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La frase que desencadenó el crimen del turista a la salida de un boliche

Mauricio Grasso estaba con sus tres amigos en una camioneta cuando un motociclista le disparó.

“¡Bien ahí, rey!”, fueron las tres palabras que salieron desde la camioneta en la que viajaban Mauricio Grasso y sus tres amigos. No está claro quién la dijo, pero sí es seguro que fue lo último que se escuchó antes de que uno de los sospechosos mostrara el arma.

La frase tuvo lugar cuando la Toyota estaba frenada en un semáforo ubicado en la zona céntrica de Mar del Plata y dos motos se pusieron al lado. En cuestión de segundos comenzaron a “tirar cortes”, una especie de explosión que hace el caño de escape, y llegó el breve comentario.

Los integrantes de la camioneta jamás hubiesen pensado que esas tres palabras iban a desembocar en semejante final, pero luego de ese comentario, la única mujer que iba en la Hilux advirtió que uno de los motociclistas estaba mostrando un arma.

Fue entonces que el conductor se alejó en dirección a la calle Independencia, pero cuando llegó a la calle 20 de septiembre y giró hacia Moreno, se escuchó una detonación. En ese instante los tres amigos de Grasso se dieron cuenta de que había recibido un disparo en la cabeza e intentaron asistirlo rápidamente.

La Policía asistió al hombre de 42 años, pero cuando llegó el Servicio de Asistencia Médica de Emergencias (SAME), la víctima había fallecido.

La fiscal María Florencia Salas está a cargo de la investigación y ya tomó el testimonio de los testigos, quienes aseguraron no haber visto ningún gesto amenazante por parte de los motociclistas. También detallaron que en una de las motos había una pareja, mientras que en la otra había un solo hombre.

Los investigadores buscan sumar lo más rápido posible la mayor cantidad de imágenes de cámaras de seguridad de la zona para tratar de identificar a los asesinos y poder determinar cuál fue el recorrido que hicieron al escapar.

Por otra parte, en el lugar donde ocurrió el crimen, 20 de Septiembre y Bolívar, fue hallada una vaina de una pistola calibre nueve milímetros, que impactó contra la luneta trasera de la camioneta Toyota Hilux y luego dio en la cabeza de Grasso.

Mauricio Grasso tenía 42 años, era oriundo de la localidad bonaerense de Moreno y había ido de vacaciones a Mar del Plata junto a un grupo de amigos.

El domingo a la noche, Grasso se había juntado a cenar con su amiga y sus dos amigos marplatenses. Si bien uno de estos últimos dos era dueño de un restaurante, habían decidido cenar en una casa para tener mayor tranquilidad. Pocas horas después ocurrió la tragedia.