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Israel bajo fuego: escenas de destrucción y un sorpresivo respaldo a Netanyahu por la operación contra Irán

Ramat Gan, una ciudad pegada a Tel Aviv, es una de las zona más castigadas por el contraataque

Son las dos de la tarde, hace mucho calor -el termómetro marca 29 grados- y en la esquina de las calles Jerusalén y Tirza de Ramat Gan, la ciudad que queda pegada a Tel Aviv, al este de la avenida Ayalon, reina la consternación. Allí se encuentra la zona más castigada por el contraataque iraní de anoche, que causó tres muertos (uno aquí) y decenas de heridos.

El Comando Central acaba de anunciar por radio que, en medio de un estado de emergencia que nadie sabe cuándo terminará, hay una ventana de tres horas en las que se puede salir de casa para tomar aire, rápidamente, hacer compras necesarias y regresar. Y en Ramat Gan, todo el mundo, con celular en mano, ha venido a ver la destrucción que causó uno de los más de 150 misiles lanzados anoche desde Irán en su contraataque contra Israel, que fue parte de ese 5% que no logró ser interceptado por la Cúpula de Hierro, el sofisticado y hasta ahora invencible sistema de defensa israelí.

La zona, una de las más castigadas —hubo un muerto y decenas de heridos—, permanece acordonada. Entre los escombros, agentes con cascos y chalecos fosforescentes trabajan para estimar los daños. Hay policías, periodistas transmitiendo en vivo y una multitud de personas —ancianos, familias con chicos— que se acercan para ver con sus propios ojos la imagen de devastación que ya vieron en los noticieros, una postal pocas veces vista en este lugar.

Entre la gente se distinguen muchos judíos ortodoxos, con sus trajes y sombreros negros, acompañados por mujeres con vestidos largos y el cabello cubierto pese al calor sofocante. Los niños corretean entre ellos. La mayoría proviene del cercano barrio religioso de Bnei Brak.

El edificio que recibió el inesperado impacto era de tres o cuatro pisos y está totalmente derrumbado sobre sí mismo. Se ven sus hierros retorcidos, restos de lo que eran balcones, los departamentos y los esqueletos de los autos que estaban estacionados ahí enfrente, carbonizados. La onda expansiva fue tan fuerte que hubo otros ocho edificios cercanos dañados, con vidrios, persianas, ventanas que estallaron en mil de pedazos. Y los vecinos cuentan que cuando llegó el misil, aun estando en sus refugios subterráneos o bunkers, todo se movió, como si se tratara de un terremoto.

Rafi Aranovich

Rafi Aranovich

“De repente sentimos que el edificio se movió, hubo un ‘bum’, nosotros conocemos los ‘bum’, pero esta vez sentimos que estaba muy cerca y fue como un terremoto”, cuenta a LA NACION Rafi Aranovich, un uruguayo de 63 años que vive en Israel desde los 11, y que estaba a apenas 50 metros del impacto, resguardado en el cuarto de seguridad de la casa de su compañera.

Como la mayoría de los que están aquí, más allá del terrible susto vivido —y de la posibilidad de que esta noche vuelva a haber un nuevo ataque desde Teherán—, Rafi respalda la operación lanzada por el gobierno de Benjamin Netanyahu contra Irán.

“Es una ocasión para terminar con la amenaza nuclear iraní, lástima que Trump (Donald) habla mucho y hace poco, porque nosotros dimos el primer paso, que es lo más difícil y el segundo paso tendría que ser de él: si Estados Unidos se involucra podría ayudarnos a descabezar al régimen iraní. No sólo nosotros, todo el mundo quiere un cambio de régimen en Irán”, asegura.

“Yo estoy 100% en contra de Netanyahu, que está arruinando al país con la guerra en Gaza, pero, como el 99% del país, lo respaldo con esto de Irán porque es la primera vez que hace algo no por intereses políticos propios, sino a favor de Israel y a favor del mundo. Por eso me saco el sombrero y todo el pueblo de Israel, aunque está dividido con respecto a Netanyahu, ahora, con lo de Irán, lo respalda”, insiste.

