Enrique Fabiani fue visto por última vez cuando estaba cazando con amigos. Se desvió del camino y desde entonces no se sabe nada de él. La familia sospecha del dueño de un campo cercano, que es la última persona que lo vio con vida.
A Enrique Fabiani lo vieron por última vez el 4 de junio en un campo de la localidad entrerriana de Alcaraz. El jubilado de 74 años había salido a cazar con dos amigos y desapareció. Desde entonces las dudas crecen día a día y en las últimas horas se ordenaron una serie de rastrillajes y excavaciones dentro del predio que pertenece a un estanciero, que sería la última persona que lo vio.
Los hijos del jubilado santafesino tienen pocas certezas. A 50 días de la desaparición todavía no tienen un solo dato que los lleve hasta a su papá. Solo saben que ese día Fabiani se desorientó y no volvió al punto de encuentro acordado con sus compañeros. Sin embargo, poco después encontró una salida. Esto se logró establecer gracias al testimonio de Julio Lodi, testigo clave en el caso.
Pese a ello, en el medio de la investigación la declaración de Lodi presentó incongruencias y la familia de Fabiani sospecha que está involucrado en la desaparición.
Es por eso que este martes comenzaron a realizarse una serie de rastrillajes dentro de la Estancia La Criolla que pertenece a Lodi, según informó a TN Rubén Pagliotto, el abogado de la familia del jubilado. En el procedimiento ordenado por el fiscal de la causa, Mauro Quirolo, participan cerca de 200 efectivos con la ayuda de distintas maquinarias especializadas para remover la tierra, perros y personal de la científica.
A la par, este miércoles se llevan adelante distintas audiencias en las que ya se encuentran declarando los testigos. Este proceso se suma a las declaraciones que realizaron el lunes el jefe a cargo de la Departamental de Villaguay, comisario Mayor Cristian Medrano; el subjefe, Claudio Cristian Pereyra; el comisario William Mac Dougall, y el comisario Rodrigo Kreiter, que tuvieron intervención activa en distintos procedimientos llevados a cabo desde el día 5 de junio en adelante.
Además, no se descartan otras importantes medidas en las próximas horas. Se calcula que esta operación de búsqueda seguirá al menos hasta el jueves.
La pista del vidente y las dudas sobre su testimonio
Pagliotto detalló a este medio que hace algunos días apareció un cartucho de la escopeta que pertenece al jubilado buscado, que particularmente fue hallado por un vidente, llamado Hugo Almará. Pero a pesar de su sorpresiva intervención en el caso, aún no se logró establecer quién solicitó su presencia. “Según su relato lo convoca la Policía, según la Policía dice que el vidente se ofreció”, explicó el abogado de la familia de Fabiani.
“El vidente fue con la Policía en dos oportunidades hacia el lugar que su videncia le señalaba como posible zona donde se encontraría a don Enrique Fabiani, no se sabe si vivo o muerto”, añadió Pagliotto. “Nos dijo a mí, al fiscal y a dos reconocidos oficiales de la policía que fue indicando el camino, pero en lugar de encontrar al hombre se encontró un cartucho en un rastrojo”, sumó.
Tras ello, el abogado detalló cómo fue ese momento. “Almará se les adelantó como 50 metros y dijo: ‘Oficial, mire lo que encontré’. En ese accionar está la enorme duda”, indicó.
Fue entonces cuando el fiscal se acercó a la zona y el vidente tuvo declaraciones que, para la familia del jubilado, son incongruentes. “No es creíble, tenemos la duda de si se plantó ese cartucho”, explicó el abogado. “Lo que creen en la Policía es que o está ‘blanqueando’ a algunos policías o que está ‘blanqueando’ al mismo dueño del campo. El problema es que nos damos cuenta que esto fue hecho para desviar”, sostuvo. Ante esto, Pagliotto le solicitó al fiscal de la causa la detención de este hombre. “Algo nos hizo mucho ruido”, aseguró.
