Un proyecto de normativa publicado por la Administración Biden contempla penalizar a los negocios que no sean transparentes desde un inicio con el costo total de los servicios que ofrecen a los usuarios.
Cada año, los consumidores estadounidenses pierden alrededor de 50 millones de horas buscando por internet el precio total de los boletos de avión y el alojamiento, según lo estima la Comisión Federal del Comercio (‘FTC’ por sus siglas en inglés).
La misma entidad cree que la diferencia entre el precio inicial ofertado de un producto y el que terminan pagando los compradores podría ser de hasta un 20%. Y que ahorrar el tiempo de esas dos categorías equivaldría a alrededor de mil millones de dólares al año.
Con estas estadísticas, el Gobierno de Joe Biden busca impulsar una cruzada normativa contra lo que ha llamado “junk fees” o “tarifas basura”.
El borrador de la norma, que entrará en un periodo de comentario público, pretende prohibir la práctica de enmascarar el costo total de entradas a conciertos, habitaciones de hotel, facturas de servicios públicos y comisiones bancarias, entre otros.
“La regla propuesta prohibiría a las corporaciones aumentar las facturas con tarifas ocultas y falsas, exigiendo precios honestos y estimulándolas a competir con honestidad en lugar de engaño”, dijo la presidenta de la ‘FTC’, Lina Khan, en una conferencia con periodistas.
“Las tarifas basura engañan a las familias estadounidenses con decenas de miles de millones de dólares y perjudican a las empresas honestas” agregó Khan en su cuenta de X (antes Twitter).
Las compañías que no acaten la normativa, subrayó el escrito que anunció las medidas, podrán enfrentar multas económicas o verse obligados a reembolsar a los consumidores “engañados”.
La propuesta de la ‘FTC’ va acompañada del anuncio de la Oficina de Protección Financiera del Consumidor de que impedirá que los grandes bancos cobren tarifas basura para proporcionar servicios básicos al cliente.
Algunos grupos empresariales se muestran escépticos respecto de que la norma. La Cámara de Comercio de Estados Unidos cree que conduciría a menos opciones para los consumidores y haría que la economía fuera menos competitiva.
Por Daniela Blandón Ramírez-France24 con AP y EFE