Reapareció junto a su padre en un banquete de festejo por el lanzamiento de un cohete espía.
Dentro de lo que puede ser, es, quizá, la foto más informal de una nena que es posible que tenga 11años, o todavía 10. La remera blanca con mangas azules, estampada en el pecho, contrasta con su vestuario habitual, que la hace parecer más a una señora, o a una funcionaria de Estado, y tiene sentido, porque de alguna manera, en la práctica, ya lo es.
Que haya pasado del rango de “niña amada” al de “niña respetada” es un detalle importante. La segunda es una distinción oficial de máximo nivel que se otorga a las grandes personalidades en su país. Como su padre, el hombre misterioso, temido, infranqueable, pasajero de su propio tren blindado, llamado Kim Jong-un.
¿Será Kim Ju-ae la sucesora del régimen de Corea del Norte? Probablemente estemos lejos de saberlo: su papá tiene solo 39 años. Los analistas interpretan que el arribo de su hija al centro de la escena pública a una edad tan temprana por ahora busca mostrar que el régimen tiene planes para durar muchas décadas.
Y no es solo el centro de la escena, también son los modos. Las blusas y sacos protocolares de mujer adulta, al menos al ojo de Occidente; la postura erguida, quizá entrenada; la forma recatada de aplaudir; todo hace difícil ver a la nena de su edad que tal vez sea en privado.
Kim Jong-un está casado desde 2009 con Ri Sol-ju, una cantante. Se da por ciertos que la pareja tiene tres hijos, probablemente nacidos en 2010, 2013 y 2017. Del primero se sabe poco, por no decir nada, y las teorías de su invisibilidad rozan un morbo inconveniente. Del tercero no se difundió ni siquiera el sexo.
Kim Ju-ae (el nombre quiere decir algo así como “el amor de Corea”), la hija pública, es la del medio. No está del todo claro si nació en 2013 o unos meses antes, en 2012. En el mundo, el dato sobre su existencia surgió de una forma bastante insólita y tiene que ver con una amistad bastante particular de su padre.
Resulta que en 2013, Dennis Rodman, fue a Corea del Norte para hacer una exhibición con los Harlem Globetrotters. La visita, a priori por el compromiso profesional, incluyó alfombra roja a los pies del avión, además de visitas a las playas y noches de bebidas y karaoke (pasión nacional) junto líder, que pasó a la categoría de “amigo para toda la vida“. El basquetbolista fue un poco más lejos y se autopercibió como un embajador entre dos naciones y se propuso convencer a Barack Obama de que el régimen no parecía algo tan malo.
Si Obama llegó a escucharlo, si lo convenció en algún punto, da más o menos lo mismo. “El Gusano” estuvo al menos 5 veces (la última en 2017) y en el relato de una de las primeras, como al pasar dio a conocer a Occidente que su amigo tenía una hija mujer.
El régimen es cerrado (más cerrado que otros) y entonces se sospecha (esa es la palabra que consideran ajustada los cronistas internacionales) que la hija del medio podría ser la sucesora. Quienes se juegan por esa posibilidad se apoyan en un comunicado oficial que marcó con un esperable estilo suntuoso cómo, durante un acto militar, los oficiales norcoreanos “estaban muy emocionados de ver la certeza de la seguridad eterna y el futuro del país, así como que están dirigidos por el comandante brillante siempre victorioso y de voluntad de hierro que está marcando el comienzo de una nueva era“.
Kim Ju-ae no solo es figura de la llamada sajin jeongchi, traducido,”política fotográfica”. La televisión también se esfuerza para edificar el mito y en un informe hizo foco en su vínculo con el linaje del Paektu, recuperando la historia de que su abuelo había nacido en la montaña más alta de la península coreana e incluyendo imágenes de un hermoso caballo blanco.
El padre, la hija, y un misil de fondo
La primera imagen publica de la nena fue escénica. Como corresponde a las escenas habituales norcoreanas, de fondo había un misil, en este caso montado sobre una plataforma. Unos metros adelante, el padre con sus típicos pantalones anchos y ella con una campera blanca, los personajes caminaban de la mano. Fue el 19 de noviembre de 2022 y en ese momento arrancó “el” año de Kim Ju-ae, que tuvo 17 apariciones públicas en 2023. Trece fueron en exhibiciones militares o pruebas de armamento, una estadística que en realidad no significa mucho, porque esa es la forma más frecuente que tiene el régimen de mostrar la cara.
El gran momento de Kim Ju-ae fue en febrero, cuando apareció junto a su padre y su madre en la mesa principal de un banquete de honor a los militares. Hubo varias fotos más, muchas con misiles quietos o que acababan de ser disparados. En la última foto , se ve al padre y a la hija en una mesa en el pabellón Mulan, en Pyongyang, en una comida de celebración del satélite espía Malligyong-1. La nena con la remera de la agencia espacial y un gesto relajado.
Algunos Indicios y fuentes relevados por The New York Times, sostienen que los obstáculos para que Kim ju.ae se transforme en la sucesora tienen raíz en las tradiciones patriarcales. Es la versión “pesimista”.
“Desde el fundador del país, Kim Il-sung, hasta Kim Jong-il y ahora Kim Jong-un, el poder en Corea del Norte se ha transmitido deliberadamente de padres a hijos. A lo largo de tres generaciones, cada hombre ha sido declarado líder supremo y gobernado mediante una fórmula exclusivamente norcoreana centrada en él, el suryong. La ideología del Estado, llamada juche, mezcla socialismo y confucianismo, un sistema jerárquico que sitúa a los hombres por encima de las mujeres“, escribió Chun Su-jin, un periodista surcoreano especializado en el país vecino.
Pero los pocos datos sobre el hijo mayor varón, el misterio sobre el integrante menor de la familia, y las apariciones a esta altura constantes de la hija del medio habilitan a pensar que es posible que exista “un viento de cambió en cuanto al género“, como afirman desde el régimen.
Como sea, y aunque el actual líder sufre algunos problemas de salud, acentuados por el sobrepeso y su condición de gran fumador, pareciera que todavía van a correr unos cuantos años bajo la historia.
Por Leonardo Torresi-Perfil