Las autoridades israelíes aseguraron este miércoles 8 de mayo que reabrieron el paso fronterizo de Kerem Shalom, que comunica a su país con el sur de Gaza. Sin embargo, la UNRWA afirma que aún no ha ingresado ayuda humanitaria por esa zona. Entretanto, Washington pausó la entrega de armas a su aliado en Medio Oriente, ante los temores de una completa ofensiva terrestre en Rafah, en el sur del enclave, donde se refugia la mayor parte de la población internamente desplazada. Por otra parte, un funcionario del Gobierno de Benjamin Netanyahu afirmó que su país no ve señales de avanzar en una posible tregua con Hamás, pero agregó que su delegación permanece en El Cairo, donde las partes intentan alcanzar un acuerdo.
Israel reabre el paso fronterizo de Kerem Shalom, pero la ayuda humanitaria aún no llega a la Franja de Gaza.
El anuncio fue hecho cuatro días después de su cierre, en respuesta a un ataque con cohetes reivindicado por Hamás que mató a cuatro soldados israelíes.
Además, la información llega justo un día después de que Israel cerrara el cruce de Rafah, en el sur del enclave y el único por donde ingresaban suministros básicos de supervivencia, aunque de forma intermitente. Una situación que elevó las alertas de la comunidad internacional sobre una “catástrofe humanitaria” aún mayor a la que ya experimenta la población gazatí.
“El cruce de Kerem Shalom ahora está abierto para la entrada de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza. Los camiones de ayuda ya están llegando al cruce. Después de una minuciosa inspección de seguridad, serán trasladados al lado de Gaza”, anunció este miércoles 8 de mayo la entidad de Coordinación de Actividades Gubernamentales en los Territorios: Judea y Samaria y hacia la Franja de Gaza (COGAT).
Sin embargo, poco después la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados palestinos (UNRWA) señaló a AP que todavía no ha llegado ningún cargamento con asistencia a la zona de Rafah.
Israel ataca Rafah por aire y tierra, mientras se teme ofensiva de gran escala en la zona
Este miércoles, las embestidas aéreas en la gobernación de Rafah, que incluye la ciudad homónima, dejaron al menos 35 muertos. Además, 179 resultaron heridos. En todo el enclave, en las últimas horas, al menos 55 personas han sido asesinadas en las últimas horas, por lo que la cifra total de víctimas mortales ascendió a al menos 34.844 personas y a 78.404, la cifra de heridos, según informó el Ministerio de Salud local este 8 de mayo.
El martes 7 de mayo, las tropas israelíes, con la presencia de tanques, tomaron el control del paso de Rafah. Y desde entonces, han lanzado ataques de artillería y sostenido combates con grupos armados palestinos, reportados por ambos lados de la guerra. Sin embargo, el Ejército del país dirigido por Benjamin Netanyahu aún no ha lanzado su prometida ofensiva a gran escala allí, describió la corresponsal de France 24 en Jerusalén y los Territorios Palestinos, Janira Gómez.
El propio Ejército israelí ha mostrado imágenes de sus soldados operando de forma terrestre, pero insiste en que se trata de una operación “limitada”.
“Las Fuerzas de Defensa de Israel están llevando a cabo una operación antiterrorista precisa en áreas específicas del este de Rafah. Se eliminaron terroristas y se ubicaron pozos subterráneos e infraestructura en diferentes áreas”, indicó un comunicado de la institución castrense este miércoles.
En medio de las voces de algunos gobiernos y organizaciones humanitarias sobre lo que podría ser una antesala de una gran operación terrestre de Israel en Rafah- donde se refugian más de 1,4 millones de personas internamente desplazadas, entre una población de 2,3 millones de gazatíes-, el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, sostuvo el martes que Israel afirmó a Washington que la operación en Rafah es “localizada” y que estaba diseñada para impedir el contrabando de armas y fondos a Gaza.
El lunes 6 de mayo, el Ejército israelí urgió a alrededor de 100.000 refugiados a “evacuar” el este de Rafah, acción descrita por la ONU como desplazamiento forzado de personas que, de hecho, ya se habían visto obligadas a abandonar sus hogares en otras zonas del enclave.
