Misiones Para Todos

Cálculos electorales

La dirigencia política comienza a ojear las cartas del escenario de los comicios de este año.

La vuelta a la presencialidad en las aulas se volvió una discusión extraña y por momentos hermética.

Volver. La hermenéutica de la grieta tradujo el debate en una fórmula simplista: el gobierno no quiere volver a las clases y la oposición sí. Quizás parte de esa discusión se deba a las zigzagueantes definiciones del oficialismo durante el 2020 y sus problemas de comunicación, a la oposición de los sindicatos, o a las dificultades para habilitar el transporte de millones de personas del sistema educativo. Lo que sí es cierto, es que Juntos por el Cambio vio ahí una oportunidad, por más que Nación ya hace muchos años no tiene escuelas de gestión directa. Hoy la ministra de Educación porteña Soledad Acuña transita por los medios en forma casi permanente ¿nace una estrella?

Cada decisión abre mil cuestiones, no se sabe qué pasará con el virus en un futuro, su transmisión en los niños, o en cuánto tiempo se podrá vacunar a la mayoría de la población. Incluso es imposible predecir si se tendrá que volver a algún de cuarentena más estricta cuando pasen las vacaciones de verano, como hoy está pasando en muchos países de Europa. Pero más allá de esto la dirigencia política comienza a ojear las cartas del panorama electoral del año. Mucha gente se enoja con esto porque hay muchas urgencias para que los políticos ocupen su tiempo en tratar de ganar elecciones. Pero la vida democrática es así, sólo la validez de los mandatos atribuidos en las urnas da legitimidad a los gobiernos.

Cuestión de números. Como suele pasar en los años electorales las miradas se vuelven sobre las encuestas. Gran parte de los conocimientos sobre el mundo social proviene de este tipo de estrategia de investigación, pero las encuestas electorales son casi las únicas cuestionadas. Su prestigio suele ser inversamente proporcional al interés que despiertan. El “inventor” de este dispositivo fue George Gallup en los Estados Unidos en 1936, pero su gran pensador sería el austríaco Paul Lazarsfeld quién vería en esta herramienta el potencial para evaluar los cambios de opinión social, encuestando a las mismas personas a lo largo del tiempo.

Como tantas cosas en estos tiempos las encuestas de opinión también fueron mutando. Hasta los años 2000 las muestras se extraían del territorio, con encuestadores siguiendo la hoja de ruta de los puntos muestrales. Luego por una cuestión de costos y logística las encuestas se comenzaron a realizar por teléfono con un interlocutor humano, y luego se automatizó con una grabación (el famoso IVR). Hoy la mayoría de los estudios se realizan vía internet, ya sea por redes sociales, o con un panel, es decir, una gran base de personas dispuestas a responder.

La buena noticia para el gobierno es que la imagen positiva de Alberto Fernández se estabilizó entre un 35 y 40% según la encuesta que se considere. La caída desde los altos valores de marzo y abril de 2020 parecía no tener fin, pero logra amesetarse a pesar de la caída impresionante del PBI.

¿Enojados, pero cuánto? Se deduce que un espacio de votantes está disconforme con el rendimiento del FdT, pero la contrapartida es que al día de hoy no tendrían otra opción a quién votar. En este sentido, la polarización sostiene el bifrentismo, difícilmente un votante del pero-kirchnerismo pase a votar al Juntos por el Cambio, y lo mismo en sentido contrario. Por eso lo que más preocupa en el gobierno es la posibilidad de rupturas con el surgimiento de alternativas que puedan reivindicarse peronistas. Incluso la presencia electoral de Guillermo Moreno con su propuesta del regreso a la “pureza doctrinaria” es seguida con atención, porque la experiencia de Florencio Randazzo en la elección para senadores en la PBA de 2017 quedó marcada a fuego. En ese año la fórmula Bullrich-González superaba a Fernández de Kirchner-Taiana por 4 puntos, mientras que Randazzo-Casamiquela sacaba 5,3% (500.000 votos). Contener las fugas es prioritario, casi al mismo nivel que la reactivación de la economía.

La preocupación de candidaturas alternativas también afecta al exCambiemos, aunque no sea claro el techo electoral del espacio animado por la dupla Espert-Milei. Éste último se ha vuelto una suerte de estrella de rock tanto por sus excentricidades como la mediatización de su imagen. Ha construido un formato poco habitual en Argentina con un lenguaje directo que no ahorra (lo que antes) se podía considerar un exabrupto en su slogan principal: ¡Viva la libertad, carajo! Este espacio se ha convertido en una suerte de paradoja para el macrismo. Por un lado, se lo podría considerar parte del beneficio de inventario para el peronismo que observa una ruptura del adversario, pero a la vez la frontera a la derecha está contribuyendo no sólo a la unidad de JxC sino a su apertura, con un curioso toma-todo que no duda en proponer absorber al espacio de Ricardo López-Murphy y que integran muchos economistas liberales que apoyaron a José Luis Espert en 2019 pero a la vez se dispone a realizar una alianza con el socialismo santafesino. Como si esto fuera poco busca generar una pata peronista en la provincia de Buenos Aires, no porque tenga posibilidad de ganar como en 2015, sino porque la provincia con casi el 40% de la base electoral no puede descuidarse.

Sin embargo, este armado en PBA enfrenta dos retos: en primera instancia, choca con la intención de Elisa Carrió de candidatearse en la provincia (casi en el extremo del antiperonismo) y luego abre el conflicto con la pata peronista existente en el PRO (y relegado en la gestión de Mauricio Macri) con dirigentes de peso como Emilio Monzó, Nicolás Massot, Rogelio Frigerio y otros. ¿Puede existir la posibilidad que este espacio trabe una alianza con el peronismo centrista, parte del lavagnismo, y

presente un frente con expectativas de volver a la tercera vía? La experiencia del Frente Renovador de Sergio Massa irrumpiendo electoralmente en 2013 (sacó más de cuatro millones de votos ese año) es una hoja de ruta que muchos quieren reeditar. Continuará…

Por Carlos De Angelis – Perfil