Los funcionarios kirchneristas en áreas claves (subsecretaría de energía eléctrica, Cammesa y Enarsa) seguirán en sus cargos. Una buena noticia para el nuevo ministro: baja el gasto en importaciones.
Si el futuro titular del ministerio ampliado de Economía, Sergio Massa, tiene entre sus prioridades juntar la mayor cantidad de dólares en el menor plazo posible, el informe de situación que reciba esta semana del área de Energía le deparará buenas noticias. La reprogramación de partidas destinadas al aprovisionamiento de energía gasífera y eléctrica diagramada por Cammesa y Enarsa supondrá un gran ahorro con respecto a las cifras inicialmente previstas para importación de gasoil, fue oil y gas natural licuado (GNL). Sólo en la cancelación del arribo de tres barcos de GNL previsto para este mes de agosto se logrará una diferencia a favor de 202,8 millones de dólares, y por la sustitución de compras de gas oil y fuel oil (para las centrales térmicas) por la compra de energía eléctrica a Brasil, se vienen ahorrando unos 100 millones de dólares mensuales por diferencia de costo. Por otra parte, el equipo que maneja el área (subsecretaría de energía eléctrica, Cammesa y Enarsa) está alineado en el kirchnerismo y en la etapa que se inicia tendría garantizada su continuidad, dado el acuerdo cerrado entre las patas principales del Frente de Todos (Alberto Fernández, Massa y Cristina Kirchner) para fortalecer la administración del gobierno.
“Se reprogramó la demanda porque las temperaturas fueron más benignas que las que se habían pronosticado, pero además hubo una gestión eficiente de utilización de recursos”, señaló un funcionario del sector a Página/12. Sólo en menor demanda de GNL, con la cancelación de tres cargas de barcos se logró una diferencia a favor de más de 200 millones de dólares en un sólo mes. Y se reprogramó el arribo de 3 buques de gasoil y 2 de fuel oil, que debían llegar en agosto, para el mes de septiembre, con un ahorro importante en la cuenta de gastos en divisas por energía para el mes entrante.
El marco político
La demanda de divisas para pagar la importación de energía fue un tema discutido en los primeros planos de la política prácticamente desde que se desató el conflicto bélico en Ucrania. Se consideraba, desde algunos sectores, que ante la escasez de divisas en el Banco Central, la cuestión energética podría hacer detonar la bomba de la crisis cambiaria, particularmente durante los meses de invierno (por la demanda estacional de gas). De allí la importancia del informe de situación que recibirá Sergio Massa sobre la situación del sector en el plano de la balanza comercial sectorial, justo al momento del inicio de la segunda mitad del invierno.
Por otra parte, se trata de un sector que viene teñido por disputas políticas al interior del equipo económico. La primera, por el fallido intento del ex ministro Martín Guzmán de desplazar al subsecretario de energía eléctrica, Federico Basualdo, por discrepancias que se hicieron públicas en materia de tarifas. Y más recientemente, la destemplada reacción que tuvo Matías Kulfas frente a una alusión de Cristina Kirchner en un discurso a ciertos privilegios de los que gozaba el grupo Techint como contratista en la obra del Gasoducto Noreste Presidente Néstor Kirchner. El episodio terminó con el inmediato pedido de Kulfas.
Las cuentas que muchos hicieron cuando se desató la guerra en Europa del Este, con respecto al costo que debería afrontar Argentina por importaciones de energía, oscilaba entre los nueve y once mil millones de dólares para todo el año. En la última semana, el secretario de Energía, Darío Martínez, calculó que la cifra final se ubicará entre 7800 y 7900 millones, pese a que se cumplieron los pronósticos de fuerte elevación de los precios internacionales de los combustibles líquidos que demanda el país en invierno (gas oil, fuel oil y GNL).
Gestión del área
Y no fue sólo que hizo menos frío de lo pronosticado en invierno. Las autoridades de Cammesa (compañía administradora del mercado mayorista eléctrico), que es la encargada de asegurar los insumos de combustión para las centrales térmicas, y a la vez garantizar el abastecimiento eléctrico para consumo de todo el país, informan que hubo un seguimiento muy estricto de la necesidad de recursos para optimizar su uso y las compras al exterior.
Los equipos de la Subsecretaría de Energía Eléctrica (que encabeza Federico Basualdo), Cammesa (a través de su gerente general, Sebastian Bonetto) y Enarsa (que preside Agustín Gerez) coordinaron con los despachos gasíferos y de energía eléctrica “una reprogramación que permitió capitalizar oportunidades de mercado y una gestión eficiente de recursos”, sostienen fuentes de este sector.
Las autoridades de dichas áreas recuerdan que “junio había sido un mes muy frío en AMBA y en otras ciudades que definen la demanda nacional de energía, se batieron todos los récords de consumo; pero julio se presentó con temperaturas más templadas, por lo cual las previsiones que habíamos tomado para el abastecimiento de insumos resultaron excesivas”. A partir de allí, se fueron tomando decisiones que extendieron los contratos de compra a otros períodos posteriores, a la vez aprovechando algunas oportunidades que ofrecía el mercado para bajar el costo de las importaciones.
Reprogramación
Los hechos que marcaron una diferencia significativa en las partidas necesarias para pagos al exterior por combustible fueron:
1) A través de Enarsa, se gestionó la reprogramación de la llegada de provisiones de GNL previstas para julio, al mes de agosto; lo cual permitió cancelar otros tres barcos de GNL que debían arribar en agosto. Ello supuso un ahorro de u$s 156 millones pero, además, un premio o bonificación a favor de Enarsa de u$s 46,8 millones, que paga el proveedor (porque al liberarle el producto, le permite venderlo al mundo a un precio mucho más caro por las condiciones actuales del mercado).
2) Se gestionó, a través de Cammesa, la reprogramación del arribo de tres buques de gasoil y 2 de fuel oil, que pasaron de agosto a septiembre, con un descuento del precio final de 2 millones de dólares.
Por último, se está gestionando con Brasil reforzar la importación de energía eléctrica (existe interconexión entre los sistemas de ambos países) “intentando captar ofertas de oportunidad” durante el mes de agosto. Esto es, aprovechar que el costo del suministro eléctrico brasileño es prácticamente la mitad del costo en gasoil importado para producirlo en centrales térmicas argentinas. Esta sustitución ya permitió reducir costos de importación por unos 180 millones de dólares entre mayo y junio, y por otros 100 millones, aproximadamente, en julio.
Por Raúl Dellatorre-Página/12