Jefa de un clan familiar rico en política y negocios, la ex Señora 8 saltó de Menem a Macri vía Angelici y espió a todos y todas. Comodoro Py y Chiquero PRO.
Hija de libaneses, heredera de un imperio textil y dueña de una fe menemista irreductible, Silvia Majdalani llegó a la cúpula de la AFI sin más antecedentes que los de haber pasado por la Bicameral de Inteligencia que fue la escribanía de Antonio Stiuso y compartir veladas con dos capos de la SIDE: Hugo Anzorreguy, el leal Señor 5 de Carlos Menem, y Francisco Larcher, el converso santacruceño de Cristina Fernández.
La exsubdirectora general de la AFI que fue citada a indagatoria para el lunes próximo por el juez federal Juan Pablo Augé está acusada de espionaje ilegal en alianza con narcotraficantes y miembros del servicio penitenciario. Número 2 de Gustavo Arribas, el inquilino y socio de Mauricio Macri, Majdalani tenía contacto estrecho con espías y policías porteños que la visitaban en su despacho de la calle 25 de mayo, tal como lo declararon en la Bicameral y en la causa de Lomas de Zamora donde están imputados y con prisión domiciliaria.
A diferencia de Arribas, que provenía del negocio del fútbol y sólo contaba con el mérito de ser considerado por Macri el “más acostumbrado a las trampas”, Majdalani acredita, junto con su fortuna personal, una larga lista de vínculos que incluyen a la familia de Comodoro Py, el mundo de los negocios y las figuras del peronismo y el radicalismo porteños que se reparten los casilleros del poder del Consejo de Magistratura, el Colegio de Abogados y la Corporación Puerto Madero.
DE MENEM A MACRI. Cuando presentó su pliego en el Senado, en 2016, la Iniciativa Ciudadana para el Control del Sistema de Inteligencia (ICCSI) objetó su CV sin credenciales para la función y señaló que en su pliego había omitido la lista de empresas que integró mientras fue legisladora porteña, entre 2003 y 2009: la aseguradora Paraná, la comercializadora de productos textiles Khalil SRL, la exportadora-importadora textil Cadalifi, la agencia de publicidad American Business, la minera SOMICA DEM, la consultora y comercializadora de productos derivados del petróleo Servicios Energéticos y las compañías ligadas al turismo Ocean Park y Caribu SRL. También había borrado de su pasado causas judiciales como la de robo y usurpación de un predio estatal en Andalgalá y la de haber sido parte de una maniobra para vaciar un grupo de compañías de seguros en beneficio de la suya, Paraná S.A. El pliego fue aprobado con 44 votos a favor del macrismo y el PJ de Miguel Angel Pichetto, 19 abstenciones del entonces Frente para la Victoria y el solitario voto en contra de Fernando Solanas, Magdalena Odarda y Jaime Linares. Cuando llegó a lo más alto del espionaje, todo su prontuario quedó empequeñecido.
Ex interventora de la Obra Social de Encotesa y las Telecomunicaciones del gobierno de Menem, Majdalani es una mujer de carácter que se acostumbró a moverse en el patriarcado del PJ porteño en la década del noventa desde la agrupación hiperreelecionista “El Aguante” y dio el salto al PRO, en la directriz de dirigentes que conectaba al riojano con Macri desde sus inicios. Su nexo con el expresidente fue tan firme como para superar las objeciones que Elisa Carrió comenzó a hacerle en 2012, cuando impugnó en el Congreso su designación como vicepresidenta de la Bicameral de Inteligencia, y potenció en 2016 y 2017, cuando denunció que la Señora 8 la espiaba.
LA SIDE DESCONTROLADA. A Majdalani le adjudicaron siempre vinculaciones con Nicolás Caputo para explicar la alta estima que le tenía Macri. Sin embargo, en la SIDE conchabó a un funcionario clave que abre otra puerta al corazón del macrismo: el exdirector de Asuntos Jurídicos de la AFI Juan Sebastián De Stefano, radical que reportó desde siempre a Daniel Angelici y fue denunciado por el juez Luis Carzoglio como responsable de la operación para detener a Hugo y Pablo Moyano. Su hermano, Norberto De Stefano, integraba el sector Angelici en la pelea por el Colegio de Abogados.
