En el suroeste de Louisiana, se encuentran las principales fábricas de transformación para obtener gas natural licuado (GNL). Tras la guerra en Ucrania, Europa ya no compra gas ruso y Estados Unidos se ha convertido en el principal productor de esta modalidad, que representó el 40 % del consumo de gas europeo en 2022. Activistas ambientales dejan la duda sobre si este modelo permite alcanzar la neutralidad de carbono en 2050, ya que el transporte de GNL implica la liberación de combustibles fósiles.