Angie Maidana (24), hija de la mujer asesinada en un motel de Posadas, describió la violencia sistemática que sufrió su madre desde los 16 años. Pide justicia y asegura que odia a su padre
“El asesinato fue planeado porque él no aguanto que ella la había dejado. Ella era obligada a venir porque él le amenazaba que iba a matar a su nieta si no venía”. Las palabras son de Angie Maidana (24), madre de una beba de un año y medio, quien hoy atraviesa el peor de los duelos: su madre fue asesinada por su padre.
Como viene informando este medio el femicidio de Natalia Castro (41) ocurrió el último miércoles en un motel de Posadas. El presunto asesino, Mario Maidana (42), se encuentra internado en grave estado en el Hospital Favaloro luego de intentar suicidarse y se espera que se recupere para ser imputado por el hecho.
La pareja atravesaba una separación muy violenta y la Justicia había determinado una restricción de acercamiento debido a diferentes hechos. La misma regía hasta marzo. En este sentido, Angie dio detalles del calvario que vivió su madre, a quien definió como la mujer “más buena”.
“Desde los 16 años se acompañó. Era maltratada y golpeada hasta que yo y mi hermano (hoy el joven tiene 19) fuimos creciendo y ya no hubo más golpes de parte de mi papá hacia ella. Era ama de casa, una buena madre que aguantó humillaciones. No la dejaban salir ni a comprar”, empezó diciendo.
Ese miedo de salir también lo sufrió la entrevistada, quien contó en carne propia uno de los tantos episodios a manos del presunto femicida: “Una vez fuimos a visitar a mis abuelos e íbamos a volver antes que mi papá vuelva de su trabajo. Y justo no trabajó. Nos estaba esperando, agarró y le dio una cachetada a mi mamá y a mi hermano le pegó una piña en la cabeza. A mí me hizo arrodillarme en el piso, me escupió y me cacheteó”.
Amplió que casi siempre tenían que salir a escondidas y “volver corriendo antes que venga él porque no le dejaba usar pollera y le rompía su ropa”.
La violencia era también psicológica: “La hacía sentir mal, le decía para qué querés que te compre crema para la cara si ya estás vieja, arruinada y fea”.
“Mi mamá aguantó los maltratos de los 16 a los 40 años y decidió separarse. Estaba feliz porque por fin pudo salir a sentarse afuera, a tomar un tere, salir a pasear y trabajar, cosa que nunca pudo”.
En los últimos días Angie contó que su padre le dijo a Natalia que había ganado la quiniela y que le iba a dar una parte de ese dinero, sabiendo que la mujer lo necesitaba. Estuvieron en la casa hasta que él la convenció para irse al sitio donde ocurrió la tragedia.
Insistió en que el crimen fue planeado y que su madre fue obligada a ir, además de trazar la hipótesis de las amenazas hacia su hija y su persona. “El asesinato fue planeado porque él no aguantó que ella lo había dejado. Ella era obligada a venir porque él le amenazaba que iba a matar a su nieta si no venía. Todos los días le sacaba fotos de su nieta y le pasaba a mi mamá”.
“Ella fue obligada a ir al motel, por miedo a que mi papá nos mate a mí y a mi hija”, sentenció.
Al ser consultada por su padre, Angie fue contundente y expresó: “Siempre le odiamos y sentimos lástima por él. Le tuvimos mucho miedo siempre, ahora le tengo mucho odio”.
Como viene informando este medio, el hecho fue descubierto cuando faltaban 30 minutos para que llegue la medianoche del jueves en el establecimiento ubicado en la intersección de las avenidas López y Planes y Monseñor de Andrea. Efectivos de la Unidad Regional II se dirigieron al motel Deseos luego de una llamada al 911.
Según los datos que pudo constatar este matutino, un empleado del lugar, conocido como Diego B., manifestó a efectivos de la Policía de Misiones que una pareja, que era cliente habitual, había ingresado a pie al hotel transitorio aproximadamente a las 15 del miércoles, pagando en una primera instancia dos horas de alojamiento en la habitación número 4.
Luego, ya pasada la hora pagada, el sujeto volvió a llamar al empleado del albergue y abonó hasta las 23. En este marco, antes de haber culminado el período pagado, el trabajador del sitio se volvió a comunicar con la pareja para saber si iban a abandonar el cuarto o extender nuevamente su permanencia.
Para eso se dirigió a la habitación y en ese momento observó sangre en la mano del agresor, sin escuchar ni ver a la mujer que había ingresado con él. Ante esta alerta, el trabajador solicitó presencia policial. Al llegar al complejo, los uniformados golpearon la puerta de la habitación donde se encontraba la pareja, sin obtener respuestas.
Ante esto, observaron a través de la ventana manchas rojizas esparcidas en el piso de la habitación. Ante este terrible panorama se puso en conocimiento a un oficial superior y a las autoridades de Verón, quien se trasladó al sitio y siguió de cerca las actuaciones de rigor.
Una vez que el oficial llegó al lugar, se realizaron trabajos por parte de la Policía Científica.
Ya dentro del lugar, encontraron a ambas personas inconscientes en el baño. En ese momento, los oficiales presentes se dieron cuenta de que la mujer ya se hallaba sin signos vitales presentando heridas en la zona del cuello.
En tanto, el agresor estaba inconsciente pero con vida, por lo que fue trasladado de urgencia al Hospital Madariaga de la capital provincial.
Según pericias practicadas en la escena, la muerte de la mujer habría sido provocada con una botella de cerveza que le produjo varios cortes, los cuales no fueron profundos, por lo que el femicida la estranguló.
Fuente: El Territorio