Misiones Para Todos

Martín Litwak: “Las cuentas offshore son legales, pero el origen del dinero puede no serlo”

En el marco de la difusión de los Pandora Papers, el abogado especialista en inversiones dice que la mayoría de las operaciones que se realizan en los llamados paraísos fiscales son lícitas y que la Argentina tiene una “relación tóxica” con quienes pagan impuestos

“No hay nada ilegal per se en una sociedad offshore. En cuanto a las operaciones que se hacen, la enorme mayoría son lícitas. Lo ilegal no es el instrumento offshore sino el hecho de que estoy evadiendo impuestos o de que gané el dinero ilegalmente”, afirma. “Lo guardes en el colchón, en una caja de seguridad, en un mausoleo, un convento o en una offshore, lo ilegal no es el instrumento sino la evasión”, precisa. “El día que salga un China Papers, ahí sí el 90% van a ser criminales y el 10%, gente que usa las offshore lícitamente. Casi todas las transacciones ilegales pasan por China”, sostiene. “Los Estados tienen que competir libremente en materia tributaria. La Argentina tiene una relación tóxica con sus pagadores de impuestos”, plantea. “Un derecho humano básico es mantener mis asuntos privados siempre que cumpla la ley”, dice. “La clave no es si hay opacidad o no sino, si en el caso de haber un delito, la jurisdicción permite combatirlo”, propone. “Que no se invierta en Argentina y se lleve la plata afuera no es culpa de lo offshore sino de Argentina”, reflexiona. “Los capitales tienen que ser libres: son mimosos, van donde los cuidan y tratan bien. Argentina los trata mal”, analiza. “El de Menem no fue un gobierno liberal impositivo”, desafía. “En Argentina, el 80 % del ahorro de las familias más ricas está afuera del país. En Chile, es al revés: el 90% del capital chileno está Chile. En Chile, no hay prácticamente evasión fiscal”, compara.

Desde Miami, el abogado Martín Litwak, especialista en planificación patrimonial y fiscalidad internacional, estuvo en La Repregunta. Litwak es uno de los expertos en estructuras offshore más consultados. Es autor de Paraísos fiscales e infiernos tributarios. También de Cómo protegen sus activos los más ricos. Y porqué deberíamos imitarlos. Planificación patrimonial internacional en la era de la transparencia.

En medio de la divulgación de los Pandora Papers, se impone el análisis. ¿Cuán legales o ilegales son las sociedades offshore? ¿Y las operaciones offshore? Privacidad vs opacidad, ¿qué significa en el mundo offshore? ¿Qué relación hay entre la estructura offshore y el liberalismo? La competencia tributaria entre naciones. El blanqueo de Macri, la evasión y la reglas de juego impositivas. ¿Es legítimo derivar activos hacia el exterior? En torno a éstas y otras cuestiones reflexionó Litwak. Aquí, la entrevista completa.Martín Litwak en La Repregunta

-Se conoció una nueva investigación del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), los Pandora Papers. ¿Cuán ilegal o legal son las operaciones offshore que se hacen alrededor del mundo?

-La realidad es la siguiente: constituir sociedades offshore es 100 por ciento legal. No hay nada ilegal per se en una sociedad offshore. En cuanto a las operaciones que se hacen, la práctica demuestra que la enorme mayoría son lícitas. Inclusive en Pandora Papers o en Panama Papers o en Paradise Papers, que fue la investigación que estuvo entre esas dos, aparecen cientos de miles de sociedades pero los nombres repetidos estos últimos días en la prensa llegan a 300 o 500, no más que eso. En la mayoría de los casos, en algunos no, se trata de usos lícitos. El 98 o 99% de lo que se hace offshore es legal y hay un 1% de gente que usa mal la herramienta. Pero en ese caso, lo que está mal es el uso y no la herramienta en sí mismo.

Cuentas offshore: ¿legales o ilegales? Entre la privacidad y la opacidad

-¿Cuál sería un uso ilegal de la herramienta offshore?

-Son dos las circunstancias donde hay problemas. La primera, cuando el origen del dinero que se deposita es ilegal. Si gano el dinero vendiendo drogas o secuestrando gente, ya tengo un problema: que el origen de mi dinero es ilegal. Eso es ilegal se canalice offshore u onshore. Y el segundo tema es la evasión fiscal: dinero que gané correctamente pero no lo ingresé en mi declaración jurada. En ese caso, lo guarde debajo del colchón, en una caja de seguridad, en un mausoleo, en un convento o en una offshore, lo ilegal no es el instrumento sino el hecho de que estoy evadiendo impuestos.

