Por orden de Trump, las fuerzas armadas de Benjamín Netanyahu reciben reportes de inteligencia del Pentágono que los ayudan a contener la respuesta de Irán al ataque judío del jueves. Pese a que muchos de los misiles son derribados, también fueron varios los que impactaron. Mientras tanto, las luces de las explosiones iluminan el cielo israelí, en un clima de tensión extrema.
En una de las jornadas más tensas que vivió Medio Oriente en los últimos años, Estados Unidos activó todo su arsenal de inteligencia y tecnología militar para asistir a Israel frente al aluvión de misiles balísticos de contraofensiva por parte de Irán. En plena noche, y con las alarmas encendidas en Tel Aviv y Jerusalén, por la lluvia de misiles enviados por Irán, la Casa Blanca comenzó a compartir en tiempo real datos críticos con las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), en un intento urgente por frenar una ofensiva que amenaza con escalar a niveles sin precedentes en la región.
Este viernes Irán lanzó una nueva ola de ataques con misiles contra Israel en respuesta al ataque masivo contra varios sitios militares y nucleares a lo largo de la república islámica, según informó la televisión estatal. "Una nueva ronda de ataques iraníes con misiles al régimen zionista comienza desde Teherán y Kermanshah, ciudad en el oeste de Irán", revelaron.
El intercambio de datos en directo permite a Israel anticiparse a los misiles en vuelo. La inteligencia estadounidense aporta información precisa sobre velocidad, altitud y trayectoria de cada proyectil, lo que activa el sistema israelí de defensa aérea basado en los cohetes Arrows. Gracias a esta coordinación, sólo un número reducido de los casi 200 misiles lanzados hasta el momento logró impactar en territorio israelí. Aun así, se espera que el ataque se intensifique en las próximas horas.

El contexto militar se desarrolla en medio de ciertas tensiones políticas previas. Aunque Donald Trump y Benjamín Netanyahu no coinciden del todo en las estrategias para enfrentar el plan nuclear iraní, el ex presidente republicano reafirma su respaldo a Israel como principal aliado de Estados Unidos en Medio Oriente. Esa alianza se traduce hoy en una asistencia táctica tangible, que también busca blindar la seguridad regional frente al avance iraní.
Mientras el ataque se despliega, Israel ya activó su propio plan ofensivo. Se trata de la operación “León Naciente”, preparada durante diez meses por la inteligencia israelí, con un rol decisivo del Mossad (servicio de inteligencia exterior) en territorio enemigo. El objetivo es desmantelar el entramado militar-industrial de Irán: fábricas de misiles y drones, instalaciones de enriquecimiento de uranio y la cadena de científicos responsables del programa nuclear. La orden fue clara: neutralizar las capacidades ofensivas del régimen de Teherán desde sus mismas bases operativas.
Las sirenas volvieron a sonar en el norte de Israel
La amenaza finalmente se concretó: Irán lanzó misiles hacia territorio israelí y varias regiones del país quedaron bajo alerta máxima. El Comando del Frente Interno pidió a la población que permanezca en resguardo y siga al pie de la letra las instrucciones oficiales. “Se solicita al público que obedezca las instrucciones del Comando del Frente Interno”, advirtieron las autoridades.
En paralelo, la Fuerza Aérea israelí desplegó un operativo de interceptación en tiempo real. “Estamos actuando para interceptar y atacar donde sea necesario con el fin de eliminar la amenaza”, aseguraron voceros militares en un comunicado difundido a través de X. Las imágenes de los sistemas antimisiles activándose sobre el cielo nocturno ya circulan por redes sociales y medios internacionales.
Si bien el país cuenta con uno de los escudos defensivos más sofisticados del mundo, las autoridades fueron tajantes: “La defensa no es hermética”. La advertencia apunta a reforzar el sentido de urgencia y desalentar cualquier conducta imprudente por parte de la población civil.
Operación “León Naciente”: Israel coordina ataques en Irán y suma apoyo europeo para contener la amenaza
A esta altura, el primer ministro Benjamín Netanyahu aprobó una hoja de ruta que combina sabotajes, bombardeos selectivos y asesinatos dirigidos contra al menos 25 científicos clave en el desarrollo nuclear iraní. También se contemplan acciones contra las plantas de ensamblaje de misiles, la estructura de mando de las Fuerzas Armadas de Irán y el sistema de defensa aérea del país. Cada paso responde a una lógica coordinada entre inteligencia, tecnología y ejecución militar sobre objetivos precisos.
Pero la operación “León Naciente” no solo contempla una fase ofensiva. También hay una estrategia defensiva que opera fuera de las fronteras de Israel. En lugar de esperar el impacto, los drones y misiles iraníes están siendo interceptados sobre Siria o Irak, con el objetivo de evitar que alcancen territorio israelí. Para ello, fue necesario un extenso trabajo de inteligencia para trazar rutas, calcular tiempos de vuelo y evaluar la capacidad destructiva de cada artefacto enemigo.
En este tablero regional de máxima tensión, Netanyahu busca ampliar su red de cooperación. Ya iniciaron conversaciones con Francia, Alemania y el Reino Unido para incorporar sus sistemas de inteligencia a la defensa de Israel. Emmanuel Macron, Friedrich Merz y Keir Starmer manifestaron su voluntad de colaborar frente a la amenaza creciente de Irán. Con la presión en aumento y un escenario aún abierto, Israel apuesta a consolidar un frente común de inteligencia occidental para frenar la escalada.