Ayer, la familia Fabiani le envió una dura carta al procurador general Jorge Amilcar García ante la falta de novedades en la causa: “Cursamos este escrito abrigando genuina y sanamente la republicana ilusión de que todo lo que en estos ajetreados días hemos pensado y hasta dicho de usted, ha sido producto de nuestro hastío y desesperación de estar sufriendo una de las desgracias más destructivas y distópicas de un ser humano, como lo es una desaparición forzada de persona, en este caso puntual, de nuestro amado y respetado padre. Es más, rogamos a Dios, como creyentes, que no sea usted la persona insensible, irresponsable e irrespetuosa capaz de guardar tan ominoso silencio y exhibir tanto desinterés ante una caótica y dolorosa situación por la que hace ya cuarenta y nueve días estamos atravesando”.
El estanciero, un testigo clave con un testimonio incongruente
Según señaló Pagliotto, el estanciero Lodi es una pieza clave en la investigación, ya que se cree que fue el último que vio al jubilado. “Él dijo que vio a Fabiani a las 12 de la noche, que salió solo con una linterna y mantuvo un diálogo cordial”, relató el abogado a este medio.
Lodi remarcó haber salido desarmado de su casa luego de divisar al extraño, según contó el letrado. “Armas no tengo”, había insistido en su declaración, pero en el primer allanamiento a su casa, encontraron tres: una escopeta calibre 16, un revólver calibre 22 y un rifle calibre 22. “Ninguna de las armas estaba registrada, no tenía permiso legítimo”, reveló Pagliotto.
Además, esa interacción que describió el estanciero no tuvo un buen desenlace. El hombre, al prestar declaración ante los fiscales y abogados, contó que Fabiani le dijo que estaba “cazando”, a lo que Lodi habría respondido: “¿Y usted no sabe que este es un campo privado? Hágame el favor y márchese de acá porque lo voy a cagar a tiros”. Ante esa expresión, Fabiani solo dijo “discúlpeme, señor”, antes de retirarse.
“Lodi dijo ‘estoy arrepentido de haberle hablado así porque me di cuenta de que era una buena persona’”, aseguró el abogado.
Después de que Fabiani se fuera sin causar problemas, Lodi, -siempre según su declaración- llamó a la comisaría de Alcaraz y posteriormente a la brigada de Abigeato de la municipalidad de Bovril.
“El teléfono fijo de la comisaría ya no funciona y nos extraña que Lodi haya llamado al fijo, si tenía el teléfono móvil de la comisaría, dice que no lo atienden y, entonces, llamó a la brigada de Abigeato de Bovril. Uno de los oficiales lo puso en altavoz y todos los que estaban lo escucharon como sacado, desesperado”, contó Pagliotto. El personal de Abigeato se presentó en el campo a la 01:00, pero aseguran que no vieron a nadie.
La fiscalía intervino al día siguiente de la desaparición. Hasta ahora, el último rastro de Enrique Fabiani captado por los perros adiestrados se ubicó “en la zona que tiene que ver con el campo de Lodi”, remarcó Pagliotto.
Conforme avanzó la investigación, también se descubrió que dos empleados de Julio Lodi que habían terminado de trabajar vieron “a un hombre con un arma” dentro del campo a las 19:30 del 4 de junio. “Le preguntaron si necesitaba algo y dijo que iba al campamento. Le ofrecieron ayudarlo, prestarle el teléfono, pero dijo que no”, señaló el abogado. Entre ese punto y el lugar donde Fabiani fue visto por Lodi a la medianoche, hay 1300 metros, una distancia que se recorre en “menos de cuatro horas”. “Él apareció en el campo a las 19:30, pero quizá Lodi lo vio antes de la medianoche y lo mató. Quizá haya cierta connivencia entre Abigeato y Lodi”, agregó el letrado.
En una inspección al campo del testigo a la que asistieron Rubén Pagliotto y Eduardo Vugner, ambos representantes de la familia del jubilado, encontraron seis casquillos de escopeta “en el mismo lugar donde Lodi dice que vio a Fabiani”, que fueron secuestrados por el personal de criminalística.
Por Belén Vallejo-TN