más o menos coherente, que tiene respuestas u orientaciones basadas en principios y valores que sirven como guía de acción.

Kuuki también ha sido comparado con el concepto de clima de opinión, aunque este concepto se refiere principalmente a los patrones de distribución de la opinión pública en lugar de a las propias opiniones. Sin embargo, en el proceso del kuuki al igual que en el clima de opinión las propias opiniones, y el conocimiento de que una opinión es la opinión de la mayoría, ejercen presión, política, social y psicológica para cumplir con el pensamiento del grupo o la norma a algo, y esta presión es interna y externa. En el caso de la teoría del espiral del silencio, la sanción como una presión social y un miedo individual al aislamiento por una mayoría circunstancial es lo que pesa (Noelle-Neumann, 1984).

El clima de opinión parece ser considerado de manera general como un marco débil a través del cual los líderes políticos toman sus decisiones. De acuerdo con esta definición, el clima de opinión puede o no influir las actitudes y opiniones o decisiones de un líder político, es decir que a diferencia del kuuki no determina ni la influencia ni el cumplimiento. El concepto japonés de kuuki connota una presión social, política y psicológica fuerte.

Kuuki es un constructo social y existe por fuera del individuo. Sin embargo, incluye el ki o spirit, lo cual implica la existencia de una interacción entre kuuki y ki o spirit dentro de los individuos. El concepto alemán de Zeitgeist parece más afín a kuuki que “clima de opinión” en el sentido que implica una fuerte presión social. También hay que tener en cuenta que geist es el equivalente de ki, qi spirit, y por lo tanto Zeitgeist, como kuuki, implica esa interacción con el geist dentro de los individuos. En este sentido, kuuki puede ser más parecido al término alemán Zeitgeist (espíritu de época), aunque éste último es más abstracto y más cercano a la ideología que el kuukiEl espíritu de época del Zeitgeist condiciona, ejerce presión social en general, mientras que el kuuki determina una presión en algo concreto, puntual, y en una acción y direccionamiento específicos.

El fenómeno del kuuki es una cuestión de opinión específica, política o decisión y tiene poco que ver con los patrones de comportamiento más generales, como el estado de ánimo o el humor social. Es diferente de una mera atmósfera o una tendencia intelectual, carente de presión para su cumplimiento.

Ejemplos históricos que modelan la generación del kuuki

El 14 de septiembre de 2001, el Congreso de Estados Unidos aprobó una resolución presentada por el presidente Bush para usar las fuerzas armadas en respuesta a los ataque terroristas al World Trade Center Buildings, en New York. En el Congreso, Bárbara Lee (congresista demócrata de California), votó en contra. Según Reuters, desde la noche de ese día comenzaron a llegar muchos faxes y llamadas telefónicas de protesta y acoso a la oficina y residencia de la congresista Lee. Debido a estos hechos, la policía le ofreció protección las 24 horas (Hansen, 2001).

El 16 de octubre de 2001, el Consejo de Berkeley, California, pasó una resolución condenando los bombardeos militares estadounidenses en Afganistán así como los actos de terrorismo. Cinco miembros del consejo apoyaron la resolución y cuatro se opusieron. Cuando la noticia fue difundida por The Wall Street Journal, llamados telefónicos y faxes condenando la resolución inundaron el Consejo de Berkeley (Kuubaku, 2001).

De hecho, fenómenos de este tipo existen desde tiempos ancestrales. En el 415 A.C., en Atenas, dos generales, Nicias y Alcibiades, discutieron si Atenas debía enviar tropas a Sicilia o no. Alcibiades, que creía en la superioridad de los atenienses por sobre la debilidad de los sicilianos, ganó la votación popular y Atenas envió una fuerza expedicionaria para atacar Siracusa, en Sicilia. La guerra se prolongó por tres años hasta el 413 A.C. y para ese momento Atenas estaba completamente vencida. Según Tucidides, los seguidores de Nicias que se habían opuesto a la expedición se mantuvieron en silencio por miedo a ser acusados por la mayoría de anti-patriotismo (citado en Sudo, 2001, p. 35).

