Antonio Rosl surgió de Gimnasia y luego pasó al Ciclón por una cifra récord para formar parte de los míticos Matadores. Ya retirado, fue DT y se dedicó a la formación, aunque le quedó la espina de la Copa del Mundo del 66: “Me sacaron de la lista para vender a otro defensor al exterior”
“Me duele el presente de San Lorenzo, como también el de Gimnasia y Esgrima La Plata. No se merece una institución como San Lorenzo de Almagro pasar por estos momentos complicados. Verlo jugar da lástima”. De esta manera, se presenta Antonio Rosl, histórico del Ciclón y del Lobo Platense, dos clubes, que no tuvieron un buen pasar por la Copa de la Liga.
En 1968, el Gallego Rosl fue vendido a Boedo en una cifra récord: 22 millones de pesos argentinos quedaron en el club de la Ciudad de las Diagonales que lo vio crecer futbolísticamente. A partir de ese año, integró Los Matadores, equipo histórico que se consagró por primera vez bicampeón del fútbol argentino de manera invicta. Fue elegido, además, como uno de los dos mejores laterales izquierdos del país junto con Silvio Marzolini, ganó tres títulos en la institución azulgrana, y estuvo diez años en la selección argentina, dirigida primero por Osvaldo Zubeldía y luego por Juan Carlos Lorenzo.
“El Toto (Lorenzo) se portó muy mal conmigo. En 1966 tendría que haber ido al Mundial de Inglaterra, pero él y Valentín Suarez, interventor de AFA, me sacaron de la lista para vender a otro defensor al exterior”, describe el hombre de 80 años en diálogo con Infobae.
En 1974, Rosl regresó a Gimnasia para colgar los botines dos temporadas más tarde. “Estoy orgulloso de todo lo que hice y de cómo me manejé en la vida, con mi familia, con mis amigos, con los ex compañeros de trabajo; no me arrepiento de nada. Del presidente de la República para abajo, me puedo enfrentar con cualquiera”, asegura el ex defensor.
– ¿Que es de su vida, Antonio?
– Estoy en la Escuela de Cadetes, donde llevo 34 años como entrenador de fútbol. Soy profesor, y disputamos los campeonatos interpuestos. Ganamos 11 títulos masculinos y dos femeninos. Me fue muy bien, y estoy entretenido haciendo lo que me gusta. Seguiremos hasta cuando mi cuerpo aguante. Me retiré como futbolista en 1976 en Gimnasia y Esgrima La Plata, pero seguí en ese club como secretario técnico. Luego, fui entrenador y dirigí la Primera en 1983. Anteriormente, había estado en las Divisiones Inferiores. Entre 1984 y 1986 estuve en un club de Primera División de Dolores. Allí, salimos campeones y subcampeones. Me fue muy bien y la gente me quiere mucho.
– ¿Siempre estuvo vinculado al fútbol y su vida giró alrededor de una pelota?
– Siempre en el fútbol; es lo mío. Dirigí también en el Instituto de Menores, como profesor en la parte física y de fútbol. Además, di un curso en el que se enseñaba sobre fútbol infantil.
– ¿Alguna vez lo llamaron de Gimnasia y Esgrima La Plata y/o de San Lorenzo para dirigir en Primera División?
– Sí. Estuve muchos años en Gimnasia hasta 1983. Luego me fui a Dolores. Un tiempo más tarde, tuve conversaciones hasta hace un año atrás para trabajar en dicha institución. Fue por parte de la actual Comisión Directiva, y la verdad que a mis 80 años no tengo ganas de estar lidiando. Igualmente, me quedé mal y estoy arrepentido porque, aunque sea, hubiera opinado, ya que se han cometido errores a más no poder en el Lobo.
“Estoy en la Escuela de Cadetes, donde llevo 34 años como entrenador de fútbol”, se enorgullece
– ¿Qué errores cometieron?
– Hay jugadores actuales que no pueden jugar en la Primera de Gimnasia. Trajeron entre 10 y 12 futbolistas que apenas dos pueden jugar en Primera, lamentablemente es así. A mí me dicen que hay gente de Gabriel Pellegrino, ex presidente del club, que sigue trabajando en el club. Y con él casi nos vamos al descenso. ¡Cómo va a estar esa gente trabajando en Gimnasia! Es una vergüenza y una falta de respeto al hincha y al socio, a todos los que colaboramos con el club.
– En su momento, ¿qué le pareció la llegada de Diego Armando Maradona como entrenador?
– Con Diego estuvieron bien por su experiencia, a pesar de que siempre estuvo un poco flojo de salud, pero tenía gente alrededor como Sebastián Méndez que es un DT de Primera. Me gustaría que pudiera volver. Maradona estaba bien asesorado y tenía dos puntos más en la parte psicológica del jugador, porque sabía como entrarles. Además, subió un par de chicos que siguen jugando en Primera.
