La Vicepresidenta dio fe a la oferta final de Guzmán y al mensaje de Fernández de que no hay más para los bonistas. Cómo funciona el gobierno de la doble firma.
Con un mensaje en su cuenta de Twitter, Cristina Fernández de Kirchner le puso la rúbrica a la idea del presidente Alberto Fernández de que, en forma definitiva, no habrá más dinero para pagarle a los bonistas privados. Con un peso específico notorio dentro del Frente de Todos, la vicepresidenta les dio un mensaje en esa línea a aquellos que, aún habiendo votado a Fernández, precisan confirmaciones sobre el rumbo del gobierno de boca de la propia CFK.
Considerando el revuelo público y la atención que genera cada una de sus apariciones, aunque sea en redes, Cristina también le elevó un mensaje directo a los acreedores, que siguen tensando la cuerda cuando incluso la oposición valoró la oferta final como un cierre serio del conflicto. “Martín Guzmán sobre la deuda externa. Clarito como el agua”, escribió la vicepresidenta junto a un video de una entrevista televisiva en la que el ministro de Economía explica la imposibilidad de subir la oferta ante el rechazo de los tenedores a la propuesta del Gobierno.
Consultadas por Letra P, fuente cercanas a Cristina rechazaron segundas lecturas y aseguraron que la acción tuitera se debió simplemente a que a la expresidenta “le gustó lo que dijo” el ministro Guzmán. En Economía se celebró la intervención que consideraron un “respaldo” de Cristina a la negociación y la decisión de mostrar con claridad que el Frente de Todos se encolumna sin fisuras detrás de la misma propuesta. “En esto, estamos todos en la misma”, sintetizaron, en medio de rumores de internas en el Gabinete. Algunos cuentan que, en las últimas horas, CFK habló con Guzmán, a quien adoptó como propio luego de un estudio minucioso de sus acciones y alguna recomendación que le llegó de parte de Joseph Stiglitz, el Nobel que fue maestro del ministro y que siempre leyó la realidad con un prisma similar al de Cristina. Con su tuit, la vicepresidenta terminó de dejar en claro que, sea cual fuere la jugada de los bonistas, Argentina no se moverá de esta oferta. Una señal de dureza y cierre de filas cuando los acreedores más presionan. El Gobierno no quiere dejar lugar a dudas.
Detrás de ese tuit de Cristina, una catarata de integrantes del oficialismo y hasta la cuenta oficial del Frente de Todos se alinearon en una estrategia común. El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, dejó un mensaje en esa línea y luego se habilitó el juego de pinzas que ya es una marca de la alianza. Si CFK les habla a los más duros, Fernández les cuenta la realidad, a su modo, a los que aún creen que las decisiones se toman en el Instituto Patria.
En una videoconferencia con el Council of Américas, Fernández aclaró que “lo ideológico”, para él, “no es un problema”, y fue directo con el mensaje por la deuda. “Nosotros no dejamos de cumplir nunca una obligación. Recibimos un país en default, negociamos con los acreedores dos veces y siempre cumplimos con los compromisos. A todos les pagamos. Hemos cumplido con todas nuestras obligaciones a partir de un modelo de desarrollo que nos dimos nosotros mismos. Necesitamos comprensión de todos. No pueden acusarnos de no haber hecho un esfuerzo enorme. No podemos prometer algo que no podemos cumplir. Esa es la comprensión que les pido. Es imposible pedirle a un país que tiene el 40% de pobreza que haga un esfuerzo más, porque ese esfuerzo siempre recae en los sectores más vulnerables”, dijo el mandatario. La anfitriona del evento y titular del Council, Susan Segal, fue cercana a Cristina en sus tiempos de presidenta y conoce a Fernández desde que era jefe de Gabinete de Néstor Kirchner.
La oferta de Guzmán ya recibió el apoyo de la oposición, los sectores empresarios y hasta de las cámaras de bancos nacionales (Adeba) y extranjeros privados (ABA), pero lo que parecía un bloque de intereses de bonistas alineados a la propuesta oficial terminó con un rompimiento para pedir más dinero. “Yo los porotos los cuento cuando termina el partido”, dijo a Letra P un funcionario, justo cuando hace unas semanas el acuerdo parecía una posibilidad cierta. Hoy, es una lotería que el Gobierno considera injusta por el esfuerzo hecho. Eso explica que la expresidenta haya cerrado el círculo detrás de la idea de que, si hay default, no es por decisión del Gobierno.
Por Leandro Renou yGabriela Pepe – Letra P