El ex agente de Inteligencia, archienemigo de Stiuso, salió del anonimato y abrió una cuenta en X. Amenazas, hackeos y salud.
Durante una década, el universo de los servicios de Inteligencia en Argentina se dividió entre dos mundos. Los que estaban alineados con Antonio “Jaime” Stiuso versus los que se enrolaban en el bando de Fernando Pocino. El primero llegó a controlar casi por completo la SIDE, durante las presidencias de Néstor y Cristina Kirchner, mientras que el segundo se había convertido en su adversario interno y comenzó a ganar terreno en los últimos años de kirchnerismo.
Stiuso supo administrar un perfil más alto durante casi toda su carrera y hasta llegó a dar entrevistas, entre otros medios, con esta revista, e incluso participó de un documental sobre la muerte del fiscal Alberto Nisman. Pocino, en cambio, nunca habló. Hasta ahora.
El 17 de octubre, a las 18.46, desde la cuenta @fernando_pocino de la red social X (ex Twitter) se publicó un hilo de mensajes que comenzó con la siguiente frase: “El día de ayer revisando mis consumos de tarjeta de crédito noto que existe una abultada suma en concepto de deuda con la empresa @MovistarArg. Llamo al banco y hago notar dicho consumo desconociéndolo”. Conocedor de todas las formas posibles de hackeo telefónico, escribió en otro mensaje: “Me preocupa estar ante una nueva o vieja forma de intromisión en las comunicaciones”.
Es decir que el ex agente, que estuvo a cargo del área de Reunión Interior, una división híper sensible en materia de Inteligencia, decidía dejar el anonimato y debutar con una denuncia, que ya fue recogida por la diputada nacional Marcela Pagano, quien además es amiga del abogado Franco Bindi, viejo conocido de Pocino. Los amigos de Bindi sostienen que él le avisó a la diputada de esta situación para que ella recogiera el guante.
El salto a las redes sociales de Pocino está acompañado de una serie de acontecimientos que rodean este nuevo perfil público. El primero es este intento de hackeo de su línea telefónica. El otro episodio había sucedido dos meses antes, el 9 de agosto en Pinamar, ciudad donde se radicó desde que se jubiló de la SIDE. Ese día denunció que habían abierto su camioneta Renault Duster y revuelto todo su interior. Unos días antes habían prendido fuego unas pinochas que tenía apiladas en el jardín del frente de su casa y hasta habían movido un sillón en el que se suele sentar en la parte trasera de su casa. Todos esos movimientos inquietaron al ex agente.
Política
Pocino es un agente al que siempre se vinculó con las capas radicales que ingresaron a la SIDE, durante el gobierno de Raúl Alfonsín en la década de 1980. Trabajó como delegado en el Congreso de la Nación, donde conoció a Cristina Kirchner, y con el paso del tiempo trabó buena relación con sectores del kirchnerismo, que lo llevaron a conseguir un cargo jerárquico dentro de la SIDE de aquel gobierno.
Desde su cuenta de X, ahora ha lanzado críticas al kirchnerismo y hasta a su ex jefe Oscar Parrilli. En uno de sus tuits dijo: “Me preguntaron por @OscarParrilli. Ya lo dijo @CFKArgentina”, en referencia al célebre “pelotudo” con que lo nombraba ella en una escucha telefónica.
En algunos mensajes desliza información sobre su vida, por ejemplo, que su hermano fue productor de Alfredo Casero, que fue al colegio con el asesor jurídico de Mauricio Macri, Fabián “Pepín” Rodríguez Simón, o que conoció al presidente Milei en el 2016.
Suele interactuar con una cuenta trucha del ex agente “Jaime” Stiuso, llamada @Jstiuso5, y hasta juega a ser influencer pidiendo ayuda a sus 49 seguidores porque el fin de semana se estaba muriendo una foca a la orilla de la playa en Pinamar. No pudo salvarla.
Pasado. Entre el 2013 y el 2015, Pocino tuvo años intensos. En esa época se recalentó la tensión entre Cristina Kirchner y sus servicio secretos. Fueron los años en los que el kirchnerismo fortaleció el sistema de Inteligencia del Ejército, por entonces comandado por César Milani, con quien Pocino tenía buena relación y diálogo casi a diario. Sobrevivió a la purga que se hizo en la SIDE durante la gestión de Oscar Parrilli y hasta estuvo en el principio de la gestión Gustavo Arribas y Silvia Majdalani con el gobierno de Macri, hasta que se fue.
En sus últimos años en la SIDE, los problemas de salud comenzaron a ser una constante que lo acompaña hasta hoy y hasta le provocan inconvenientes para moverse. Cuando la diputada Pagano le dijo que lo citarían de la Comisión de Telecomunicaciones para contar su denuncia por el intento de hackeo, dijo que no tenía inconvenientes en ir, aunque aclaró: “Si mi salud me lo permite”. Tal vez el combo amenazas, hackeos y salud lo hayan empujado a levantar el perfil.
Rodis Recalt-Revista Noticias