Edificios residenciales destruidos tras ser alcanzados por un misil lanzado desde Irán se observan en Ramat Gan, cerca de Tel Aviv, Israel, el sábado 14 de junio de 2025

Edificios residenciales destruidos tras ser alcanzados por un misil lanzado desde Irán se observan en Ramat Gan, cerca de Tel Aviv, Israel, el sábado 14 de junio de 2025JACK GUEZ - AFP

“Porque ellos nos quieren matar, son como Hamas y por eso mandaron más de 100 misiles que podrán tener objetivos estratégicos, pero para ellos lo mejor de todo es que mueran israelíes”, denuncia.

Para él, que tiene un negocio de marcos y vidrios en Tel Aviv, si este misil no fue interceptado —a diferencia de lo que ocurrió en abril pasado— es porque en esta ocasión no estaba activa la coalición integrada por estadounidenses, franceses, jordanos y otros aliados que brindaban apoyo.

“Para nosotros, solos, es difícil defendernos de todos los misiles que caen, tenemos fuerza limitada y si no nos ayudan los norteamericanos a defendernos, esto va a seguir pasando”, advierte.

“¿Si tengo miedo de lo que pueda pasar esta noche? Sí, claro, porque justamente estoy viendo lo que pasó con sólo un misil y es terrible lo que puede pasar con más”, contesta.

Isaac Kaneti

Isaac Kaneti-Elisabetta Piqué

Isaac Kaneti, un jubilado de 80 años que también vive muy cerca, coincide con que fue “muy duro” lo de anoche. Su casa está entre las que sufrió destrozos por la onda expansiva, aunque no demasiado terribles, por suerte. También coincide con Rafi con que Netanyahu hizo lo correcto al lanzar su masivo ataque contra Irán –“es lo primero que hace bien”- y con que, por supuesto, tiene “un poco de miedo”. “Ya somos grandes y con mi mujer directamente dormimos en el refugio, no estamos para bajar y subir todo el tiempo”, precisa.

Marta Slatkine, española de 47 años que vive en Israel desde hace 12, también del barrio, no oculta el terror que sintió anoche. “Fue la peor noche que hemos tenido en años, fue muy fuerte el bum que sentimos y estábamos en nuestro cuarto de seguridad, pero del golpe todo se movió como si fuera un temblor”, describe, tensa.

Marta teme que esta noche vuelva a pasar lo mismo. “Estoy segura, esto es solo el principio”, afirma, asustada, al considerar, como muchos, que esta operación contra Irán, que estuvo detrás del 7 de octure y de los ataques de Hezbollah, en el norte, la deberían haber hecho mucho antes.

“Ver esta destrucción es sin precedente, pero la diferencia es que esta vez Israel está solo, si hubiera estado Estados Unidos ayudando, esto no hubiera pasado”, denuncia esta madrileña, que no oculta que está pensando en abandonar Israel. “Esto ya es demasiado, esto no es vida, no se puede estar aquí… Si naces aquí desde hace generaciones, lo aguantas, pero si naces afuera, es una ansiedad terrible… Anoche fue increíble, es demasiado”, sostiene, exasperada, al contar que sus dos hijos adolescentes ya están viviendo afuera, en Inglaterra, junto a su exmarido israelí.

Marta Slatkine

Marta Slatkine-Elisabetta Piqué

Marc Leiba, su compañero de 42 años, que es francés, también dice que nunca vio algo así. “Los cohetes que disparaban desde Gaza no eran comparables, el impacto era mucho más débil, era la nada, se escuchaba un bum y el vidrio de un coche roto y ahora es todo el barrio que está dañado, impactado, como en una escena de terremoto”, afirma, moviendo la cabeza, alarmado.

También está completamente de acuerdo con la operación León Ascendente lanzada por Netanyahu, que muchos analistas consideran una maniobra para mantenerse en el poder.

