El actor de Argentina, 1985 visitó el programa españo El Hormiguero y relató el avistamiento de un OVNI en una ruta cordobesa; el conductor del ciclo, Pablo Matos, creyó que su historia era mentira
Ricardo Darín estuvo el lunes de visita en el clásico programa español El Hormiguero (Antena 3). Allí, para una de las secciones que ofrece ese ciclo de entrevistas conducido por Pablo Motos, el actor argentino fue invitado a contar una experiencia paranormal, con el condimento extra de que esta anécdota podría ser verdadera o inventada.
Entonces, el intérprete de El hijo de la novia hizo su relato de la vez que se cruzó con un OVNI que, más allá de su veracidad o no, mantuvo a todos los presentes en el estudio en vilo por un par de minutos.
Darín se encuentra en estos días en España, donde el sábado pasado recibió el Premio Platino por su actuación en Argentina, 1985 en una ceremonia que se desarrolló en el Palacio Municipal de Ifema, en Madrid.
En su paso por el país ibérico, el actor también fue invitado a visitar el programa El hormiguero, donde, entre otras cosas, habló de la película por la que recibió el premio, del paso del tiempo, de Hollywood, de perros y de fútbol. Y contó una atrapante historia paranormal.
Esto último ocurrió en la sección del programa que se llama Historias engañosas, donde tanto el anfitrión del ciclo como su invitado deben hacer un relato por el tema sugerido por dos personajes del programa -dos hormigas llamadas Trancas y Barrancas– y luego, el que no contó la historia debe adivinar si se trató de una anécdota de verdad, o de una mentira.
Primero, Motos contó una historia sobre una experiencia que tuvo con un arma, que resultó ser falsa, cosa que Darín adivinó. Y cuando llegó el turno del actor, Trancas y Barrancas le preguntaron si él alguna vez había tenido una experiencia paranormal.
La experiencia paranormal de Darín
Darín pensó un rato su respuesta, y luego contó su historia. “Estábamos haciendo teatro en una ciudad del interior de la Argentina, que se llama Bell Ville (Córdoba), que queda cerca de San Francisco. Había terminado la función, pero no se podía cenar en ese lugar porque habían cerrado todos los restaurantes. Era tarde”, arrancó su cuento el actor.
“Entonces decidimos todo el grupo de actores -continuó Darín-, muy jóvenes en ese momento, subirnos a un coche que teníamos. Uno solo. Éramos siete personas. Tomamos la ruta y nos fuimos para San Francisco a tratar de cenar porque ahí nos esperaban”.
Enseguida, ante el atento silencio de Motos y los presentes en el estudio, y una música de fondo acorde, el papá del Chino Darín llegó a la parte más intensa de su relato: “Y cuando íbamos por la ruta de golpe ‘fuuu’, apareció adelante de nosotros, arriba, en el cielo, un OVNI, un objeto volador no identificado. Era como un jarrón y no podría precisar exactamente el color, pero del azul viraba para el rojo, era más bien violáceo”.
“Un ovni en forma de jarrón”, intervino el conductor, interesado en la historia. “No exactamente un jarrón, era una cosa así, cilíndrica”, respondió Darín, haciendo con sus manos la forma del artefacto volador.
“Pasó algo muy curioso, que yo pensé que lo habíamos visto todos los que íbamos en el coche. Yo pensé eso, pero nadie dijo nada. Desapareció y llegamos a San Francisco a cenar”, prosiguió el actor y declaró: “Yo saqué el tema en la mesa y dijo: ‘¿Qué es lo que acabamos de ver?’, y solo una persona coincidió conmigo. Los demás pensaban que estaba loco“.
Luego de finalizar la sobrecogedora anécdota de su encuentro, llegó el turno de que Pablo Motos adivinara si la historia era verdad o mentira. El conductor lo pensó un rato y luego se jugó por la idea de que lo que había relatado el actor era mentira. Pero Darín le aseguró que su historia era real.
Sobre el final, los personajes de Trancas y Barrancas le preguntaron al actor, del uno al 100, qué porcentaje de seguridad tenía de que había visto un OVNI, y el intérprete de El mismo amor, la misma lluvia, respondió: “100 por ciento”. Y luego de reflexionar por unos segundos, se corrigió: “Bueno, perdón. Un poco de prudencia: 99 por ciento. No hay que exagerar”.