Karina Milei apareció por primera vez como protagonista en un video oficial. Fue una novedad para los demás funcionarios del Gobierno, porque hasta ahora había sido una “primera dama” silenciosa, discreta.
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Incluso dos días antes de compartir el spot acompañó a su hermano a un acto en el Cardenal Copello, ex colegio de ambos, y se quedó parada al fondo del escenario, vestida en un amarillo a tono con el color de la bandera de la institución. Dos chicos se desmayaron durante el discurso de Javier. El segundo era abanderado y estaba parado a menos de un metro de Karina. Ella sólo hizo un leve movimiento con el brazo izquierdo para ordenar que alguien lo asista. Milei, que en ese momento hablaba contra los comunistas, hizo un chiste: “Los nombro y son infalibles. Mejor no nombro más a los zurditos”. Karina se rió y la ceremonia siguió adelante.
La decisión que la sacó del segundo plano fue la de barrer con el Salón de las Mujeres de la Casa Rosada. Mantuvo el proceso de redecoración en secreto, con las ventanas tapadas por hojas A3. Como cuando Kirchner bajó el cuadro de Videla, Karina decretó la intrascendencia histórica de Juana Azurduy. Fue su forma de plantarse ante la marea verde para avisar: no les tengo miedo. Si un líder se consolida por sus decisiones, también lo hace a partir de gestos de valentía como los que les faltaron a Macri y Alberto. Huevos, para El Jefe, que no sumó a ninguna mujer a su panteón de próceres.
“Ella empezó a moverse como candidata, aunque dice que su papel es el de armadora. Muy pocos le creen”
Karina ya había metido mano en el área audiovisual durante la apertura de las sesiones ordinarias de Milei en el Congreso. Armó una película con Javier y los diputados libertarios, sin opositores, por cadena nacional. Había leído el discurso de su hermano y sabía que habría varios momentos de tensión, así que le pidió al camarógrafo que enfocara de a ratos a una morocha despampanante a la que sentó en el centro de uno de los palcos, para generar un alivio erótico en la audiencia. La chica, Cande Figueroa, es hija de un asesor parlamentario y la ubicaron a metros del asesor Santiago Caputo. Como dos actores de Crepúsculo, Santi y Cande alternaron aplausos y sonrisas, con los ojos apuntando directo a cámara.
La hermana del Presidente es la mayor outsider del experimento libertario. Karina abandonó su negocio de venta de tortas por Instagram, aunque lo disfrutaba, porque quiso meterse de lleno en la gestión. Aprendió rápido de ese mundo con el que no tenía contacto previo. Detectó a los que saben, rodeándose de los que la elogian y son reservados como ella. A Lule Menem lo conoció en la campaña y desde entonces se volvieron inseparables, en el trabajo y en el ocio. Lo sacó del Congreso para llevarlo a la Rosada y con él lo reemplazó a Kikuchi, uno de sus primeros expulsados de las fuerzas del cielo.
“Dos chicos se desmayaron durante el discurso de Javier. El segundo era abanderado y estaba parado a menos de un metro de Karina. Ella sólo hizo un leve movimiento con el brazo izquierdo para ordenar que alguien lo asista”
Algunos de los militantes más jóvenes comparan a Karina con Eva Perón y arman videos compilados en los que la definen como la mujer más importante de la historia. Ella está contenta, cómoda, se da el gusto de echar ministros y orquestar el gobierno. Un sector de los libertarios querrá que compita en las legislativas de 2025 para frenar el avance interno del PRO y plebiscitar la gestión nacional con el apellido Milei en la boleta. Ella empezó a moverse como candidata, aunque dice que su papel es el de armadora. Muy pocos le creen. Con el spot de los próceres sugirió que bajó un cuadro porque quiere formar miles.
Por Lucía Aisicoff-PR