Misiones Para Todos

Garantizarle la tierra a los pueblos originarios ayuda a reducir la pérdida de bosques

Un estudio liderado por especialistas del CONICET comprobó que garantizar los derechos de tenencia de la tierra de las comunidades indígenas ayuda a reducir la pérdida de bosques. La investigación analiza datos de dos décadas y presenta el primer mapa de áreas indígenas del Chaco Seco, la ecorregión que se extiende por territorio de Argentina, Bolivia y Paraguay y presenta una de las tasas de deforestación más altas del mundo.

El artículo, que fue publicado recientemente en la revista Global Environmental Change, identificó que al menos el 44 por ciento de los bosques remanentes están en tierras indígenas y que, de ese total, más del 65 por ciento tiene tenencia insegura. En las conclusiones, el grupo de investigación sugiere que las iniciativas de conservación de este valioso ecosistema deben desarrollarse conjuntamente con la población local, respetando sus derechos, necesidades y cosmovisiones.

El trabajo

Debido a las actividades humanas, muchos de los ecosistemas naturales del mundo han desaparecido y los que quedan se encuentran amenazados. Actualmente, se estima que el 40 por ciento de los bosques se encuentran en tierras de los pueblos indígenas, por lo que el trabajo con las comunidades es fundamental para lograr la conservación. Sin embargo, en la mayoría de ellas se registran irregularidades en distintos aspectos de lo que hace a la propiedad, por lo que se considera que tienen una tenencia insegura.

La seguridad de la tenencia de la tierra es la certeza de que los derechos serán reconocidos por los demás y recibirán protección frente a impugnaciones específicas. Según la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la mejora de la seguridad de acceso a la tierra afecta la manera en que las personas deciden emplear la tierra.

“Nuestra publicación se basa en una investigación que realizamos durante tres años, en la cual logramos generar mapas que representan las tierras indígenas en la región del Chaco Seco. Este mapa es el primero representando las tierras indígenas en la región y, además, diferenciamos aquellas que tienen tenencia segura de la tierra de aquellas que tienen tenencia insegura”, explica la investigadora del CONICET en el Centro de Ecología Aplicada del Litoral (CECOAL, CONICET – UNNE) y primera autora del artículo, Micaela Camino.

Para esta investigación se midió la superficie boscosa entre el año 2000 y el 2019, registrándose la pérdida de cobertura ocurrida en las últimas décadas. Además, se estimó cuánto de esta superficie corresponde a tierras indígenas y se analizó el rol de estas áreas en la conservación de los bosques así como en la reducción del avance de la deforestación.

Según el grupo de investigación, las tierras indígenas con tenencia segura de la tierra funcionan como barreras para el avance de la deforestación en la región chaqueña.

También afirman que, cuando la tenencia de la tierra es insegura, las tierras indígenas pueden o no detener la deforestación, por lo que la seguridad es un factor fundamental para lograr la conservación.

“Si queremos hablar de conservación en el Chaco Seco, claramente tenemos que trabajar también en que se garanticen los derechos de tenencia de tierra de las comunidades indígenas”, señala Camino. Además, indica que otra de las posibles hipótesis que se evalúan con el grupo de investigación es que las tierras campesinas criollas podrían tener un rol similar y también sean relevantes en cuanto a la superficie boscosa que conservan.

Los resultados de este trabajo coinciden con observaciones en otras regiones, como Amazonía, así como a escala global, donde se ve que las áreas indígenas conservan grandes proporciones de los bosques que quedan y que detienen la deforestación. “Necesitamos trabajar para garantizar derechos y contribuir a mejorar la vida de las personas que viven en los bosques. Tal como muchos organismos internacionales indican, respetando derechos y liderazgo, debemos co-construir junto a las personas que poseen saberes tradicionales e indígenas y encontrar soluciones innovadoras a la crisis ambiental y climática en que nos encontramos”, concluye la investigadora. (Fuente: CONICET)