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Julio Bárbaro: “Milei y Cristina son la síntesis de nuestra decadencia”

“Creo que no tenemos amor a la patria. No estamos enamorados”, afirmó Julio Bárbaro en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190). El político sostuvo que hoy domina “la demencia del dogmatismo absurdo”, que “no hay políticos” y que el país vive “la destrucción de la clase media”. En ese contexto, definió que “lo que es Tapia en el fútbol, lo que es Cristina en el peronismo y es Milei en la política, esos tres son la expresión de una decadencia pareja”.

Julio Bárbaro es un licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad del Salvador, es escritor, profesor y político. Se desempeñó en la función pública como diputado nacional entre 1973 y 1976, fue secretario de Cultura de la Nación entre el ’89 y el ’91 durante la presidencia de Carlos Menem. Además, fue interventor del Comité Federal de Radiodifusión, COMFER, entre 2003 y 2008, durante las presidencias de Néstor y Cristina Fernández.

Continuando con el reportaje a Ferreres hace un ratito. Usted tiene credenciales para hablar de economía, para hablar de política comparada entre 1990 y 2025. Las diferencias entre aquel Menem y este Javier Milei… ¿cuánto de las comparaciones que se hacen de lo que hoy está en vigor, con lo que estaba de moda en los años 90, es farsa y cuánto tragedia?

Orlando Ferreres, en aquel tiempo, era Bunge y Born. Y yo fui uno de los que intentó que Bunge fuera la conducción de la economía. Éramos la única empresa que tenía dimensión, absolutamente productiva. Porque hoy existen empresas grandes, pero que no generan riqueza: desde los fideos al aceite, a las chapas, a la pintura. Bunge era la construcción. Y uno a veces se puede preguntar, cómo el secuestro de Bunge y Born....

Para la audiencia: eso fue hace 20 años para atrás. Allí había sido secuestrado el accionista principal, y habían pagado 60 millones de dólares de rescate de esa época...

Había empresarios que no querían colaborar. Y ahí viene, para mí, el hundimiento del menemismo, que es Cavallo. Hay un tema que es la clave para mí de todo debate. ¿Cuántos años sabe que la Argentina está en crisis? Vargas Llosa preguntaba: “¿Cuándo se jodió el Perú?” El que dice 100, o es un tránsfuga o es un ignorante. Pero porque yo nací en una sociedad donde no había inseguridad, porque no había caídos. Ya estoy hablando del gobierno de Lanusse, de Livingston, de Onganía, hasta el de Aramburu. Hasta el ’74 había 4% de pobreza. Y una deuda de 5000, 6000 millones de dólares.

Y si lo compara con hoy, ¿qué puntos de contacto encuentra entre Milei y los 90 de Cavallo?

La demencia del dogmatismo absurdo. Trump es proteccionista, y es el imperio. Y nosotros teníamos una cantidad de personajes menores, y dice que proteger es “cazar en un zoológico”. ¿Tenemos enfermos mentales o estamos enfermos todos? Algo nos pasa.

¿Usted encuentra comparación con Cavallo?

Cavallo es un pobre tipo que vendió todo, vendió el país. La destrucción del ferrocarril yo la tuve al lado. Era por plata. Fabricábamos la locomotora y los vagones. Se vendía todo a porcentaje. Yo estaba ahí y me fui. Dije: “Acá vamos todos presos por ladrones”. Lo de Menem fue el delito en estado puro. Yo fui en ferrocarril a Bariloche y a La Quiaca, y ahora no llega a Mar del Plata. Esa es la privatización: ¿qué es? Yo le doy a usted la empresa que da pérdida, le paso el dinero y me devuelve un pedazo. No se inventó la privatización de lo que no da ganancia.

Por momentos pareciera haber, contradictoriamente, puntos de contacto con el kirchnerismo. Hoy estamos con la causa Cuadernos, pareciera ser que hay puntos de contacto, aunque ideológicamente pudieran parecer en veredas opuestas.

En ese momento no lo estaban. Yo fui amigo de Néstor, de Cristina, pero nunca se enfrentaron, ellos decían que Cavallo era un gran ministro. El tema es: Brasil era un país industrial. ¿Qué industria necesita un país? El sistema que abarque a sus habitantes. La producción es la necesidad de los habitantes, no de la ganancia. Si no viene un ingeniero y dice: “Comprá allá afuera, que sale más barato”. Ahora, ¿cuántos pierden el trabajo? Cincuenta mil. No.

Menem y el Ejército

Entonces, a ver, puesto así, pareciera que las contradicciones son puro espuma, Porque finalmente encontramos puntos de contacto entre menemismo y kirchnerismo; puntos de contacto entre kirchnerismo y mileísmo; puntos de contacto entre menemismo y mileísmo. Y usted, con toda su experiencia de los años, ¿tiene esa sensación de que es todo el gatopardismo, que no cambia nada?

