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Fueron a pedir un préstamo y les vaciaron la cuenta

Rosa Rivero detalló la maniobra de la que habría sido víctima junto a su esposo. “Queremos que la gente esté alerta y no caiga en la misma trampa que nosotros”, subrayó

“El último mes pasamos muchas necesidades y hubo días en que ni para comer tuvimos. Gracias a Dios un par de personas nos ayudaron con mercaderías y fuimos tirando. No sé si vamos a recuperar nuestra plata, pero por lo menos queremos que la gente esté alerta y no caiga en la misma trampa que nosotros”.

 Así reflexionó Rosa Rivero (64), quien el pasado 17 de octubre se presentó ante la Seccional Primera de Oberá y denunció que ella y su marido habrían sido estafados por una mujer que otorga préstamos en efectivo.

La pareja de jubilados reside en el barrio Caballeriza, son de condición humilde y perciben sus haberes a través del banco Nación. Ambos padecen problemas de salud y en el último mes no pudieron adquirir todos sus medicamentos, ya que algunos no tienen cobertura completa del Pami.

Con relación a la metodología de la estafa, Rivero precisó que el 14 de octubre se dirigió a una casa de préstamos ubicada por calle Gobernador Barreyro de Oberá, donde fue atendida por Mónica V.

“Como con mi marido ganamos poco y tenemos unas cuentas, fui a ver por un préstamo para salir del paso. Era un préstamo de 20 mil pesos, a pagar en doce cuotas de 3.500. Para eso la mujer me pidió el DNI, una boleta de servicio, recibo de sueldo y la tarjeta de débito para hacer fotocopias, supuestamente. En el momento me dijo que también le podía dar un préstamo a mi esposo”,  detalló la damnificada.

 Cumplimentado el trámite se retiró del local y a los tres días, el 17 de octubre, se dirigió al banco para cobrar su jubilación, pero grande fue su sorpresa al constataron que en su cuenta había menos de la mitad del dinero.

Modus operandi

 Según consta en la denuncia de Rivero, de su jubilación de 43 mil pesos, en la pantalla del cajero figuraba que disponía de apenas 17 mil.

 Al respecto, recordó que “casi me desmayé porque me faltó mucha plata, 26 mil pesos, que para nosotros es un montón porque somos humildes. Primero no entendía nada, pero después empecé a sospechar de la mujer del préstamo”.

 Luego comentó lo sucedido con allegados y le mencionaron que tal vez clonaron su tarjeta de débito, maniobra que podría ser posible con los datos del plástico que proporcionó la propia jubilada.

 “La verdad no sé cómo hizo. Yo no tengo mucho estudio y confié, le di mi tarjeta porque supuestamente iba a sacar fotocopia, nomás”, reconoció.

 Pero eso no fue todo, ya que previo a constatar en el banco el faltante de 26 mil pesos de su cuenta, Rivero también gestionó un préstamo para su esposo.

 En este caso, la metodología de la presunta estafa fue aún más evidente, ya que la dadora del préstamo se quedó con la tarjeta de cobro del hombre, lo que evidencia la variedad del modus operandi.

 En tal sentido, la jubilada mencionó que “la mujer me pidió los mismos papeles para hacer fotocopias, dice que, y después me devolvió todo. Pasaron unos días y cuando fuimos al banco con mi marido resulta que no era la tarjeta de él, sino otra que está a nombre de una señora. Yo no había mirado porque confié, ahí estuvo mi error”.

 Al constatar el cambio de tarjeta del hombre y el faltante de dinero de la cuenta de la mujer, la pareja realizó el reclamo bancario y radicó la denuncia policial.

 “Este mes cobramos por ventanilla y tenemos que esperar que nos den otras tarjetas y rogar para que no haya sacado un préstamo con nuestros datos”, subrayó Rivero.

 En cifras

 $ 26.000
 Según denunció la damnificada, los estafadores se quedaron con 26.000 pesos de los 43.000 que habitualmente recibe por su jubilación.

 $ 20.000
 Rivero se contactó con la prestamista a quien solicitó 20.000 pesos que luego serían devueltos en 12 cuotas de 3.500 pesos.

Fuente: El Territorio