El analista político sostuvo que la llegada de Milei al poder, por primera vez, empieza a tomar un “cariz negativo en relación al dólar y la inflación” por parte de los mercados y la población. “Las expectativas que venían siendo positivas sobre el futuro empiezan a ser negativas en las últimas semanas”, expresó.
El director de la consultora Opina Argentina, Facundo Nejamkis, señaló que el Gobierno comienza a enfrentar la desconfianza de los mercados y de la población en relación con las expectativas que había en la gestión de Javier Milei. A su vez, sostuvo que el Gobierno tiene tres desafíos a futuro: mantener la confianza de los mercados, materializar las expectativas positivas en el poder adquisitivo de la población y evitar el armado de una coalición de todos aquellos sectores con los que el Gobierno decidió pelearse. “El Gobierno tiene indicios para preocuparse”, declaró en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).
Facundo Nejamkis es analista político y director de la consultora Opina Argentina.
En la última encuesta de Opina Argentina, se expone que la mayor preocupación que tienen los argentinos esta semana por arriba de la inflación es el aumento del desempleo. Hace unos días hablé con un colega tuyo que me decía que él creía que las encuestas ya no servían como antes para ser predictores, y ponía el ejemplo de que si uno les pregunta a las personas si estarían dispuestas a dar la vida por la patria, en líneas generales la mayoría diría que sí, pero en la realidad muy pocos están realmente dispuestos, y que hay un problema entre el significado y el significante. Uno ve una contradicción en el hecho de que la mayoría de la gente está preocupada por el desempleo y por no llegar a fin de mes, pero luego se da la aprobación del presidente por encima del 50%. ¿Puede ser que en realidad el instrumento de encuestas debe ser leído sociológicamente e interpretado hermenéuticamente y no matemáticamente?
Eso siempre fue así, no es de ahora. Mirar una encuesta es como ver una foto, por ejemplo, vos ves la foto de unas vacaciones y ves a toda la familia sonriendo, y cuando te acordás de tus vacaciones es cierto que hubo momento de sonrisas, pero los que nos vamos de vacaciones en familia sabemos que hay muchas situaciones de tensión y de peleas. Entonces, la foto en general se queda corta con el análisis. La foto en general no da cuenta de lo que sucede para adelante. Eso, de alguna manera, es lo que vemos reflejado en lo que vos decís.
Ahora, ¿qué quiere decir que una parte de la sociedad respalda al Presidente? Que una parte de la sociedad que votó cambió sus expectativas y de alguna manera respalda el rumbo que tomó el Gobierno en relación con lo que venía sucediendo en la Argentina, estamos hablando de la mitad de la población. Eso no quiere decir que la gente la está pasando bien, que está satisfecha o que ese apoyo vaya a durar para siempre.
Justamente, lo que empieza a aparecer son rasgos de una crisis de confianza, que en mi opinión es la primera que enfrenta este Gobierno, en relación con esas expectativas. Es una crisis de confianza en dos niveles, en los actores económicos: el valor del dólar que no se mantiene estable, los bonos caen y el riesgo país que crece, y en la confianza en la población, incluso aun de aquellos que dicen que votarían nuevamente a Milei.
Hay dos indicadores que son importantes, por primera vez subió la cantidad de gente que dice que el dólar va a crecer en los próximos meses, es decir, la llegada de Milei al poder, por primera vez, empieza a tomar un cariz negativo relacionado al dólar, y lo mismo sucede en relación con la inflación, por primera vez en este gobierno hay un crecimiento en la cantidad de gente que dice que los precios van a subir con relación al futuro.
Más allá de la imagen positiva del Presidente, las expectativas que venían siendo positivas en relación al futuro empiezan a ser negativas en las últimas semanas. Lo que te dijo aquel economista es lo correcto, si ves el número es una fiesta, pero cuando ves la película el Gobierno tiene indicios para preocuparse.
¿Cómo imaginas esto hacia adelante? Con tu propia experiencia, ¿imaginas que estos indicios de crisis de confianza son el comienzo del fin de una especie de luna de miel que va a continuar o que tiene posibilidad de recuperarse?
El Gobierno, en los primeros tres meses, resolvió tres o cuatros temas de agenda que eran importantes para los desafíos que tenía. Uno fue la confianza de los mercados, que para un gobierno liberal suele ser más sencillo que para uno popular; otro fue la situación en la calle, que el Gobierno ha dado muestras de poder resolver bastante bien la conflictividad; otro fue el hecho de lograr leyes, aunque haya sido con demora y otro fue el hecho de haber mantenido índices altos de aprobación de opinión pública, todo eso marca los primeros seis meses de la luna de miel.