La Señora 8 tenía como jefe de Contrainteligencia a Diego Dalmau Pereyra, un militar de filiación peronista que ingresó a la SIDE en el año final del menemismo y parece haber quedado dibujado en el organigrama amarillo. Dalmau Pereyra tomó una decisión que lo terminó devorando: reclutó a Jorge Horacio “El Turco” Sáez, un policía de la Ciudad que había conocido en la Escuela de Inteligencia. La “Turca” había sumado, por su parte, a su cuñado, Darío Biorci, como jefe de Gabinete y al exfiscal menemista Eduardo Miragaya como director de Delitos Económicos, operador de histórica relación con la jueza María Servini. Fue Sáez el que incorporó a Leandro Araque y Mercedes Funes como sus colaboradores desde el inicio y en 2018 completó su diagrama con la designación de Alan Ruiz como director de Operaciones, otro policía porteño que había trabajado dos años con Patricia Bullrich en el Ministerio de Seguridad.
En ese 2108, Dalmau Pereyra fue eyectado hacia Chile y el dúo Saez-Ruiz, rediseñó la AFI amarilla para una versión más agresiva que se dedicaba a espiar a políticos como Cristina Fernández, Horacio Rodríguez Larreta y Diego Santilli y que incluso organizó el atentado con explosivos contra el exfuncionario radical José Luis Vila. Victima de Majdalani, este militar estaba ligado a Enrique Nosiglia, igual que el senador Juan Carlos Marino, que presidía la Bicameral de Inteligencia. Así, Majdalani y Angelici atacaban a los leales del Coti mientras eran denunciados por Carrió, una de sus rivales historicas.
LA FAMILIA. Majdalani está casada con Jorge Olivero, un martillero que estuvo preso por estafa: envió a una mujer de nacionalidad paraguaya a presentarse con documentos falsos como hija no reconocida de un terrateniente cordobés, Juan Manubens Calvet, que había muerto sin legar una fortuna de 500 millones de dólares. Condenado a tres años de cárcel, quedó detenido durante un tiempo en Devoto hasta que, un día antes de terminar su mandato, Menem firmó un decreto especial para sacarlo de la cárcel. ¿Cómo no reivindicarlo?
Sus dos hijas también están acopladas a su actividad. Agustina Olivero Majdalani fue miembro del Consejo de la Magistratura de la Ciudad y presidenta de la Corporación Puerto Madero y es socia, con la hermana de Horacio Rodríguez Larreta, en Midas Hotel Management, la administradora de hoteles que fue contratada en forma directa por el Gobierno porteño durante la emergencia del Covid 19. Como en el caso de De Stefano, la trayectoria de Agustina conecta con el poder de Angelici y con la alianza que el binguero selló en su momento con Juan Manuel Olmos, el ahora jefe de asesores de Alberto Fernández. Entre los hoteles que administra Midas figura uno del SUTERH, el gremio de encargados de edificios que conduce Víctor Santa María, en Puerto Iguazú, Misiones.
En marzo pasado, otra de sus hijas, Valeria Olivero Majdalani, creó junto a su madre Khalilas S.A, una empresa que, según consta en el Boletin Oficial, se dedica a la importación, exportación, importación, comercio mayorista y minorista de artículos de joyería, así como a la fabricación de joyas, platería y artículos enchapados utilizando metales preciosos, piedras preciosas y semipreciosas y perlas.
ESTAMPIDA. Cuando Macri perdió el poder, Arribas, Majdalani y su cuñado Biorci comenzaron a convocar a exagentes de inteligencia que habían cumplido funciones durante los años de Cambiemos para una agencia de seguridad que tenían pensado crear. Según reconocen exfuncionarios de Cambiemos, contaban con aparatos para interceptar comunicaciones que habían comprado desde la AFI y se habían llevado para su nueva emprendimiento. Sin embargo, la causa de Lomas de Zamora alteró los planes y ahora sus caminos parecen haberse bifurcado. Arribas puso como defensor al abogado de Macri, Alejandro Pérez Chada, y Majdalani tiene entre sus defensores a Juan Pablo Vigliero y Mariano Meglio.
Verdaderos monos con navaja, las declaraciones de los poliespías en la Bicameral coinciden en un punto: todos tenían vínculo con la Turca y se llevaban mal o no llegaban a Arribas. Por eso, algunas piensan que está crujiendo la sociedad que Macri designó al frente del espionaje criollo. “Ni como mafia tienen consistencia”, le dijo a Letra P uno de los dirigentes de Cambiemos que figura en la lista de espiados. Se verá el lunes próximo, cuando declare la Señora 8.
Por Diego Genoud – Letra P