Teherán declaró este sábado 14 de enero que había ejecutado a un ciudadano con doble nacionalidad iraní y británica por acusaciones de espionaje. El ejecutado era un estrecho aliado del alto funcionario de seguridad y había ocupado un cargo importante en el Ministerio de Defensa del país persa. Londres y la comunidad internacional condenaron fuertemente el hecho y denunciaron un acto motivado por razones políticas.
Las ejecuciones no cesan en Irán. Teherán anunció la ejecución de Alireza Akbari, un británico-iraní que fue condenado a muerte por “corrupción en la tierra y atentar contra la seguridad interior y exterior del país por pasar información de inteligencia” al Reino Unido, según la agencia de noticias iraní Mizan Online.
Su ejecución se produjo tres días después de que se anunciara que había sido condenado a muerte, y eso a pesar de las advertencias internacionales que exigían al Gobierno de Teherán que la condena fuera suspendida.
Londres denunció la barbaridad del acto y dijo que no quedaría sin respuesta.
“Estoy consternado por la ejecución del ciudadano británico-iraní Alireza Akbari en Irán. Ha sido un acto cruel y cobarde, llevado a cabo por un régimen bárbaro que no respeta los derechos humanos de su propio pueblo. Mis pensamientos están con los amigos y la familia de Alireza”, tuiteó el primer ministro británico Rishi Sunak.
Se trata de un “acto bárbaro” que “no quedará sin respuesta”, declaró el sábado el ministro británico de Asuntos Exteriores, James Cleverly, añadiendo que “convocará al encargado de negocios iraní para expresarle nuestro disgusto”.
Acciones similares tomó Francia, que convocó al encargado iraní de asuntos en el país. La ministra de Exteriores, Catherine Colonna, le reiteró al diplomático iraní que las rupturas de la ley internacional por parte de Teherán, en particular en lo relacionado a los ciudadanos extranjeros, “no puede quedar sin respuesta”.
Denuncias de motivaciones políticas
Alireza Akbari, de 61 años, ocupó el cargo de viceministro de Defensa bajo la presidencia de Mohammad Jatamí (1997-2005). El ministro de Defensa en aquel momento era Ali Shamkhani, quien es ahora secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional que lucha por contener las actuales manifestaciones.
El ahorcamiento de Akbari sugiere una lucha de poder dentro del régimen de Irán y recuerda a las purgas masivas de militares que siguieron la Revolución Islámica de 1979.
Irán declaró, sin aportar pruebas, que Akbari sirvió como fuente para el Servicio Secreto de Inteligencia británico (MI6) y que hubiera recibido grandes sumas de dinero, así como su ciudadanía británica, por facilitar información al servicio de inteligencia.
El país acusa a menudo de espionaje a quienes viajan al extranjero o tienen vínculos occidentales. Cuatro personas acusadas de cooperar con los servicios de inteligencia israelíes fueron ejecutadas a principios de diciembre.
Acusaciones de tortura
Akbari fue detenido entre marzo de 2019 y marzo de 2020. Los medios de comunicación iraníes difundieron un vídeo en el que aparentemente se le ve hablando con contactos británicos. La televisión estatal iraní también emitió un vídeo, que aparece editado, en el cual Akbari habla de las acusaciones, lo que fue denunciado como confesiones forzadas.
El servicio en farsi de la ‘BBC’ emitió el miércoles un mensaje de audio de Akbari, en el cual denuncia haber sido torturado.
“Utilizando métodos fisiológicos y psicológicos, quebraron mi voluntad, me llevaron a la locura y me obligaron a hacer lo que quisieron”, dijo Akbari en el audio. “A fuerza de armas y amenazas de muerte me hicieron confesar afirmaciones falsas y corruptas”.
En Estados Unidos, el portavoz adjunto del Departamento de Estado, Vedant Patel, también había denunciado actos de tortura el viernes.
“Los cargos contra Ali Reza Akbari y su condena a ejecución tienen motivaciones políticas. Su ejecución sería inconcebible”, afirmó. “Nos inquietan enormemente los informes según los cuales el Sr. Akbari fue drogado, torturado durante su detención, interrogado durante miles de horas y obligado a hacer confesiones falsas”, dijo Patel.
Contexto de manifestaciones
Irán se ha visto sacudido por un movimiento de protestas que representa uno de los mayores desafíos a la República Islámica desde su creación en 1979. Las manifestaciones empezaron hace cerca de 4 meses, después de que Mahsa Amini, una joven kurda de 22 años, muriera bajo custodia tras ser detenida por la policía de la moral por llevar mal puesto su velo.
Irán culpa los disturbios a sus enemigos extranjeros y ha usado una represión extremadamente violenta para debilitar al movimiento. Al menos 520 manifestantes murieron y 19.400 personas fueron detenidas, según ‘Human Rights Activists in Iran’.
Desde el inicio del movimiento, la justicia iraní ha condenado a muerte a 18 personas en relación con las manifestaciones, de ellas, cuatro han sido ejecutadas. El jefe de derechos humanos de las Naciones Unidas advirtió a Irán contra el uso de la pena de muerte como medio para sofocar las protestas.
Por Gabrielle Colchen-France24