“No se puede comparar lo que tenemos que hacer en Irán con lo que hemos hecho en Gaza: en Gaza no apoyo lo que hemos hecho, pero en Irán, al 100%. Hace veinte años que nos están amenazando, dicen que hay que borrar a Israel del mapa y eso no se puede soportar, no se puede entender. Había que hacerlo, Irán es la principal amenaza de Israel, no son los palestinos, no es Hamas, sino es Irán”, opina Marc, que trabaja en el sector hi-tech.

¿Tiene miedo de que esta noche se repita el ataque? “¡Claro que tengo miedo! Pero es el precio que hay que pagar para estar por una vez por todas viviendo en paz y para concentrarnos en cómo construir un futuro compartido con nuestros vecinos palestinos. Hay que imaginar esa vida, es el futuro. Pero hay que acabar con Irán, con su régimen. La población de Irán también lo quiere, es el interés de los norteamericanos, es el interés de los saudís, es el interés de los europeos, es interés de todo el mundo, salvo Irán, los houtis y Hezbollah que ahora se calla la boca porque no puede hacer nada”, subraya.

Aviv

Aviv

A apenas diez minutos de allí —porque, debido a la guerra en curso, casi no hay tránsito: las ciudades están paralizadas, desiertas, con la gente encerrada esperando órdenes—, en Tel Aviv, justo al lado del Ministerio de Defensa, también hay curiosos que filman con sus celulares. Allí, otro misil iraní impactó anoche de forma inesperada. No solo provocó un incendio y graves daños en un edificio de cemento de diez pisos —donde ahora trabajan topadoras—, sino también en uno de los inmuebles del Azrieli Mall, uno de los centros comerciales más importantes de Israel, rodeado de impactantes rascacielos.

La zona también ha sido acordonada. Se observan un cajero automático, el frente de un mini-mercado y una parada de colectivo completamente destrozados, además de vidrios rotos, cascotes y escombros esparcidos por el suelo. Aunque la escena no resulta tan impactante como la de Ramat Gan, igualmente impresiona: nunca antes se había visto algo así tan cerca del Ministerio de Defensa, el complejo conocido como Kirya.

Soldados del Comando del Frente Interior israelí inspeccionan un edificio que fue alcanzado directamente por un misil balístico iraní.

Soldados del Comando del Frente Interior israelí inspeccionan un edificio que fue alcanzado directamente por un misil balístico iraní.Matan Golan - SOPA Images via ZUMA Press Wire

Vecinos se acercan en monopatines o bicicletas para sacar fotos o hacerse selfies. Entre ellos está Aviv, un ingeniero eléctrico de 29 años, vestido con shorts y remera, que vive en las cercanías y describe lo vivido como “bastante terrorífico”.

“No estamos acostumbrados a esto, no estamos acostumbrados a estos misiles, ni a estos ruidos, pero nosotros en Israel somos fuertes”, dice. “Irán siempre nos amenazó con bombas nucleares y pienso que atacarlos de una vez por todas es lo correcto, es lo que hay que hacer. Cuando alguien te amenaza con borrarte de la faz de la tierra, tenés que actuar y lo tenés que hacer de la manera más fuerte posible”, añade.

Marc Leiba

Marc Leiba

¿Y por qué cree que falló la Cúpula de Hierro? “No lo sé, no soy un experto militar, no especulo, pero los sistemas de defensa no son seguros al 100%, pueden fallar. Pero las tasas de interceptación que tenemos son muy altas (del 95%) y me parece que ningún país en el mundo sabría cómo enfrentar lo que estamos enfrentando los israelíes”.

¿Tiene miedo de otro ataque esta noche? “Para ser honesto, no. Somos un país fuerte, tenemos un sistema de defensa fuerte y podemos arreglarnos con cualquier amenaza. Y soy muy optimista acerca de este país, de su futuro y que Irán tiene que pagar”.

Por Elisabetta Piqué-La Nación