Misiones Para Todos

Malvinas, no podemos vivir en deuda con nuestro pasado

La educación debe ser también la memoria porque la paz no es una injusticia y la historia nunca muere. La historia como ciencia sirve para establecer una relación significativa entre pasado, presente y futuro. Todas las guerras son salvajes, indignas e ilegales.  Hacer la “guerra siempre es fácil” basta algún par de  idiotas trasnochados y que por supuesto no vayan a ella para que esto suceda. La PAZ, la paz, eso es una palabra mayor, una palabra que jamás debe ser hueca, es una palabra para declararnos que somos seres humanos.

Parecería que la valentía es un concepto bello, idealista, que se expresa en los libros de historia, quien no se acuerda de las proezas de Aquiles, Napoleón, San Martín, y las dice  y recita a viva voz. La historia está plagado de estos símbolos, una guerra siempre trafica sueños de libertad y justicia, ahora cuando llegamos a la guerra de Malvinas y vemos a primera vista que eran chicos entre 18 y 26 años,  advertimos que la guerra es algo indeseable y terrible en la realidad, y más si vivimos esa época; ahí nos damos cuenta que eran seres humanos iguales a nosotros, que vivían en nuestras cuadras, que iban a clases como nosotros, que quizás no sabía que iban a ser padres, que quizás tuvieses esos chicos la misma edad que nuestros hijos hoy, nietos. La guerra es violencia a través de los siglos que el hombre tiene en la tierra y nunca es la solución a nada.

La guerra de Malvinas comparte una doble sensibilidad a la luz de los hechos por un lado misma guerra y por el otro la causa nacional del reclamo por la restitución a la soberanía argentina del archipiélago usurpado por Gran Bretaña desde 1833 que sin dudas se hizo para lavar sus culpas económicas, históricas y políticas.

En la conciencia del mundo, hay una frase grabada a fuego: las Malvinas son argentinas, pero la diplomacia no es debilidad y eso también lo tiene que saber el mundo entero.

En Malvinas aprendimos a dónde llega la vocación por el poder de unos dictadores por mantener el poder a cualquier modo, por eso les digo a mis alumnos que nunca deben dar la espalda al pasado, hay que dar a cada uno de nuestros solados de Malvinas  el reconocimiento que corresponde y ellos, nuestros soldados, se merecen todo desde lo económico, social y psicológico.

Con el tiempo, la denominación “Héroes de Malvinas” comenzó a ganar fuerza, 649 argentinos murieron en los 74 días que duró la guerra con Gran Bretaña, aunque una vez concluida la guerra se multiplicaron los suicidios de ex combatientes, quienes al regresar a sus hogares quedaron huérfanos de contención médica y psicológica por parte del Estado nacional, aun hoy lo siguen estando.

La guerra, “ese monstruo grande que pisa fuerte” porque lo que vivimos esa época convivimos con esa guerra pero los nuevos argentinos deben aprender a cohabitar con ese pasado para que esto no pase nuevamente, por eso los veteranos y combatientes de Malvinas son los únicos héroes de guerra vivos en nuestro país, que se honran.

Somos conscientes de que estamos en deuda por cada soldado de nuestra patria que derramó su sangre en ese territorio pero nunca dejaremos de reclamar lo que nos pertenece, siempre en paz. La guerra nunca cura, y la sociedad en ningún tiempo tiene que estar silenciada antes estas cosas. Ellos no eligieron esta guerra, pero para ellos las gracias eternas.

La Cuestión de las Islas Malvinas ha sido calificada por las Naciones Unidas como un caso colonial especial y particular que involucra una disputa de soberanía entre la República Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte que debe ser solucionada mediante negociaciones entre las dos partes. En el mismo sentido se ha pronunciado la Organización de Estados Americanos.

Por Daniela Leiva Seisdedos