– ¿Cómo le cayó la salida de Leonardo Carol Madelon?
– Mirá, eso no me gustó. Yo hubiera hablado con él. Se equivocó mucho. Tuvimos la suerte de salvarnos del descenso gracias a él. Pero se equivocaron con su salida. Hay un empresario, Cristian Bragarnik, que está metido en el club. Si los refuerzos fueron traídos por Madelon, el culpable es él. Ahora, si lo trajo la dirigencia, es un grave error de él de todas maneras.
– ¿Hay miedo en Gimnasia de un posible descenso?
– Por ahora, no. Pero va a estar complicado para el 2025. Vamos a quedar comprometidos para el año que viene. Si no hacemos un buen próximo torneo, vamos a terminar complicados en el 2024 y será muy duro el año que viene. Guillermo Barros Schelotto es el número uno para agarrar el cargo de entrenador, pero no quiere dirigir acá; se quiere quedar en el exterior. Hay cinco o seis jugadores de nivel, pero el resto no. Nadie nombra a Chirola Romero, quien fue el que salvó al club. Gimnasia debía 8, 5 millones de dólares y gracias a Chirola, que subió jugadores a Primera y los vendieron, los saldaron.
– ¿Es más ídolo en Gimnasia o en San Lorenzo?
– En los dos lados. Porque mediante encuestas salgo elegido el mejor marcador de punta izquierdo de la historia de ambos clubes. Estoy entre los cinco mejores en la historia de Argentina. Estoy muy conforme y chocho con todo lo que hice. Nací futbolísticamente en Gimnasia, pero lo que hicimos en San Lorenzo fue una cosa de locos. Y con ese mote de Los Matadores, que ahora lo usan las chicas del vóley femenino azulgrana, quedamos en la historia. Lo imprimimos a fuego, y fue un placer haber sido parte. Hoy, la situación es distinta.
– ¿Le duele cómo está hoy San Lorenzo?
– Me duele el presente de San Lorenzo, como también el de Gimnasia. No se merece una institución como San Lorenzo de Almagro pasar por estos momentos complicados. Verlo jugar a San Lorenzo da lástima. Yo se los dije a muchos ex presidentes, a quienes tuve que llamar porque no se les pagaba a ex jugadores que murieron en la inmundicia. Mis ex compañeros me llamaron y me dijeron: “Gallego, nos deben cuatro meses. ¿Podés hacer algo por nosotros?”. Y con mi carácter llamé a directivos del club, que estaban en su momento, y les fueron pagando.
– ¿Qué ex jugadores la pasaron mal?
– Hace tres de años, llamé al presidente de ese momento y le hablé de Enrique Chazarreta, a quien dejaron morir en una pensión; una vergüenza y nadie se preocupó por él. Fue una gloria de San Lorenzo y no pudo terminar su vida así. Le dije al expresidente: “Hay jugadores que no tienen un peso, que están trabajando en el club y no cobran; están viviendo en una pensión. Esten atentos a eso”. Yo les anticipé lo que podía pasar con Enrique y pasó.
– ¿Por qué terminaron así?
– Esos muchachos (excompañeros) tenían otro carácter, diferente al mío. Entonces, se callaron la boca y no dijeron nada. Nadie dijo que se estaba muriendo ahí. Y murió ahí Chazarreta, abandonado. Cuando me enteré, llamé a uno y otro dirigente del club para decirle todo lo que tenía que decirle. Yo tengo la conciencia tranquila de haberme manejado bien en la vida, como corresponde. Por ese motivo fui el capitán del equipo con el que salimos campeones invictos. Por algo me nombraron capitán, porque defendía a mis compañeros y amigos que no se animaban a hablar.
Amistoso con la selección argentina. Daniel Carnevali, Carlos Squeo, Enrique Salvador Chazarreta, Roque Alberto Avallay, Roberto Telch, Ramón Armando Heredia, Norberto Oswaldo Alonso, Jorge Luis Ghiso, Antonio Rosl, Angel Hugo Bargas y Ernesto Enrique Wolff
– ¿Le duele ver cómo está San Lorenzo hoy en día?
– Sí. Me da mucha pena y dolor hablar así de San Lorenzo. Los dueños de los clubes somos nosotros, los que hicimos historia en el club. No hay nadie que hable y les diga a los dirigentes los errores que están cometiendo. A San Lorenzo le faltan jugadores. Acá no te salva un técnico. Gimnasia y San Lorenzo están iguales. Acá te salvan los jugadores. Claro que debés tener un buen técnico, con personalidad y que diga “vamos a jugar de tal manera”. Pero siempre fijándose en los jugadores que tenés.
– ¿Cómo se dio su llegada al Ciclón?
