En tanto, más de la mitad de ese dinero se concentró en el 1% de las empresas y personas humanas que compraron dólares en ese período.
Con la reversión de los flujos de capitales al comenzar esa segunda etapa, las autoridades decidieron recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI), que desembolsó un préstamo récord de u$s44.500 millones.
«El incremento de la formación de activos en el exterior de los residentes fue el resultado de un profundo cambio de paradigma impuesto por la política cambiaria, monetaria y de endeudamiento tendientes a una desregulación de los mercados que impulsó el gobierno de Mauricio Macri», afirmó el BCRA.
Según las cifras de la autoridad monetaria, en la primera fase de ingreso de capitales, que duró hasta comienzos de 2018, de cada u$s10 que ingresaron, u$s8 tenían su origen en colocación de deuda y capitales especulativos. En el acumulado, el ingreso de divisas por deuda pública, privada e inversiones especulativas de portafolio sumaron u$s100.000 millones.
De esta manera, durante todo el período 2015-2019, la fuga de capitales se triplicó. «La sumatoria de las medidas provocó una grave crisis que afectó a la economía del país y que se tradujo en menor crecimiento e inversión, mayor desempleo y un deterioro en la distribución del ingreso», sentenció el informe.