El Papa consideró que “el lawfare empieza por los medios de comunicación” que arman un “sumario grandísimo” que alcanza para condenar a una persona y llamó a la clase política a “desenmascarar una justicia que no es justa”.
El papa Francisco advirtió que la paz es una “utopía por la que tenemos que luchar” y sostuvo que el “peor drama” de cada conflicto bélico es el “negocio de las armas”.
“La guerra es un drama, la guerra destruye”, sostuvo el Papa en una entrevista con el canal C5N grabada en el Vaticano días antes de su internación y emitida este jueves.
Para el Sumo Pontífice, “la paz es una utopía por la cual tenemos que luchar” debido a que la guerra es un “drama” que “nos ceba y nos destruye”.
El Papa sostuvo que “cuando un imperio se siente débil, necesita hacer una guerra, y cuando se siente débil entra al comercio de la venta de armas y a probar armas nuevas”.
En ese aspecto, recordó que cuando los ucranianos “denunciaron que había drones que venían de Irán”, probablemente desde ese país “estaban probando armas nuevas”.
“La guerra mata y destruye”, insistió el Papa y subrayó: “La guerra triunfa y el hombre quiere hacer la guerra”.
El Sumo Pontífice hizo especial énfasis en los “partes de guerra” que observa diariamente del conflicto bélico en Ucrania pero también mostró su preocupación por la situación de Yemen y Myanmar, entre otros puntos del planeta.
Por eso remarcó que “el peor drama es el negocio de las armas”.
Al hacer foco en las víctimas, señaló que “cuando se cumplieron los 60 años del desembarco de Normandía, que fue el principio de liberación europea contra el nazismo, en la playa quedaron 30 mil chicos”.
Sobre los discurso de odio
La cabeza del Vaticano responsabilizó a los “malos políticos” por la conducta social que deriva en el “odio a la política”, y criticó a los dirigentes que acumulan “cuatro divorcios” partidarios y “van cambiando como les conviene”.
Sostuvo que “la política es el arte de presentar un proyecto y convencer al otro”, por lo que efectuó un reconocimiento a figuras de la historia argentina como los referentes radicales Hipólito Yrigoyen y Ricardo Balbín, a los que definió como “políticos de raza”.
Además, el Papa lamentó que “vamos perdiendo esa raza política, porque es un servicio la política, no una fracción electoralista”.
Por eso cuestionó a los dirigentes que suman “cuatro divorcios políticos” y “van cambiando como les conviene”, al asegurar que hay “identidades que o las tenés o no las tenés”.
“La pertenencia política no es un vestido que te cambiás, la llevás adentro, es una pasión la política”, expresó Jorge Bergoglio.
Consultado por los discursos de odio, el Sumo Pontífice atribuyó el rechazo a la política a la “destilación de lo que producen algunos malos políticos en nosotros; entonces confundimos el odio a los malos políticos con el odio a la política”, analizó.
Bergoglio afirmó que “la acción política es noble, es una vocación de nobleza y construcción para la patria”.
En esa línea, alertó que si uno “corrompe” esos valores “provoca una reacción”.
Advirtió sobre “los salvadores sin historia” en la política
Francisco afirmó que “el internismo es dañoso y destruye la afiliación política”, advirtió sobre el surgimiento de “un salvador sin historia” y llamó al pueblo argentino a preguntarse si es “huérfano” de patria.
“Nos encantan las internas a nosotros, armar una interna sobre cualquier cosa. El internismo nuestro es dañoso, a tal punto que a veces es más fuerte que las pertenencias clave”, señaló.
Y subrayó: “El internismo destruye la afiliación política. Toda esa interna va resquebrajando la afiliación política y se forman diversos sectores que no tienen convocatoria”.
En ese sentido, mencionó el libro Síndrome 1933, de Siegmund Ginzberg, “que narra el internismo tremendo que había en Alemania después del gobierno de Weimar y no encontraban quién llevara adelante las cosas”.
En ese contexto se presentó “un político nuevo que se llamaba Adolfo (Hitler), uno que nadie conocía, no conocían sus raíces ni su convicción y así terminamos”, indicó en referencia al contexto político en Alemania antes del Holocausto.
“Le tengo miedo a los salvadores sin historia. Cuando viene un salvador sin historia, sospechá”, advirtió el pontífice.
Además, afirmó que el internismo “es el triunfo del egoísmo sobre el comunitarismo”.
Y se preguntó: “¿Tenemos conciencia de la Nación Argentina, sus limites, tenemos conciencia de patria?”.
“¿Estamos seguros los argentinos de que no somos huérfanos de patria? ¿Nos hemos encontrado con la madre patria que es superior a los conflictos y los partidos? ¿luchamos por la patria o no creemos en ella?”, continuó.
En ese sentido, aseguró que “le preguntaría a cualquier argentino si está enamorado de su patria o no cree en ella”.
“Hay un reduccionismo del patriotismo a ideologías, eso es malo, el patriotismo es la expresión del pueblo”, completó.
Los peligros del lawfare
Bergoglio que “el lawfare empieza por los medios de comunicación” que arman un “sumario grandísimo” que alcanza para condenar a una persona y llamó a la clase política a “desenmascarar una justicia que no es justa”.
“El lawfare empieza a través de los medios de comunicación, que descalifican y meten sospecha de un delito. Se hacen esos sumarios grandísimos y para condenar basta el volumen, aunque no se encuentra el delito”, indicó.
Y señaló que “así condenaron a Lula” da Silva, actual presidente de Brasil, y recordó que con la exmandataria Dilma Rousseff “no pudieron”.
“Con el olor del delito, a veces el humo te lleva al fuego del delito. Otras veces es un humo que se pierde porque no tiene fundamentos. El lawfare usan el humo del delito como realidad y empiezan con los medios de comunicación a dejar a la persona off side”, marcó el sumo pontífice.
Y expresó que “un juez siempre crea jurisdicción pero tiene que ser armónica con el derecho”, aunque advirtió que “cuando te encontrás un juez que crea jurisdicción opuesta al derecho, es un chantapufi”.
“Hay que alzar la voz, hay que decir cuando hay una irregularidad. Los políticos tienen la misión de desenmascarar una justicia que no es justa”, exhortó.
Y afirmó que “los resultados del lawfare se ven en Argentina”.