No hay políticos. Eso que eran Pepe Mujica y Julio Sanguinetti en Uruguay. Aquellos que piensen en el destino colectivo. No economistas, no contadores. Políticos. Estadistas. Eso que es Lula, pero también es Bolsonaro. Eso que Chile tiene y nosotros no tenemos. Hay una decadencia del pensamiento y la política argentina deshecha.

Usted también integró la primera época del gobierno de Néstor Kirchner. Cuando ve los testimonios de la causa Cuadernos, ¿qué reflexiones hace? ¿Qué le queda de lo que usted mismo veía?

Qué tenía que ir preso. La concepción era: “Dinero es poder”. Y bueno, inventaron ese sistema. Cristina lo siguió. ¿Qué voy a decir?, que vayan presos. Y me duele cuando alguno, hombre de la política, dice “cuando ganemos lo indultamos”. ¿Sabe por qué? Porque eso es ponerse en el lugar de las izquierdas, que nunca llegarán al poder. No hay que indultar a nadie: hay que darle trabajo a la gente.

Cuando usted ve que, a pesar de todos esos testimonios, gente respetable, inteligente, pide “Cristina libre”, ¿qué cree que está pidiendo?

En el momento que asumamos que la realidad es más importante que la idea, estaremos maduros. Entonces, la realidad es que ese pensamiento pseudoizquierdista de Cristina no era ni de izquierda ni nada. Es un desatino. Y tema central: reivindicar la guerrilla es antiperonista, es gorila. Y el que dice que fueron “10.000”, yo lo miro con desprecio, porque esos dogmatismos son parte de la decadencia del pensamiento. El peronismo cabalgaba la historia. No era la izquierda.

A ver: lo que usted dice es que en el proceso de deterioro lo que se produce es una conversión de la ideología en una religión, y que ya no importa…

... la realidad pasa a ser secundaria. Eso es. Entonces: “Era mi jefa, no robó”. Sí robó. El kirchnerismo tenía una estructura de delito. Y el menemismo también. Menem voló Río Tercero. O sea, la política si no es transparente…Pasa que hoy usted es tan testigo como yo de que los personajes que imperan, hasta los inmorales nos han superado.

¿Qué queda del peronismo? ¿Queda algo?

Nada. Lo peor es que no queda nada del patriotismo, que es una instancia superior al peronismo. Córdoba tiene un gobernador que es respetable y mantiene algunos instrumentos del peronismo, algunas ciudades. El peronismo puso a Argentina a la par de Brasil. Era un país industrial. No me importa el peronismo como un recuerdo que da votos. Me importa la Argentina como una sociedad donde la destrucción de la clase media es lo que hoy se está culminando como tarea.

Y el presidente Milei, en este contexto, ¿qué papel juega y cómo lo ve?

Lo veo como un papel dogmático, secundario, y muy como instrumento de un poder económico que imagina que el Estado le molesta. Entonces, lo que es Tapia en el fútbol, lo que es Cristina en el peronismo y es Milei en la política, esos tres son la expresión de una decadencia pareja de la Argentina. Gobierno, oposición y fútbol y deporte: todo está pinchado.

¿Y a quién lo atribuye?

No. Primero hay una cosa que yo digo siempre que es clave: Dios le regala a las sociedades jugadores de fútbol. A nosotros no nos dio un estadista. Y cuando usted y yo vemos lo que plantea Trump, en acuerdo con Putin hoy en Croacia, nos quedamos mirando si Occidente no estará derrotado.

Usted dice que además de Milei, Cristina y Tapia, tampoco fueron grandes políticos ni Néstor Kirchner ni Carlos Menem. ¿Cuál es el último gran político que recuerda?

El que intentó fue Alfonsín, y fracasó.

¿Y por qué cree que fracasó justo el que podía ser un gran político?

Porque además su vocación era trascender. Y los demás no. Menem con la Ferrari... el político es un tipo que no viva de esas estupideces. Yo no respeto a los ricos. Hay uno que usted conoce, que me dice: “Llegué a los 4000 millones”. Yo lo miro y digo: “Este está más idiota que el año pasado”. Digo: la acumulación de esa desesperación, del egoísmo… Yo nací en una ciudad que admiraba a los sabios, que tenía pensadores. Y hoy vivo en una que mira la riqueza del grupo B, C, D. La mayoría de ellos es improductivo.

No generan ni riqueza ni mucho dan demasiado trabajo. Entonces, yo creo que no tenemos amor a la patria. No estamos enamorados. Usted va a Brasil: el más rico y el más pobre dicen que Brasil es lo más grande del mundo. Chile igual, Uruguay igual. Yo le dije al Santo Padre la primera vez que lo vi: “Si usted hubiera nacido en Brasil, nadie se atrevería a hablar mal de usted”. Y me dijo: “Desde ya. Ni en cualquier otro país. El único país que nos dio un Papa y florecieron los ateos somos nosotros”.

Fuente: Perfil