– En 1968 me compra en 22,5 millones de pesos. Fue una cifra récord durante ese año. Así que llegué, debuté en el fútbol de verano que se jugaba en Mar del Plata y salimos campeones invictos. Debutamos contra Atlanta con victoria por 4-1, de visitante, y nos consagramos invictos en el Metropolitano. Así que de esta manera arrancamos. Fuimos subcampeones y Los Matadores son los primeros bicampeones invictos en el fútbol argentino.
– Tuvo también tu paso por la selección argentina también…
– Sí, durante diez años. Jugué en Alemania cuando le ganamos 3 a 2. Fui suplente del mejor defensor en mi puesto, Silvio Marzolini, en el torneo Sudamericano 67 en Montevideo, Uruguay. Marzolini venía de ser el mejor defensor izquierdo en el Mundial de Inglaterra 66. Estoy orgulloso de todo lo que hice y de cómo me manejé en la vida, con mi familia, con mis amigos, con los ex compañeros de trabajo, no me arrepiento de nada.
– ¿Cuál fue el mejor momento de su carrera?
– En San Lorenzo gané tres títulos, dos de manera invicta. En Gimnasia hicimos una gran campaña en 1966. Después, no nos tocó la buena. No nos clasificamos un año después al torneo Nacional. Y dos años después, me compra San Lorenzo y quedamos en la historia. Recuerdo que en 1970 fuimos a una gira por España y nos fue muy bien. Dejamos bien en alto el prestigio de San Lorenzo de Almagro, pero hoy es diferente. Tienen que unirse todas las agrupaciones azulgranas porque es un momento muy difícil del futbol, ya que cualquiera le gana a cualquiera.
– ¿Qué enseñanza le dejó Tim como entrenador?
– La manera de cómo uno debe manejarse como persona con mis compañeros. Y me dejaron mucho dolor algunas cosas que le hicieron con Tim. Yo lo defendía mucho con los dirigentes que se querían pasar de vivos con él en la parte económica. Hacían negocios miserables con Tim. Como siempre, el que salía a defender a todos era yo. Yo nunca tuve miedo de nada. Del presidente de la República para abajo, me puedo enfrentar con cualquiera por la vida que hice y la conducta que tuve, De mí, nadie puede decir nada malo. Cuando uno tiene el traste limpio, puede enfrentarse con cualquiera. Digo la verdad. Cuando discuto con una persona, es porque tengo la verdad, sino no discuto y le digo “perdóname”.
– ¿Estuvo presente en el último partido en el Viejo Gasómetro?
– Sí, siempre jugábamos en el Viejo Gasómetro, en Avenida La Plata. Yo estuve en el último partido en 1979 contra Boca Juniors sentado en la platea. Fue muy doloroso saber que no iba a existir más el estadio en el que hicimos una escuela de fútbol, ya que demostramos cómo se debía jugar al fútbol. Roberto Perfumo, con la calidad técnica y de persona, dijo que los tres mejores equipos que vio en su vida fueron el Santos de Pelé, la Holanda de Cruyff y Los Matadores. Así fueron pasando las cosas y los años. Acá estamos con salud y es lo único que le pido a Dios. Y que San Lorenzo y Gimnasia mejoren y hagan las cosas bien. Que piensen en los hinchas y respeten a esa gente y a los entrenadores.
– ¿Tuvo relación con Juan Carlos Lorenzo?
– El Toto se portó muy mal conmigo. Se lo dije en su momento y se quiso matar. En 1966 tendría que haber ido al Mundial de Inglaterra con Silvio Marzolini, pero él y Valentín Suarez, ex presidente de Banfield e interventor de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), me sacaron de la lista. Un día, llegamos tarde a un entrenamiento con Cacho Malbernat y la Bruja Verón. Nosotros jugábamos amistosos con la selección argentina de la mano de Osvaldo Zubeldia, el mejor entrenador que vi en mi vida. El Toto Lorenzo también era un buen entrenador.
San Lorenzo pagó 22 millones de pesos argentinos por su ficha
– ¿Qué pasó entonces?
– Pincho una goma en Avellaneda. Los tres íbamos a la cancha de Racing Club y llegamos tarde al entrenamiento. Entonces, lo llamé a Lorenzo para decirle que habíamos tenido un inconveniente con el auto y me dijo “no se preocupe, cuando vienen juegan ustedes”. Entonces, nos quedamos sentados en la boca del túnel, pero paraba la oreja porque estaban dialogando Lorenzo y Suarez. El presidente le preguntó: “¿Vas a llevar a los tres (Malbernat, Verón y yo) al Mundial?”. El entrenador le respondió “no, sólo al Gallego Rosl”. Entonces, Suarez le pidió que llevara a Nelson Juan López, de Banfield, porque lo tenía que vender y que me sacara de lista. Luego, Lorenzo pasó la lista definitiva y yo no estaba. Pero sí López y me quedé afuera del Mundial. Era un atrevido Suarez, se metía en las charlas técnicas de los entrenadores y fue interventor de AFA. Un desastre como dirigente.
Por Lucas Gatti-Infobae