-¿Pero no hay algo en el instrumento offshore con sus niveles de secreto y opacidad que alienta la ilegalidad de alguna manera y funciona como un estímulo para que aquellos que están obteniendo dinero de manera ilícita, encuentren cómo protegerse? En ese caso, el paraíso fiscal se convierte en una guarida fiscal.

-Si me preguntabas esto en 1980, te habría contestado sí. Hoy cuando tenemos, desde 2014, el intercambio desde Estados Unidos con el resto del mundo vía FATCA (NdeR: Ley de Cumplimiento Fiscal de Cuentas en el Extranjero que rige en EE.UU.); a partir de 2016, el intercambio del resto del mundo a través de lo que se llama “Common Reporting Standard”; tenemos la eliminación de acciones al portador (NdelR: acciones emitidas por las sociedades offshore transferibles sin certezas sobre la identidad del titular) en casi todos los paraísos fiscales; tenemos tratados bilaterales que permiten obtener información. Hoy no hay opacidad; lo que hay es privacidad. La misma moneda tiene dos caras. Para mí es un hecho humano básico mantener mis asuntos privados siempre que yo cumpla la ley. Vos podés decir: como periodista me gustaría saber más y lo que estás haciendo es ser opaco. Para mí, yo estoy siendo privado.

-¿Cuál es la diferencia entre privado y opaco?

-Es un tema de carga emocional de la palabra pero es lo mismo. Si en Delaware, que es en EE.UU., no estamos hablando de Panamá tengo una sociedad, el manager no aparece en ningún registro público: se podría decir que Delaware es opaco. Sí, la información no está pero eso significa que Delaware protege mejor la privacidad de las personas y mientras yo no cometa un delito, está bien. La clave acá no es si hay opacidad o no sino si en el caso de haber un delito, la jurisdicción me permite poder combatirlo. Esa es la clave. Leí que Luis Miguel tiene un barco escondido a través de una compañía de las Islas Vírgenes Británicas y que Julio Iglesias tenía un trust escondido. El nombre del trust de Julio Iglesias es “Julio Iglesias Trust”: si alguien quiere esconder un trust, no le pone su nombre. Hoy, si consultás en Forbes o una página que se llama “Celebrity net worth”, que yo uso mucho para pedir información, la riqueza de ese tipo de figuras son públicas. Vas a encontrar la fortuna de cualquiera, desde George Clooney hasta Luis Miguel, Roger Federer, Messi; está todo ahí. Hoy ya no hay necesidad de entrar a documentos privados de una firma de abogados para saber si Luis Miguel tiene o no tiene un barco.

Delitos y corrupción: ¿las offshore como parte del engranaje ilegal?

-En el caso de los Pandora Papers, hay dos nombres de Argentina con cuentas offshore, entre otros, investigados por la justicia por corrupción o lavado: Daniel Muñoz, ya fallecido, el ex secretario privado de Néstor Kichner, y Ernesto Clarens, uno de los arrepentidos en la causa de los Cuadernos. Esos nombres no figurarían de una manera tan accesible en estas bases de datos dado que no son celebrities globales. Quedaron opacados por esa estructura de secreto offshore.

-Sin dudas. Hoy hay convenios de colaboración con casi cualquier jurisdicción offshore con lo cual la justicia, si tiene sospechas, puede ir y buscar. Hay una evolución muy buena de los periodistas de ICIJ y hay que reconocerlo: el tratamiento que se le dio a este tema en los Panama Papers en 2016 fue muy diferente al tratamiento que se le está dando ahora.

-¿En qué sentido?

-El tratamiento de los Pandora Papers es mucho más respetuoso. Los mismos periodistas están diciendo que no hay nada ilegal en tener una sociedad offshore, lo que no decían en 2016, y se están focalizando en gente que realmente es sospechada o gente culpable de corrupción. Si se pone el foco en los políticos o en empresarios que hacen negocios con el estado, la labor periodística incluye el hacer un disclosure de esta información para la gente. Ahora, el empresario común no tiene interés público y se está vulnerando su privacidad. Por ahí pasa el límite. Creo que en 2016 se expusieron un montón de personas que no se debieron haber expuestos. Eso sirvió de aprendizaje y hoy el tratamiento es más maduro. Todavía marco errores. El error de base es esta presunción de ilegalidad, hablar de conceptos que no existen como “corrupción legal”: es un concepto contradictorio en sus propios términos. Y además yo soy un gran defensor del derecho a la privacidad. Cuando hay derechos en pugna, para decidir cuál derecho tiene prevalencia, se mira el origen de los derechos, si uno está en la Constitución. Cuando hay un derecho importante para las personas como es la privacidad versus un mero interés del gobierno en obtener información para cobrar impuestos, realmente la privacidad es muy superior. En pandemia, vimos cómo muchos derechos fueron suspendidos de manera polémica, por lo menos. A veces los individuos perdemos de vista los derechos que tenemos y es importante que los recordemos cada tanto.