Si miramos para adelante, diría que el Gobierno tiene tres desafíos: mantener la confianza de los mercados, lograr materializar alguna de las expectativas positivas de la población en una mejora en el nivel adquisitivo de los ingresos de los argentinos y lograr que no se le arme, del otro lado, una coalición de minorías de todos aquellos sectores que el Gobierno va excluyendo, expulsando o con los que se va peleando.
Yo veo que, en Argentina, que un gobierno no logre tener controlado y estabilizado el valor del dólar genera e irradia una inestabilidad al resto de los sectores, con este factor es difícil que los mercados te tengan confianza, que puedas generar una situación de bienestar económico material en la población y que quienes están en frente tuyo no empiecen a sentir que tienen alguna posibilidad o chance de poder ganarte una elección.
Yo miraría, más que a la inflación, qué sucede con el valor del dólar, que es el índice que miramos todos los argentinos para tratar de ver si a un gobierno le va a ir bien o mal. Es decir, el éxito del menemismo fue la convertibilidad, el mejor momento del kirchnerismo fue cuando todos nos olvidamos del valor del dólar, mientras que su crisis fue por el cepo. Hay que mirar eso con mucha atención.
Claudio Mardones: Pudimos confirmar que en la lectura del presidente Javier Milei, la inflación no formaba parte de la principal preocupación, sino que la atención estaba puesta en el desempleo y la pobreza. Con este nuevo comportamiento del dólar y con las variables que parecen dispararse nuevamente, ¿se resquebraja esa certeza que recibía el Presidente respecto a cuáles son las principales preocupaciones de la opinión pública?
Hubo un proceso que venía en proceso de estabilización, porque recordemos que no es que estábamos en un 1% de inflación, estábamos recién llegando a niveles de 4%, todavía no estábamos en los niveles de Guzmán, tampoco que la Argentina había alcanzado el éxito.
Venimos hace seis meses en una agenda de dependencia que ahora parece amenazada, si nuevamente se produce un desequilibrio en esa área, probablemente la inflación empiece a competir con el desempleo, porque el problema no es que la cuestión del desempleo vaya a desaparecer, porque no es un proceso inflacionario cómodo.
Probablemente, lo que vemos es que, si la economía se acelera en sus precios, eso no impacte directamente en los niveles de actividad, por lo tanto, lo más probable es que se compartan preocupaciones, la preocupación de la inflación acompañada de la preocupación del desempleo.
Así como le reconocemos el mérito al Presidente de haber sacado la preocupación de la inflación de la agenda, la preocupación sobre el desempleo era una preocupación que hace muchos años no estaba ubicada como prioridad en la agenda de la Argentina, vamos a ver cómo eso se retroalimenta y se configura para los meses que vienen.
Si el Gobierno logra, de alguna manera, estabilizar la situación actual y calmar la desconfianza que tienen los mercados, probablemente veamos que la preocupación sobre el empleo sigue sostenida, si en cambio no lo logra, probablemente la inflación vuelva a ser un tema de preocupación para todos los argentinos.
Elizabeth Peger: ¿Qué efecto puede tener la opinión pública en el marco de una crisis de confianza en relación a los modos de Milei y los embates contra otros mandatarios regionales y contra los periodistas? ¿Esto puede impactar de alguna manera en la opinión pública?
La sensación que tengo es que el Presidente llega con una genética, es un presidente que expresa, de alguna manera, el enojo y la bronca de un sector de la población y con eso tratos es quien ha expresado de mejor manera el enojo de aquella parte de la sociedad que está enojada con la política.
Ahora, como le pasa a toda figura de estas características, todo eso te acompaña mientras se mantenga la confianza y la gente crea que sos el indicado para resolver los problemas. Los presidentes tienen una especie de hechizo que los acompaña mientras la parte de la sociedad que confía en ellos lo siga haciendo, en el momento en el que ese hechizo se rompe, muchos de los atributos que son vistos como positivos pasan a ser vistos como negativos
Me acuerdo, aunque yo era chico, cuando veía a amigos, familiares y profesionales, admirando a Menem, pero después denominándolo “frívolo”, criticando sus actitudes. Entonces, eso puede tardar 10 años, como le pasó a Menem, o puede acelerarse en el caso de que la crisis se acelere.
Si Milei no tiene éxito, probablemente muchos de los que hoy son vistos como atributos por una parte de sus seguidores, o que son soportados por aquellos que lo acompañan, por ejemplo, nosotros tenemos estudiado que hay parte de los votantes de Milei a los que no le gustan estos atributos, lo más probable es que veamos que si ese hechizo se rompe, este estilo tan agresivo y confrontativo, se termine volviendo un atributo negativo.
Fuente: Perfil