Tras el inicio de la invasión de Ucrania, cientos de millas de personas abandonaron Rusia. Algunos han regresado entretanto. Aquí cuentan sus historias.
Tras el inicio de la agresión belica contra Ucrania , Kira abandonó Rusia , primero con rumbo a Georgia y luego a Israel. Anna, también rusa, se fue a Armenia. Y Jury dejó el país meses más tarde. Cuando el presidente Vladimir Putin anunció una movilización , partió rápidamente hacia Kazajistán.
Los tres condenan la guerra contra Ucrania , pero, entretanto, han regresado a la Federación Rusa. Sus nombres fueron modificados por la redacción, por motivos de seguridad.
“Las heridas de mi alma aún deben sanar”
Kira tiene 27 años. Cuenta a DW que salió de Rusia en la primavera boreal de 2022 porque entonces le parecía imposible seguir viviendo allí. Desde Georgia, viajó a Israel, donde fue a la universidad y recibió una beca. Pero se la recortaron posteriormente, así que postuló a un trabajo en una organización en Rusia. “Quiero desarrollarme profesionalmente, me dio una oportunidad de hacerlo y la tomé”, explica.
Kira regresó a Rusia por razones de trabajo, pero sigue inscrita en la universidad en Israel. “Las heridas de mi alma aún tienen que sanar y trato de no ir a ciudades grandes. Siento en mi interior una gran resistencia a lo que ocurre en Rusia ya menudo quisiera cerrar simplemente los ojos a ello. Pero Israel resultó ser un país difícil para mí”, dice.
“Huía de mí misma”
“Ir a Armenia fue, en mi caso, una decisión impulsiva. Pero allí me di cuenta de que no se trataba de que quisiera estar en ese país, sino que huía de mí misma”, relata Anna, de 31 años. Trabaja en marketing y podía hacerlo desde casa, pero, después de unos meses, decidió dejar de nueva Armenia.
“Se trata de volver a Rusia y reconocer que uno también tiene parte de responsabilidad”, señala. “No quisiera que todos encontraran que la guerra es normal. Alguien caminará por la calle y dirá ‘la guerra sí es normal’. Pero yo soy alguien que le responderá: ‘No, ¿estás completamente loco?'”
Anna admite tener temores, pero al mismo tiempo afirma que “no se puede vivir por mucho tiempo con miedo”.
“Mi pareja prácticamente me echó”
Jurado, un programador, asegura que no tuvo pánico al comenzar la guerra y tampoco lo asustó la movilización. “Pero mi pareja estaba muy preocupada, no podía dormir bien y prácticamente me echó de la casa”, relata. “No sabía lo que me esperaba”, dice, pero consideró que siempre podría volver y que quizás fuera la última oportunidad para salir.
Pasó varios meses en Kazajistán y luego algunos en Kirguistán. “Pensábamos que la situación se arreglaría pronto”, recuerda. “Pero, después de medio año, nada cambió, solo el rublo seguía cayendo, el costo de la vida subía y algunos de mi entorno retornaban a Rusia”, dice. En invierno, él también volvió. “No extrañaba a Rusia. Pero quería ir a casa, volver a mi vivienda”, apunta. En Rusia, viven sus padres, un hermano y su pareja, con la que lleva ya 13 años de relación.
Regreso transitorio
Se estima que entre 500.000 y 800.000 personas abandonaron Rusia en 2022. “Muchos no llegaron a los países a los que en realidad querían ir”, dice a DW la socióloga Ljubow Borusjak, residente en Moscú. Hace notar que muchos fueron a parar a lugares en los que nunca pensaron que aterrizarían, prácticamente sin documentos y con muy poco dinero. “Parte de esa gente volvió luego a Rusia, al menos por un tiempo”, señala.
De acuerdo con datos del equipo de investigación “OutRush”, que realiza encuestas entre emigrantes rusos, un 16 por ciento de aquellos que abandonaron el país después del 24 de febrero de 2022 ha regresado a la Federación Rusa. Pero dos tercios de ellos dicen haber retornado solo transitoriamente.
La guerra impulsó a muchos rusos a dejar su país.