Inversión vs “fuga” offshore: ¿el problema argentino?

-Hoy se discute cómo valorar la decisión de sacar fondos de un país que los necesita para la inversión, como la Argentina, para derivarlos a cuentas offshore aunque sea legalmente, por ejemplo, para un mejor manejo patrimonial de la riqueza que un individuo, una familia, una empresa ha construido. El gran debate es, dado las deudas sociales que existen en Argentina y en América Latina, cuán legítimo es que eso suceda. Usted hace un planteo muy alineada con la posición liberal que cuestiona la excesiva injerencia del Estado en tema tributarios. ¿Podría explicar esa posición?

-Como cualquier persona liberal, creo en la competencia. Los Estados tienen que competir libremente en materia tributaria. No creo que los Estados tengan que juntarse y decidir cuál es el impuesto mínimo, qué no se puede hacer y que sí. Porque no lo hacen con cualquier otra cosa.

-Es decir, según su criterio, las naciones, dentro de las ventajas competitivas para atraer inversiones, deberían tener una certidumbre legal que incluya además una menor imposición fiscal como parte de sus atributos y atractivos para que lleguen inversiones.

-Por supuesto. Cuando uno decide dónde invertir, se fija si el mercado es interesante o no, cuáles son las barreras de entrada, cuáles son los impuestos, si hay seguridad jurídica. Los impuestos son un componente más de la inversión y no debería haber una intervención de organismos multinacionales o supranacionales. No puede ser que EE.UU. se junte con la OCDE y determine que Irlanda en lugar de cobrar 11% de impuestos tiene que cobrar 15%. No existe eso en mi concepto de competencia fiscal. Ahora, volviendo a Latinoamérica, coincido con el problema social pero la gran pregunta en ese punto es cuál es el rol que le vamos a darle al Estado. Hoy en Argentina, por ejemplo, el que tiene plata afuera paga más impuestos que el que tiene la plata en Argentina: en el caso del impuesto a los bienes personales o en el aporte solidario, hay una alícuota mayor para el que tiene la plata afuera y aún así, la gente no trae la plata de vuelta. Entonces, ¿es culpa de la gente o es culpa del gobierno? Durante muchos años, los gobiernos argentinos fueron muy laxos en cobrar impuestos porque la carga tributaria argentina, el esfuerzo fiscal es tan alto que si se cobra todo, fundís a la gente. Con lo cual, por un lado, tenemos leyes muy estrictas y por otro lado, tenemos una aceptación tácita de una gran evasión. Eso es una gran realidad. Y no estoy hablando de evasión que se va a cuentas offshore; hablo evasión al comprar facturas, facturar de menos, tener plata en negro. Argentina es un país donde alguien puede tener un inmueble y no declararlo, cosa que no existe en ningún lugar del mundo. Esto fue una especie de acuerdo tácito: yo te pongo esta regla pero no te preocupes, no te la exigen porque sé que es muy complicada y así fuimos viviendo. En el año 2016, cuando Macri hace el último blanqueo grande que se dio en la Argentina, fue de alguna manera un nuevo contrato social en el que el gobierno le dijo a la gente “vengan y blanqueen todo, los vamos a perdonar; el mundo está cambiando y es cada vez más transparente, no es inteligente tener plata no declarada. Vengan y declaren y nosotros vamos a venderles unos bonos que no tienen impuestos y vamos a hacer desaparecer el impuesto a los Bienes Personales”. Una gran proporción de gente confió, hizo su parte: hay que decir que el contribuyente en 2016 hizo su parte; olvidate de lo que hizo antes pero en ese momento hizo su parte. Pero el gobierno de Macri inventó el impuesto a la renta financiera; le puso un impuesto a los bonos que se usaron para blanquear plata, a los cuales no se les iba a aplicar impuestos y aunque bajó Bienes Personales, no lo eliminó; lo dejó en 1,25 sabiendo que el nuevo gobierno, con un simple decreto, lo podía subir hasta el techo. De hecho lo subió hasta 2,25. No es un tema de política, es un tema de datos aunque es obvio que yo simpatizo más con el gobierno anterior que con el actual, aunque ninguno de los dos me gusta demasiado. Ese fue un quiebre, el incumplimiento por parte del Estado de un nuevo acuerdo que había propuesto el propio Estado. Yo no justifico la evasión y en eso soy muy claro. Mucha gente se enoja cuando digo que hay que pagar los impuestos. Si uno tiene que combatir los impuestos, los combate a nivel teórico pero no los evade. No hay que evadir los impuestos porque la Argentina es un país con mucha inseguridad jurídica y el tema fiscal no se va a resolver agregando inseguridad jurídica. Hay que pagar y luego hay que discutirlo.