Estas presiones sociales, políticas y psicológicas, que exigen la adherencia de una determinada opinión concreta o de grupos de decisión, y que por lo general van acompañadas de amenazas y sanción social, son el fenómeno del kuuki en acción.

Inmediatamente antes de la guerra ruso-japonesa (1904-05) los diarios japoneses estaban divididos en dos grupos: pro y anti guerra. A medida que aumentaba la tensión y la guerra estalló, los periódicos pro-guerra ampliaron su circulación mientras que los periódicos anti-guerra la redujeron. No sólo eso, uno de los principales periódicos anti-guerra Kokumin Shimbun, fue atacado por una multitud violenta, incendiado y quebró. El segundo mayor periódico anti-guerra, Yorozu Choho, cambió su línea editorial durante la guerra y se transformó en pro-guerra. Antes de la guerra, Yorozu Choho era conocido por su postura anti-gobierno y anti-élite; especialmente, por las noticias publicadas sobre escándalos protagonizadas por los políticos en el gobierno. Cuando el periódico cambió su línea editorial durante la guerra ruso-japonesa, Kuroiwa Ruiko, presidente y editor en jefe del periódico, dijo: “Los diarios deben ser anti gobierno durante períodos de paz y chauvinistas en tiempos de guerra”.

Cuando el incidente de Manchuria estalló en 1931, los gerentes de los periódicos japoneses recordaron los dichos de Kuroiwa Ruiko. Como resultado, casi la mayoría de los periódicos japoneses escribieron artículos chauvinistas y patrióticos; no sólo apoyaron a los militares sino que criticaron a los líderes políticos civiles. En consecuencia, dentro del gobierno japonés los estadistas moderados fueron gradualmente reemplazados por los expansionistas de línea dura, y el gobierno fue tomado por los militares.

Kuuki puede funcionar para el bien o para el mal. “Puede ser antidemocrático y destructivo … El caso más peligroso”, escribe el profesor Ito Youichi, “es cuando el kuuki es aprovechada por grupos antidemocráticos o líderes políticos egoístas e intolerantes. Incluso si la situación no es tan mala, kuuki puede hacer que los puntos de vista puedan reducir o limitar las opciones de políticas”.

Ito Youchi explica como el kuuki puede ser incentivado por los medios, por el gobierno o por la fuerza de la opinión pública. Cada una puede influenciar sobre los otros, que operan de una manera tripolar. Cuando dos de los principales actores trabajan al unísono, o en alianza, los dos actores unidos pueden forzar el tercer actor a unirse. Youichi lista cinco condiciones en las que opera el poderoso efecto del kuuki:

1- cuando la opinión de la mayoría representa a la mayoría de dos de los tres sectores, gobierno, medios y opinión pública;

2- cuando la opinión de la mayoría representa a la mayoría de la opinión de los tres sectores:

3- cuando la opinión de la mayoría aumenta durante un tiempo;

4- cuando la opinión de la mayoría escala; y

5- cuando el tema “tiende a agitar el spirit, cuando es referido a los valores, las normas, los prejuicios, el antagonismo y la lealtad a la colectividad o el patriotismo”

Youichi afirma que “cuando estas condiciones se encuentran y el kuuki es creado, funciona como una fuerza política y social, produciendo que cada vez más el lado minoritario se silencie y cambie o modifique su opinión sobre la política, o que sus miembros renuncien a sus posiciones”.

El estudio del kuuki facilita una comprensión de cómo la interacción entre grupos, entorno y medios puede crear y mantener una posición común, humor social o momentum. La comunicación política construccionista, al pretender que la gente pueda interpretar los actos de acuerdo a los intereses o a las definiciones que de manera previa o posterior se vayan instalando desde el gobierno mediante su comunicación, con el énfasis puesto sobre las ideas o los significados políticos y los procesos por los cuales adquieren el sentido del mundo político, puede operar o ser objeto del fenómeno del kuuki. Ciclos construccionistas pueden generar la instalación de opiniones dominantes, de acuerdo a los intereses o a las definiciones que de manera previa o posterior se vayan instalando desde el gobierno mediante su comunicación, o desde los medios como co-creación, y pueden determinar la adopción de acciones en función del fenómeno del kuuki.

Por Mario Riorda