Tras esa orden, y según declaró un alto funcionario de la UNRWA a la cadena ‘CNN’, alrededor de 50.000 gazatíes ya han abandonado Rafah.
“Hemos seguido la pista a unas 50.000 personas que salieron de Rafah en las últimas 48 horas. Los hemos visto ir a Khan Younis, algunos han ido al área humanitaria ampliada de Al-Mawasi, otros han ido a Deir al-Balah”, afirmó el subdirector principal de asuntos de UNRWA en Gaza, Scott Anderson.
EE. UU. pausa entrega de armas a su aliado por operación en Rafah
Un alto funcionario de la Administración de Joe Biden sostuvo que Washington detuvo un envío de armas a Israel la semana pasada, en una aparente respuesta a los temores por la esperada ofensiva en toda regla en Rafah. La Casa Blanca y el Pentágono declinaron hacer comentarios.
El funcionario, que habló con la agencia de noticias Reuters en condición de anonimato, aseguró que Estados Unidos revisó cuidadosamente la entrega de armas que podrían usarse en Rafah y, como resultado, detuvo un envío que consistía en 1.800 bombas de 2.000 libras y 1.700 bombas de 500 libras.
Este sería el primer retraso de este tipo por parte de la primera potencia desde que el Gobierno de Biden ofreció su apoyo “férreo” a Israel, tras el sorpresivo ataque de Hamás del pasado 7 de octubre, que detonó la escalada de la guerra en curso, en un conflicto de décadas.
Washington, además de ser el mayor aliado de Israel, es su principal proveedor de armas.
Un alto funcionario israelí se negó a confirmar el informe y pidió no ser identificado: “Si tenemos que luchar con las uñas, entonces haremos lo que tenemos que hacer”, afirmó la fuente.
Por su parte, el principal portavoz del Ejército israelí, el general Daniel Hagari, desestimó esas informaciones, al señalar que los aliados resuelven cualquier desacuerdo “a puerta cerrada”.
Israel se muestra pesimista frente a posible tregua en Gaza
Los temores de una ofensiva a gran escala en Rafah se registran al tiempo que las partes intentan alcanzar un acuerdo sobre alto el fuego en el enclave palestino.
Este 8 de mayo, un funcionario israelí aseguró que su país no ve señales de un avance en las conversaciones al respecto, mediadas por Egipto, Qatar y Estados Unidos, sobre un cese de hostilidades con Hamas.
No obstante, la fuente señaló que la Administración de Netanyahu mantiene a su delegación en El Cairo para continuar las conversaciones.
Un día antes, el martes, llegó a la capital egipcia un equipo de mediadores israelíes de rango medio, para evaluar si se puede persuadir al grupo islamista Hamás de que cambie su última oferta de alto el fuego, aseguró un alto funcionario del Gobierno de Netanyahu, citado por Reuters.
Pero Israel ya mostraba reticencias sobre un posible pacto. “Esta delegación está formada por enviados de nivel medio. Si hubiera un acuerdo creíble a la vista, los principales encabezarían la delegación”, aseguró la fuente, refiriéndose a los altos funcionarios de los servicios de inteligencia de El Mossad y Shin Bet que han liderado las negociaciones del lado israelí.
Estas declaraciones se produjeron luego de que el lunes 6 de mayo, Hamás anunciara que aceptó un acuerdo de tregua entregado por Egipto y Qatar.
Israel mostró su rechazo, al indicar que ese texto era distinto al que sus mediadores entregaron. Y posteriormente, prometió estudiar el plan aceptado por Hamás.
Por meses, las conversaciones para un nuevo alto el fuego-después de la pausa de hostilidades de una semana, ocurrida a finales de 2023-han estado estancadas.
Y es que principalmente el grupo islamista pide una tregua que incluya una vía al fin de la guerra en curso y el retiro de todas las tropas israelíes del enclave, mientras que el Gobierno de Benjamin Netanyahu afirma que solo está dispuesto a una tregua provisional, ya que continuará con su ofensiva hasta alcanzar su objetivo declarado de “eliminar” a Hamás.
Eso incluye una ofensiva en Rafah, según Israel, “necesaria” para acabar con los últimos bastiones del movimiento que, dice, se ocultan en esa zona del extremo sur del territorio gazatí, en la frontera con Egipto.