Sociedades offshore y el rol del Estado: ¿cuánto pesa el esfuerzo impositivo?

-De acuerdo con su perspectiva, la presión fiscal de Argentina sobre las inversiones tanto locales como extranjeras alienta la decisión de los argentinos con recursos de llevarse la plata afuera. Porque los datos de Pandora Papers son interesantes: Argentina es el tercero en el mundo por la cantidad de beneficiarios finales de firmas offshore y es el quinto con más sociedades offshore conectadas con un único beneficiario final; primero están Reino Unido y Rusia.

-El sistema tal como está hoy en Argentina desalienta la inversión. Hace muchos años que no hay inversión extranjera en Argentina pero ahora ya no hay inversión local. La gente local, sectores que siempre han mantenido de pie como el agro invierten lo mínimo necesario. Lo que sobra no se invierte en Argentina en propiedades o en pozo para construir sino que se lleva afuera. Y eso no es culpa de lo offshore; es culpa de Argentina. Es como cuando se rompe una relación y uno se va con otro: no es culpa del que se va sino de la pareja que no funcionó; no nos engañemos. Hoy Argentina tiene una relación tóxica con sus pagadores de impuestos. Hasta que no la resolvamos estas cosas van a seguir pasando y cada vez peor y la culpa no es de Panamá. Yendo a la estadística que mencionás, es correcto: Argentina es un país donde se usa mucho la estructura offshore pero no nos confundamos. Argentina está tercero en esta filtración en particular. Hace dos años, cuando fue Paradise Papers, donde la mayor parte de la información vino de Bermudas que es una jurisdicción que Argentina no usa en general, casi no había argentinos. El único que apareció relevante fue (Luis) Toto Caputo, por ejemplo. En Luxemburg Leaks, que fue más temprano este año, casi no hubo, o directamente no hubo, argentinos. No es que somos terceros en el mundo sino que somos terceros en esta investigación, lo cual de todas formas es muy significativo.

EE.EUU. y China, ¿paraísos o guaridas fiscales?

-Cuando pensamos en paraísos fiscales o refugios fiscales –porque se da siempre esta confusión del inglés entre “heaven”, paraíso, o “haven”, refugio o guarida-, se piensa en las Islas Vírgenes Británicas donde usted ha trabajado y vivido. O en lo más clásico, Suiza. También en Islas Caimán. ¿Pero qué rol tienen EE.UU., con Delaware por ejemplo, y China en esta opacidad offshore?

-EE.UU. es el paraíso fiscal más grande del mundo y lo que molesta es esta doble moral, de salir a criticar al mundo pero en casa no se hace nada. No digo que esté mal que sea un paraíso fiscal: yo hablo a favor de los paraísos fiscales. Está muy bien que EEUU sea un paraíso fiscal; lo que está mal es negarlo. El tema con China es peor porque China sí es opaco. Casi todas las transacciones ilegales pasan por China. Mientras China se mantenga apartado del mundo, el gran problema es China, no EEUU ni las Islas Vírgenes Británicas ni Suiza. Casi todos los giros que van por carriles ilegales en algún momento tocan China.

-Es decir, aunque Panamá o las Islas Vírgenes Británicas o Suiza pesen más en el imaginario colectivo, China tiene más peso en ese negocio opaco de las offshore con riesgo de ser ilegal que cualquiera de esos paraísos.

-Sin ninguna duda porque todos esos países que mencionaste mueven estructuras societarias pero la plata. Todos los bancos suizos, en Islas Vírgenes Británicas, en Panamá, en Caimán tienen obligación de intercambiar información con, por ejemplo, Argentina acerca de todo el dinero que pasa por ahí. Los bancos que no reportan son los bancos en China y los bancos en EEUU. EEUU tiene un montón de controles contra lavado de dinero por lo cual se usa menos y China se usa más. El día que salga un China Papers, ahí sí el 90% va a ser criminales y el 10%, gente que usa las offshore lícitamente.

Argentina vs Chile: ¿plata afuera o inversión nacional?

-En la Argentina, en medio de una nueva crisis económica, social, sanitaria preocupante y dramática, se plantea esta pregunta: ¿cómo retener la riqueza de aquellos que podrían invertir para que se vuelvan productivos y no se vayan al exterior? ¿Cómo se transforma la estructura fiscal de un país para que permita el juego de la inversión sin condenarla y para que no genere la reacción de llevársela afuera?

-No me quiero poner muy cursi pero hay un concepto famoso que dice “si amas a alguien, déjalo libre y si vuelve, es tuyo. Si no vuelve, es que nunca lo fue”. Es eso: hay que dejar libre a los capitales. Los capitales son mimosos, van a donde los cuiden y los traten bien; en la Argentina los tratan mal. Hay que hacer una reforma tributaria agresiva, bajar muchísimo los impuestos para que se vuelva a invertir. Además de cambiar temas laborales. Cuando se habla de la doble indemnización y la imposibilidad de echar gente y el gobierno dice que no está limitando las contrataciones: si me estás complicando la salida, me estás complicando la entrada. Si te invito a mi casa y te digo que cuando entres a casa, no hay ningún problema pero cuando salgas, está La 12 para despedirte: por supuesto no voy. Todo lo que son cepos, restricciones y cosas anómalas expulsan capital. Hay que animarse a bajar impuestos y a liberar. Y esto no tiene que ver con liberalismo; es un tema de sentido común: cualquier país exitoso del mundo es libre.

-Después del blanqueo que lanzó el gobierno de Cambiemos en la gestión anterior, ¿cuántas inversiones productivas llegaron a la Argentina? ¿Crecieron?

-Hubo un primer momento donde creció algo y después fue insostenible. El tema es que los cambios tendrían que haber durado varias décadas. El gran problema de la Argentina, además de la presión tributara, es la falta de seguridad jurídica. En un país sin reglas claras es muy difícil generar confianza. Necesitás décadas de tranquilidad y de respeto por las normas para que vuelvan los capitales grandes en serio.

-¿Cuál ha sido el momento argentino más liberal en esos términos, aprovechar una ventaja competitiva fiscal para atraer inversiones, y por otro lado, cómo se compara la Argentina de hoy con Chile en ese punto?

-Desgraciadamente el momento más liberal fue hace más de cien años. Muchos de mis amigos liberales idolatran a Menem pero yo les recuero que lo que hizo Menem fue lo que estaba de moda en ese mundo, en ese momento, achicar el Estado; todos los Estados lo hicieron. Pero Menem subió impuestos y mucho. Creó la renta mundial en lugar de la renta territorial. Inventó una gran cantidad de impuestos, subió alícuotas. El de Menem no fue un gobierno liberal impositivo. Tenemos que remontarnos a más de cien años atrás para ver un gobierno liberal en materia de economía. Y comparado con Chile, el problema con Argentina es que llegamos a un nivel de irracionalidad tal que tenemos un esfuerzo fiscal más grande que cualquier país de América Latina, no solamente que Chile. Chile es el ejemplo de un país que funciona bien, con un Estado razonable, con impuestos razonables que la gente paga: no hay evasión fiscal prácticamente en Chile. Fijate la diferencia: en Argentina, el 80 o 90% del ahorro de las familias más ricas está afuera del país, declarado o no; no estoy hablando de evasión sino de sacar la plata del país. En Chile es al revés; Chile invierte en Chile: 90% del capital chileno está en Chile. Eso es por años de seguridad jurídica.

-Es decir que el caso del presidente Sebastián Piñera, con una sociedad offshore detectada en los Pandora Papers, no es sintomático de un comportamiento más generalizado de la riqueza en Chile.

-El chileno en general invierte en Chile. No es tan común el uso de la estructura offshore como lo es en la Argentina. Desconozco el caso del presidente chileno, no sé si es legal o no.

Inversión y finanzas, su gran interés

▪ Formación. Se recibió de abogado en la UBA y obtuvo una maestría en finanzas en la Universidad del CEMA.

▪ Actividad profesional. Fundó la empresa Untitled (ex Litwak & Partners) y es CEO de Smart Structuring, una plataforma de Blockchain.

▪ Libros. Escribió Paraísos fiscales e infiernos tributarios y Cómo protegen sus activos los más ricos.

Por Luciana Vázquez